Dos tandas de acento francés, una izquierda sevillana y el poder extremeño ante una tarde sin aliño ganadero en Madrid

22 de mayo de 2025/Patricia Prudencio Muñoz/Fotos: Emilio Méndez

Las Ventas ha celebrado una corrida de toros en la que los diestros Sebastián Castella, Miguel Ángel Perera y Daniel Luque se midieron a los ejemplares de la ganadería de Alcurrucén y Zacarías Moreno (4°Bis). Los animales estuvieron medidos, muy limitados, con teclas, les faltó emoción en su embestida, dificultando la conexión de las faenas y los triunfos. Sebastián Castella mostró al primero por ambos pitones, intentándolo ante un toro soso y sin contenido que se paseaba por la tela. Castella exprimió y robó unas tandas de altos vuelos al sobrero de Zacarías Moreno, un toro de cierta complejidad que se fue viniendo a menos, pero con el que el francés decidió alargar. Perera se impuso a base de poder al segundo de la tarde, un toro con mejor inició que final, al que le buscó las vueltas para pasarlo y conectar con los tendidos. No hubo acople ni calado en su faena con el quinto. Luque desarrolló una faena de ganas, entrega y mucho empeño, poniendo todo lo que le faltó al primero de su lote. Destacó la natural del sevillano ante el sexto, un toro que duró poco y con el que decidió alargar. 

Castella, sin opciones con el primero de la tarde

Castella bregó e incluso se estiró con despaciosidad y mucha suavidad ante el primero de la tarde. Brindó el francés al ganadero Antonio López Gibaja y se dispuso a pies juntos para iniciar la faena, con quietud, sin rectificar. Lo sacó y siguió sobre el pitón derecho, tocándolo, adelantándole la mano, queriendo llevárselo a la cadera. Cambió al izquierdo, uno a uno, pasando a un ejemplar desclasado que no se entregó, pasaba por la tela siguiéndola sin humillar. Quiso volver a mostrarlo por el derecho, dejándosela puesta y tirando de la embestida al llevarla muy tapada. Decidió que ya estaba todo mostrado y que no había más opciones con el soso primero que no decía nada.

Perera, poder ante un segundo ejemplar que no se entregó 

Perera dejó pinceladas con el primero de su lote y segundo de la tarde. Lucido fue el quite de Luque por chicuelinas muy ceñidas. Se alcanzó la faena de muleta y el extremeño lo pasó con suavidad, definiendo los terrenos, llevándolo sobre el pitón derecho en una ovacionada tandas. Se lo fue llevando atrás, aprovechando su escaso recorrido en tandas breves bien llevadas. Cambió al natural, bajándole la mano queriendo imponerse. Al de Alcurrucén, con mejores inicios que finales, tuvo que empezar a llevarlo marcando el trazo con la ayuda. Se metía por dentro, exigiendo al poder del extremeño. Siguió por el derecho, exprimiéndolo por abajo, llevándolo metido en una tanda con ritmo. Trazo largo, toreando muy de riñones, muy encajado, pero ya uno a uno, pues el animal no daba para mucho más.  Tardó y falló con el acero.

Entrega y determinación de Luque ante el tercero 

El tercero, «Rabanero» se pensó su salida, mantiéndose en la puerta de chiqueros durante unos minutos. Después entró en el capote de Luque, donde permitió el lucimiento del diestro. El sevillano tomó la franela y lo pasó por abajo, probándolo por ambos pitones, para después darle continuidad. Siguió pasándolo, aguantando sus salidas desmedidas y deslucidas. Con el toreo al natural, le dio salida, le ayudó en los finales de cada pase, reestructurando, pasando uno a uno a un ejemplar con el que no estaba llegando a los tendidos. Luque se empleó y con mucha voz, recursos y mucho oficio logró completar una tanda con la que le aplaudieron. Continuó por el derecho, mostrándole el extremo de la tela para citarlo y después aguantar sus parones. Fue apurando las distancias, siempre con la ayuda marcando el trazo, tratando de dejarle la tela en la cara para que continuará. Culminó con unas luquesinas que, ahora sí, transcendieron en los tendidos.

Sebastián Castella saluda una ovación tras una petición desantendida 

Saludó Sebastián Castella al segundo de lote, un toro que fue devuelto a corrales. En su lugar, salió el primer sobrero, un toro de Zacarías Moreno, al que llevó a la verónica bajo los terrenos del siete. Se fue a los medios para brindar al público y comenzar su faena desde aquellos terrenos, con varios pases cambiados por la espaldas, ligándolo y envolviéndose a un toro del que aprovechó la inercia. Después de aquel inicio, le dio tiempo y sitio para seguirle sobre el derecho, queriendo citarlo en la larga distancia, sin embargo, tuvo que acercarse, logrando otra tanda ligada, aunque no sin sobresaltos, pues le echó la cara arriba.  Se la dejó puesta y tragando y aguantando dio una tanda que cayó a muchos en el tendido. Derrochó oficio y se impuso a un toro al que le robó las embestidas, cuajando más de un muletazo y deleitando al natural. Recuperó el pitón derecho, en corto, dejándosela muerta en la cara para después arrastrarlo detrás de la tela. Siguió alternando pitones a un toro al que le costaba su tiempo tomar el primer muletazo, teniendo que insistirle cada vez más el francés para que pasara. Su determinación y firmeza ante un sobrero nada sencillo, que tenía sus teclas y peligro, le permitió aprovechar lo que tenía. Sin embargo, el toro ya no tenía nada más que ofrecer y Castella alargó. Mató con acierto.

Perera, sin opciones con el segundo de su lote

Perera se llevó a los medios al quinto, encelándolo en su capote. Empezó su faena por abajo, genuflexo, para despues levantarse y seguirle fuera del tercio. Continuó por el pitón derecho de un toro con ciertos extraños en su embestida. El extremeño le dio pausas, dosificando mucho en las tandas. Se la volvió a poner y tiró del animal sin que dijera demasiado. Trató de moverlo y pasarlo, sin terminar de acoplarse con el. Continuó con la mano derecha, contra un viento que tampoco deba tregua. Cambió al izquierdo, pero la faena no alcanzaba aquella rotundidad con la que Madrid vibra. Fue una labor meritoria, pero de escaso calado, sin acople, pasándolo una y otra vez. Tampoco encontró acierto con el acero.

Matices de Luque al natural con el sexto

El sexto fue un toro suelto al que pasó en su capote Daniel Luque. Brindó el sevillano al público y comenzó la faena de muleta junto a las tablas, donde lo pasó por abajo, para después andarle y ganarle terreno. Agarró al animal en la tela, girando sobre sí mismo para envolvérselo y conectar rápidamente con los tendidos. Se cruzó, le adelantó la mano y empezó a pasarlo sobre el derecho, dejándosela puesta y corriendo la mano en una tanda de distancias cortas y breve. Cambió al toreo al natural, volviendo a echarle los vuelos al hocico para ejecutar unos pases dotados de profundidad, verticalidad, verdad y, ahora sí, rotundidad. Aquella mano izquierda de Luque convenció. Sin embargo, quiso seguir mostrándolo por el derecho, metido entre pitones, pisando terrenos comprometidos con un toro que ya no tenía contenido en sus embestidas, quedándose muy parado y saliendo ajeno a la tela.

Ficha de festejo:

Madrid. Toros de Alcurrucén y Zacarías Moreno (5°Bis). Los animales estuvieron medidos, muy limitados, con teclas, les faltó emoción en su embestida, dificultando la conexión de las faenas y los triunfos. Sebastián Castella mostró al primero por ambos pitones, intentándolo ante un toro soso y sin contenido que se paseaba por la tela. Sebastián Castella, silencio y ovación; Miguel Ángel Perera, silencio tras aviso y silencio tras aviso; Daniel Luque, saludos y palmas.


 

 

 

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