Así se convirtió en el espada mexicano número 48 en hacerse matador de toros en cosos españoles
3 de agosto de 2020/Adiel Armando Bolio
Este lunes 3 de agosto de 2020 se cumplieron ya 45 años de que el diestro moreliano, hecho en la colonia La Joya de la Ciudad de México, Marcos Ortega, fuera el espada mexicano número 48 en tomar la alternativa en España, ésta concretamente en la Monumental Plaza de Barcelona, España, de manos del madrileño Ángel Teruel y ante la presencia del albaceteño Damaso González, con el toro “Calamar” de la dehesa de Juan Mari Pérez Tabernero, tras una triunfal campaña novilleril en ruedos europeos.
Marcos Javier Ortega García (Marcos Ortega) nació en Morelia, Michoacán, el 19 de mayo de 1955, pero desde muy chiquillo llegó a la que fue su colonia, la de La Joya, en la Ciudad de México.
Su afición por los toros le vino por su padre, don Antonio Ortega Montes, quien fue novillero y desde muy niño lo llevaba con él a los toros, por lo que a los 8 años de edad, cuando iba en tercer grado de primaria, se organizó un festival en el cortijo de don Ángel Isunza, en la colonia Romero Rubio de la capital del país, a beneficio de la escuela “Fray Martín de Valencia”, el 13 de septiembre de 1963 y ahí fue su presentación en público, inclusive vistiendo de luces en tal ocasión.
Luego, en 1970, se dio su debut formal como novillero actuando en Zitácuaro, Michoacán, donde lidió ganado de El Romeral y tras de ello logró torear en varias plazas, siendo las más importantes el Rancho del Charro, “La Aurora” de Ciudad Nezahualcóyotl y Guadalajara para llegar a su debut en la Monumental Plaza México el 21 de mayo de 1972, alternando con David “Vito” Cavazos y Joselito Herrera, con el astado “Porra Libre” de Santa Rosa de Lima y otro astado esa misma tarde, “Presidente”, lo diera su “bautizo de sangre” y llegando a cortarle una oreja, por lo que a su padre, don Antonio, se le entregara el apéndice ganado por su hijo que ya estaba en la enfermería y con ella dio emotiva vuelta al ruedo.
En 1974 se fue a España y en febrero debutó en público toreando un festival en Arnedo para después hacerlo de luces en Vitoria, donde resultó herido y, aun así, sin haber pasado una semana del percance, actuó en Mirando de Ebro para cortar tres orejas y con la herida abierta.
Ese año quedó al frente del escalafón novilleril español con 31 actuaciones, habiendo cortado 58 orejas y nueve rabos, además de una pata en septiembre en la plaza de Algemesí, con un total de 14 salidas en hombros. En total, en 1974 y 1975 sumó hasta 53 novilladas y 21 festivales.
En ese 1975 llegó a torear seis novilladas, cortando un rabo, en el coso de San Sebastián de los Reyes y su debut en Barcelona fue el 8 de abril obteniendo un valioso e histórico rabo que no se cortaba en esa plaza.
Así llegó Marcos Ortega a su doctorado, el 3 de agosto de 1975, en el mismo coso Monumental de Barcelona, cuando Ángel Teruel le cedió el toro “Calamar” de Juan Mari Pérez Tabernero ante la presencia de Dámaso González. Así logró torear 18 corridas alternando con diestros como Paco Camino, Francisco Rivera “Paquirri” y Joaquín Bernadó. Pudo haber toreado más de 50 corridas, pero al darse un rompimiento entre España y México ya no se pudo dar esa consecución a su carrera taurina.
Por ello, a 45 años de este suceso, hemos querido recordar la imagen de un torero todo pundonor, afición y vocación, como lo fue Marcos Ortega.