
2 de julio de 2025/Patricia Prudencio Muñoz/Fotos Emilio Méndez
Burgos ha celebrado su quinta corrida de toros con un, prácticamente, lleno en el que los diestros Morante de la Puebla, Curro Díaz y Morenito de Aranda se midieron a los ejemplares de Antonio Bañuelos. Los animales no dieron el juego esperado, muy escasos, sin fondo, clase ni entrega. No les sobraba la fuerza y eso limitó gran parte de las faenas. Morante no pudo desarrollar su faena al primero de la tarde, un toro flojo y ajeno a toda demanda del sevillano. La faena al primer sobrero fue de entrega absoluta, imponiendose a un toro al que tapó muchos defectos. Curro Díaz tampoco pudo expresar todo lo que quiso con su primero, un toro sin clase que no se entregó pero que pasó. Con el quinto, también el sobrero, logró una faena completa en la que se entregó, en una clara declaración de intenciones sin opciones por los de Bañuelos. Morenito a pesar de no tener un adversario digno se impuso a las circunstancias y le estuvo insistiendo, pasándolo por ambos pitones hasta completar una faena con la que cautivó. Se dispuso con un sexto escaso y manso que se le iba a tablas, por lo que intentó llevarlo muy tapado. Aún así fue más la garra y disposición de Morenito, que se impuso a una tarde muy cuesta arriba.
Morante, sin opciones con el nulo primero
Salió el primero de la tarde al que saludó Morante con torería y suavidad, primero junto a las tablas para después ganarle terreno. Inició la faena por ayudados por alto al hilo de las tablas, esperando a un toro que ya se quedaba corto y se pensaba su entrada en el cite. Se dispuso en el tercio sobre el pitón izquierdo, uno a uno, tocando despacio y con suavidad en la cara de un animal más que escaso de fuerza y que perdió las manos. El animal, ajeno a la tela, buscó rápidamente las tablas, lo que hizo a Morante ir a por el acero. Falló en la suerte suprema y entre pitos descabelló.
Curro Díaz, sin opciones ante un soso segundo con el que saludó una ovación
Curro no quiso esperar para saludar al segundo de la tarde, un toro suelto al que logró meter y bregar, pudiendo incluso estirarse con el mientras le ganaba terreno. Brindó al equipo médico de la plaza para después iniciar la faena con un trasteo por ambos pitones de un toro más que flojo. Sin excederse, eligió el pitón derecho y empezó a pasarlo, tocándolo con insistencia. Le dio tiempo y sitio, permitiéndole recuperarse, para seguir sobre aquel mismo pitón, tratando llevarlo muy metido para que no parase. Sin bajarle la mano en exceso, logró envolvérselo y desarrollar una tanda de cierto calado en los tendidos. Continuó por el derecho, dejándosela puesta, siempre en la cara de un animal que no humillaba, saliendo sin clase del engaño. Culminó con una buena estocada.
Morenito de Aranda corta la primera oreja de la tarde
Se fue a portagayola Morenito de Aranda para saludar al primero de su lote con una larga cambiada y después estirarse con el capote hasta rematar con una media. Se alcanzó la faena de muleta, pero antes de recibirlo en la franela, el diestro brindó a su madre. Después trató de comenzar su faena en tablas, pero rápidamente rectificó y se lo llevó a lo medios, unos terrenos en los que empezó a mostrarlo por el pitón derecho. El animal, al que tampoco le sobraban las fuerzas, no humillaba, siguiendo el engaño con una embestida en la que soltaba la cara. Fue la torería de Morenito la que se impuso a un toro inservible. El diestro burgalés cambió al pitón izquierdo, tratando de mantener en pie a un animal que seguía perdiendo las manos. Lo siguió intentando al natural, ayudándolo, cuidándolo todo lo que pudo y más, pero sin que su adversario le permitiera redondear su actuación. Lo buscó en un toreo en redondo y desplantes que cautivaron a los tendidos. Se tiró con acierto en su estocada.
Después de un largo parón para adecentar el ruedo con maquinaria, salió el cuarto, un toro descoordinado que fue devuelto después de que pasara por el capote de Curro Javier. En su lugar salió el primer sobrero, un toro también de Bañuelos, al que saludó, ahora sí, Morante de la Puebla, con gusto y suavidad, sorprendiendo con variedad y rematando con una serpentina. Después de brindar a Mañueco, Moranre tiró de inspiración, bajaron las musas y desarrolló un inicio de faena repleto de arte y torería. Siguió sobre el derecho con toque firme y mando, más allá del tercio, teniendo que acortar las distancias para meterlo y llevar a un toro al que fue templando. Sin embargo, aunque entraba bien en la tela y sus salidas eran algo más broncas, Morante lo limpió y depuró, logrando la uniformidad en el engaño. Cambió al pitón izquierdo de un animal muy venido a menos que sorprendía con algún que otro arreón. No dudó en recuperar el pitón derecho, pasándolo, aunque con dificultades, con mayor acople, habiendo dominado una embestida sin brillo ni vida. Deslució el uso de los aceros.
Curro Díaz saluda una merecida ovación en el quinto, segundo sobrero
Salió el quinto, pero según llegó a tablas cayó y quedó inservible, teniendo que ser devuelto a corrales. En su lugar salió el segundo sobrero de Antonio Bañuelos, con el que Curro quiso estirarse a la verónica con el quinto en un recibo lucido que gustó. Después de un polémico tercio de banderillas en el que el animal perdió las manos en numerosas ocasiones, se alcanzó la faena de muleta. Curro lo pasó despacio, midiendo, dosificando, sin bajarle la mano, todo por alto sobre el pitón derecho, sin evitar que se cayera. Curro se dispuso con la intención de hacer faena, tratando de darle continuidad, sin obligarlo, pero pasándolo. Lo ligó, paso atrás, muleta en la cara y a tirar de la embestida, con cierto gusto y poso. El diestro, que le dio sitio y tiempo en tandas, se dispuso incluso de rodillas, tratando de mostrarle a la afición burgalesa su entrega y agradecimiento. Sin embargo, su adversario no le daba opciones. Metió la mano con aseo y acierto.
Morenito de Aranda no se esperó y salió al tercio a saludar al sexto, un toro con el que fue ganando terreno, aprovechando su movilidad y repetición. Brindó a Mornate de la Puebla e inició su faena de muleta por abajo, genuflexo, sin excederse, para después levantarse y llevárselo más allá del tercio. Prácticamente en los medios eligió el pitón derecho para empezar a pasar a un toro que cantó y se fue a tablas. Sin embargo, el burgalés, tiró del animal y lo mantuvo en los medios, alejándolo de toda querencia, llevándolo muy tapado. Tomó la franela con la izquierda, iniciando así una tanda en la que con los vuelos y mucha voz logró llevarlo metido, aunque ya en el tercio. Volvió a dosificar, dándole tiempo y sitio para seguir con un toreo al natural pausado en el que ayudó a un animal que volvía a irse a tablas. Insistió, poniendo todo lo que podía el burgalés, sin obtener una respuesta acorde por parte de su adversario. Culminó metido en tablas con garra, raza y entrega absoluta, haciéndolo pasar, robándole las embestidas. Aunque se tiró con todo, pero no fue suficiente, por lo que lo mató de un único y certero descabello.
Ficha del festejo:
Burgos. Toros de Bañuelos. Los animales no dieron el juego esperado, muy escasos, sin fondo, clase ni entrega. No les sobraba la fuerza y eso limitó gran parte de las faenas. Morante de la Puebla, silencio y palmas; Curro Díaz, saludos; Morenito de Aranda, oreja y oreja tras aviso.