
3 de julio de 2025/Patricia Prudencio Muñoz/Fotos Emilio Méndez
Las Ventas ha celebrado su segunda novillada del Certamen de Cénate Las Ventas, en el que los novilleros Fabio Jiménez, Bruno Aloi y Pedro Luis se midieron a los ejemplares de la ganadería de Sagrario Moreno. Los animales no dieron el juego ni el lucimiento esperados. Les faltó fuerza, entrega y clase, aunque el quinto y el sexto fueron la excepción. Fabio Jiménez no tuvo demasiadas opciones con el primero de su lote, manteniendo un tira y afloja por poder pasarlo sin alcanzar la entrega en sus embestidas. No tuvo opciones con el cuarto, un novillo que no pasaba y con el que decidió abreviar, pues no había contenido en sus embestidas. La faena de Bruno ante el segundo de la noche fue compleja, la lluvia dispersó los tendidos y el mexicano mientras pasaba a un ejemplar que no se entregó y con el que tuvo que ponerlo todo. Bruno se midió a un gran quinto al que el mexicano quiso exprimir desde el inicio, encontrando lucimiento y acople, sobre todo por el pitón derecho, pero sin redondear la faena. Su labor se vio empañada por el mal uso de los aceros. Pedro Luis encontró a un tercero incierto y poco colaborativo en la faena, dificultando su labor y exigiéndole en exceso, lo que hizo que su faena no fuera a más ni calara en los tendidos. Su faena al sexto fue de menos a más, sin embargo, la lluvia y el acero empañaron una labor que se sabía iba ser de premio.
Fabio Jiménez, ovacionado ante el primero de su lote
Fabio Jiménez tardó en meter en su capote al primero de la tarde, un novillo suelto con el que pudo dejar algunos matices ya fuera del tercio. Se inició el tercio de varas y el animal derribó al caballo, quedando este a su merced. Se lució Bruno con un buen quite. Inició la faena con suavidad ante la brusquedad y protestas del primero de su lote. Continuó con una tanda de tira y afloja, llegando a los tendidos. Tomó la franela con la derecha y lo pasó en largo, dejándosela puesta, aprovechando la movilidad del animal para llevarlo metido y lograr una tanda con ritmo y ligazón. Al natural se quedaba a medio viaje, sin emplearse, sin humillar, pasando como cualquier cosa por el engaño. Logró acoplarse en algún que otro natural, pasándolo muy despacio. Trató de alargar por aquel pitón izquierdo sin encontrar armonía en unas embestidas cada vez más venidas a menos. Mató con acierto.
Bruno saluda una ovación ante el complejo segundo
Bruno saludó con gusto y torería al segundo de la noche mientras comenzaba la lluvia en Las Ventas. Se quedaba parado y se lo pensaba pero no dudó en lucirse con el. La lluvia dispersó los tendidos, pero Bruno mientras tanto llevó con torería a su adversario al caballo. Se alcanzó la faena de muleta, pero antes brindó. Comenzó de rodillas, emocionando y llegando a los tendidos. Se fue más allá del tercio, tomó la franela con la derecha y empezó a pasarlo con temple, con mucha suavidad. Siguió muy despacio entre los «olé» del respetable que aguantó bajo la lluvia. Bruno, lo iba pasando uno a uno, dándole forma a su faena y a las embestidas de un animal que pasaba a media altura, atendiendo a los cites firmes y fijadores del mexicano. Su labor por el izquierdo fue meritoria, arrancándole las embestidas de una a uno, depurando, con cierto gusto. Bruno se la dejó puesta abajo y trató de arrancarle unas embestidas que cada vez le costaban más al de Sagrario Moreno. Se quedaba parado y sacando la cara alta, a pesar de ello, el mexicano aguantó estoicamente sin moverse. Mató al segundo intento después de que a la primera casi lo prendiera.
Pedro Luis se mide a un complejo tercero cin el que no termina de acoplarse
Se fue Pedro Luis a la puerta de chiqueros para recibir a portagayola al primero de su lote. Lo saludó con una larga cambiada en la que casi se lo echa encima. Después al hilo de las tablas volvió a realizar una larga cambiada a la que continuó con lucimiento mientras le ganaba terreno. Inició la faena de muleta en los medios, entre muchas pausas, tratando de citarlo en largo sin que el animal se adentrara en el engaño. Le costó pero acabó entrando con brusquedad e incluso casi lo prende. Continuó sobre el pitón derecho, aguantando, tirando del animal hacia adelante. Cambió al toreo al natural, de uno en uno, ordenando, sin que le desluciera el trazo, buscando ese acople con un toro al que había que llegarle con más vuelos. Sin embargo, Pedro Luis no parecía acoplarse con aquel tercero que se quedaba muy agarrado al piso, no se desplazaba. Lo siguió intentando, ahora sí, dejándosela puesta y aunque dejó alguna pincelada, la faena no llegó a romper ni a calar con los tendidos. Logró meterle el acero al segundo intento.
Fabio Jiménez, sin opciones con el segundo de su lote
Fabio saludó al segundo de su lote con un recibo llevado en la que lo bregó sin poder lucirse con el. Se alcanzó la faena de muleta y el novillero lo pasó por ambos pitones, sacándolo del tercio, muy despacio, buscándole abajo. Se definió por la mano derecha, pasando una embestida poco definida y bronca que deslucía punteando la tela. Cambió al pitón izquierdo, sin encontrar contenido en sus embestidas, las cuales fueron sin clase ni entrega. Lo volvió a intentar por el derecho, pero no tenía materia prima con la que poder desarrollar una faena. Mató con aseo.
Bruno Aloi saluda una merecida ovación tras empañar con los aceros una buena faena ante un gran quinto
Bruno Aloi saludó a un quinto aplaudido en su salida con un recibo capotero variado y muy lucido, dotando de intensidad y mucha torería. Se iniciaba el tercio de banderillas y la lluvia volvía a dispersar los tendidos. Se inició la faena de muleta, pero antes brindó al respetable desde los medios, terrenos en los que decidió iniciar su faena de rodillas con un pase cambiado por la espalda para después seguir toreándolo, envolviéndoselo, poniendo al público en pie. Le dio sitio y tiempo para recibirle en la muleta sobre el pitón derecho, encajándose, asentándose en la arena para desarrollar una tanda de intensidad y calado. Bruno volvió a buscar la arrancada en la larga distancia, pudiendo después aprovechar la inercia y envolvérselo en una mezcla de garra, entrega, raza, torería y mucha clase, dejando mulerazos de cierta profundidad. Cambió al izquierdo, mostrándole con capacidad y entrega. No tardó en recuperar el pitón derecho, sin dejarse nada en el tintero, exprimiendo a un novillo de Sagrario Moreno que le prestó movilidad y continuidad. Culminó genuflexo, pero fue el acero el que empañó una gran faena del mexicano.
Pedro Luis empaña con el acero una buena faena ante el sexto
Saludó Pedro Luis al sexto a portagayola con una larga cambiada en la que casi vuelve a echárselo encima. Se cambió el tercio, pero antes de iniciar la faena, le brindó a su padre. Comenzó con un tanteo genuflexo por ambos pitones, llevándolo muy en línea. Sin embargo, Pedro Luis no encontraba los terrenos ni las alturas con los que llevar a aquel novillo que tenía una embestida irregular y bronca. Arremetía con violencia, pero poco a poco, sobre el pitón derecho, logró una serie de cierta armonía y acople, llevándolo con suavidad, muy despacio, limpiando sus salidas. Lo probó también al natural, en la que lo llevó metido en los vuelos, dejándoselos en la cara y tirando de aquella embestida. El animal pasaba y aunque le costaba atender a los cites, una vez dentro, dejándosela abajo puesta, lograba arrastrar al animal detrás del engaño. Encontró el acople y la conexión con unos tendidos que el público empezaba a abandonar por la lluvia. El acero empañó toda su labor, logrando pasaportarlo con el golpe de cruceta.
Ficha del festejo:
Madrid. Novillos de Sagrario Moreno. Los animales no dieron el juego ni el lucimiento esperados. Les faltó fuerza, entrega y clase, aunque el quinto y el sexto fueron la excepción. Fabio Jiménez, ovación y silencio; Bruno Aloi, ovación y ovación tras aviso; Pedro Luis, silencio y silencio tras aviso.