
Diego Urdiales sufrió la injusticia presidencial frente a un primero con el que lo bordó por naturales, Fortes se impuso a su lote y paseó un orejón del quinto por la vía de la buena colocación y del toreo puro y Pablo Aguado selló momentos torerísimos frente al tercero y un prodigioso inicio de faena al sexto.
18 de agosto de 2025/Javier Gallardo/Foto: Procuna
Aquí no caben mentiras. Y la terna de hoy en La Malagueta sabe bien de eso. Porque los tres —Urdiales, Fortes y Aguado— profesan un concepto de toreo que no admite atajos, ni artificios, ni disfraces. Torean como se torea cuando se cree en el toreo
Lo de Urdiales al primero fue una declaración de intenciones: despacio, muy colocado y siempre ofreciendo el pecho para tirar del toro. El saludo con el capote tuvo sabor antiguo, con un ramillete de verónicas que alcanzó su cima en la templadísima cuarta por el derecho, rematada con una media que cayó abrochada tras la cadera. Brindó a Fortes, y ya con la muleta se gustó en un inicio sentido antes de romperse por naturales.
Fortes brindó el quinto a José Morente, y desde el primer muletazo con la diestra quedó claro que iba a por todas por la vía de la verdad. Ligó los dos primeros con pureza, y cuando el toro amagó con rajarse, Fortes se cruzó, lo esperó, lo llevó y lo toreó. Jugó con los tiempos, con los terrenos, con los vuelos. No dudó en echarse la muleta a la izquierda, por donde el toro traía más complicaciones. Y allí también se impuso. Antes, Aguado había dejado también su firma ante el tercero, un astado con teclas, pero al que le robó muletazos de calidad en las últimas tandas. El sevillano, muy entregado, remató su labor con naturales de frente y a pies juntos.
Urdiales lo borda al natural en un primero que brindó a Fortes: dos vueltas al ruedo de clamor tras una injusta negativa presidencial
Nueve años separan a Urdiales de su último y único paseíllo en La Malagueta vestido de luces. La casualidad o la causalidad de la sustitución por Morante le ha llevado a encontrarse en esta plaza con el mismo hierro de aquella tarde, el de Torrealta. Pero poco tuvo que ver este primero con el lote de aquella tarde. “Vencido”, colorado bragado, perfecto de hechuras, se entregó de salida al capote de Urdiales. Y este lo toreo como solo pueden torear este tipo de toreros. Despacio, colocándose y ofreciendo el pecho para tirar de él. Dejó un ramillete de verónicas del que destacó la templadísima cuarta por el pitón derecho y una media abrochada detrás de la cadera. Brindó a Fortes y se gustó el riojano en el inicio de faena, donde se sacó al toro andando y en el que dejó también un hondo trincherazo. Ya en los medios, tomó la mano derecha, donde administró al astado una tanda donde trató de llevar la embestida, enseñándole los caminos. Cambio de terrenos de manera acertada para coger, ahora sí, la mano izquierda, con la que llegaron los momentos álgidos del trasteo. Naturales de figura esbelta, llevando la embestida embebida en los vuelos. Se vino abajo el toro en el último tramo, acostándose por el pitón derecho y desluciendo el natural. Pero ahí quedaba lo hecho. Dejó una estocada entera, pero el presidente desatendió la petición mayoritaria. Dio dos vueltas al ruedo.
Valor seco de Fortes, ovacionado con el segundo
Llegaba Fortes a su plaza de La Malagueta como triunfador de la pasada feria taurina, por lo que, tras el paseíllo, recibió a manos del alcalde la ciudad, Francisco de la Torre, el capote de paseo otorgado cada año al triunfador. Brindó al público su primer toro, un astado incierto desde su salida. El astado embestía midiendo al torero, con la cara alta y derrotando en alguno de los lances. Pero Fortes estuvo seguro, con el valor seco que le caracteriza, en una faena que toda la importancia que tuvo fue por la disposición y seguridad del torero. Tragó en todos y cada uno de los muletazos, dejándose llegar mucho al de Torrealta, que a punto estuvo de amagar con echarle mano. Apostó hasta el final, incluso cuando todo indicaba que se marchaba a por la espada, volvió una última vez a la cara del toro. Dejó un estocada entera.
Muy firme Aguado ante el apagado tercero, al que le saca detalles toreros
El tercer toro estuvo en el aire del anterior de sus hermanos. Algo por debajo de la seriedad de los anteriores, lo único que ofreció fueron embestidas informales, sin transmisión alguna. Pablo Aguado —vestido elegantemente de torero— estuvo con el toro muy dispuesto, haciendo gala, desde el capote, de aquello que dice que primero hay que lidiar y luego, si se puede, torear. El astado no lo puso nada fácil, pero al final llegó, a cuentagotas, una pequeña muestra de su toreo. Aguado se mostró entregado, consiguiendo robarle algún muletazo de mayor calidad en las últimas tandas. Lo mejor, el cierre de faena por naturales, de frente y a pies juntos. Le fue reconocida la labor del sevillano, que saludó una ovación.
La pureza de Urdiales le hace frente al feble cuarto
El cuarto llegó a la muleta de Urdiales entre fuertes protestas tras perder en no pocas ocasiones, durante los primeros tercios, las manos. Las mismas cualidades que los anteriores astados, añadiéndole a este la nula emoción. Le dio un leve tirón el riojano al toro para llevarlo hacia los medios y, allí, obrar el milagro del toreo. Un milagro efímero, tanto como el toro. Una tanda por la derecha, poniéndole la muleta planchada, ofreciendo el medio pecho y acompañando con el pecho, muy despacio la embestida del animal. Eso fue lo que duró. Luego, las protestas de nuevo. Dejó una estocada entera, fulminante, y una actuación más que digna el torero de Arnedo. Saludó una ovación.
Fortes liga su verdad por naturales ante el cuarto y le corta un orejón
Cuando Fortes remató con una media el saludo capotero, de mucha hondura, al quinto, se levantó un “run run” de expectación ante las posibilidades que este toro sí mostraba. Salió Aguado, viendo las cualidades del animal, para dejar un monumental quite a la verónica. Llevando muy templado al animal, casi a cámara lenta. Salió Fortes tras el sevillano para replicar por el mismo palo, pero el de Torrealta lo alcanzó, empañándolo en una fea voltereta. A partir de ahí, el animal se orientó, complicando el tercio de banderillas. Parecía que cualquier posibilidad se esfumaba, pero repito bien, parecía. Porque el torero de la tierra —tras brindar al alcalde de la ciudad y al pregonero de la feria taurina, el arquitecto y aficionado José Morente— montó la muleta con la mano derecha e hizo lo que a estas alturas parecía más difícil: torear. Ligando los dos primeros, cruzándose después cuando el toro desistía de repetir. Dándole tiempos y jugando con los terrenos. Echándole los vuelos y llevándolo muy toreado. Y no dudó en echarse la muleta a la mano izquierda, por donde el burel había presentado más complicaciones. Y le ligó también por ahí, aguantándole mucho con firmeza y valor. Y toreándolo muy despacio, llevando la muleta con el pulso de su templado corazón. Se lo dejó llegar en una última tanda al natural, metido entre los pitones de “Gordito”. Volvió a intentar otra tanda, esta con la derecha, tras coger la espada, pero el toro se fue buscando tablas. Abrochó la faena con un espadazo que bien le valió la oreja.
Aguado sella un prodigioso inicio de faena al sexto, que le duró poco
Llegó el sexto toro de la tarde, “Aventurero”, a la muleta de Aguado en medio de un ambiente más propio de verbena que de una plaza como La Malagueta tras los incesantes gritos y voces del público. Dejó Pablo Aguado con el capote destellos de su concepto clásico y natural. Sí permitió el toro que los subalternos se lucieran en el tercio del banderillas, tras el que se desmonteraron. Apoyado con una mano en las tablas, lo pasó por alto en varias ocasiones para terminar rematando el inicio con un torerísimo molinete. Muy entregado desde el inicio, con mucha actitud y ganas como en el anterior toro, no quería Pablo irse sin poder redondear la faena al último de su lote. Pero poco le duró el animal, embistiendo casi siempre a la defensiva. Provocando las embestidas, prácticamente de uno en uno, fueron las tandas por ambos pitones, adornándose en los remates. Dejó media estocada tras varios pinchazos.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de La Malagueta. Quinta de abono de la Feria de Málaga. Corrida de toros. Lleno.
Toros de Torrealta.
Diego Urdiales, dos vueltas al ruedo y ovación.
Fortes, ovación y oreja.
Pablo Aguado, ovación y
INCIDENCIAS: Fortes, como triunfador de la pasada feria taurina, tras el paseíllo, recibió a manos del alcalde la ciudad, Francisco de la Torre, el capote de paseo otorgado cada año al triunfador.