Emiliano Osornio se estrella con un lote de El Sierro con pocas opciones en Moralzarzal

20 de septiembre de 2025/Patricia Prudencio Muñoz/Fotos: Emilio Méndez

Moralzarzal ha celebrado el segundo festejo y primera novillada picada de su Feria Taurina, en la que el mexicano Emiliano Osornio y Pedro Andrés, en mano a mano, se midieron a los ejemplares de El Sierro. Los animales fueron escasos en la tela, sin mostrar demasiadas opciones a los novilleros. Reservados y ajenos a las demandas de ambos. Osornio trató se llevar con firmeza a un complejo primero y vacío en sus embestidas, aunque falló con los aceros y empañó su labor. Lo intentó con el tercero, pero no tuvo opciones, no pasaba el de su lote. Pedro Andrés desarrolló una faena de ganas y voluntad con la que no logró redondear su labor. No terminó de acoplarse con el cuarto, un novillo de teclas.

Osornio, firmeza ante el complejo primero

Emiliano Osornio saludó al primero de la tarde tratando de estirarse con el, que no le permitió el lucimiento. Pasó por el caballo y lo probó desde los medios el mexicano. Se alcanzó la faena de muleta y Osornio brindó al público para después comenzar junto a las tablas con unos ayudados a pies juntos en el tercio para después definirse por el pitón derecho de un novillo bronco que topaba contra la tela. El novillero le dio tiempo y sitio, dosificando entre series. Continuó con la mano derecha en el uno a uno con un ejemplar deslucido y que se quedaba corto, saliendo con brusquedad de la tela e incluso llevándola la cara alta en el muletazo. Medía y buscaba y Osornio solo pudo pasarlo sin muchas más opciones. Quiso mostrarlo también al natural, arremetiendo con una media arrancada, la cual trató de aprovechó el mexicano, elaborando una tanda reconocida en los tendidos. Alargó, quizás en exceso y falló con el acero.

Pedro Andrés, faena de ganas sin acople ante el segundo

Salió el segundo de la tarde, al que saludó Pedro Andrés a la verónica, ganándole terreno, llevándoselo a los medios. Inició la faena despacio, buscando los terrenos, la altura y la distancia. Se decidió por el pitón derecho, en la larga distancia para después aproximarse y aprovechar una inercia inexistente. Le costaba pasar y aquella primera tanda fue breve. La continuidad la encontró en el uno a uno, a media altura, sin bajarle la mano, dejándosela puesta y envolviéndoselo. Cambió al pitón izquierdo, iniciando el toreo al natural con largura, mostrándole la salida para evitar que se le quedara encima. Sin demasiado acople, decidió retomar el toreo sobre el derecho, uno a uno, recomponiendo entre pausas con un ejemplar que se le venía por dentro. Trató de adornarse sin encontrar el acople con el animal. Mató al segundo intento.

Osornio, sin opciones ante el tercero

Emiliano Osornio saludó al segundo de su lote y tercero de la tarde, al que llevó metido en su capote dejando algunas pinceladas. Se alcanzó la faena de muleta tras dos complejos tercios de varas y banderillas. Junto a las tablas se dobló con el para pasarlo por ambos pitones, muy despacio, dándole tiempo para ir ganándole terreno poco a poco. Osornio lo tocaba con insistencia, pero el de El Sierro no atendía con prontitud ni obediencia a los toques. Cambió al natural, bajándole la mano con sabor, aunque sin las opciones en las embestidas del tercero. Pasaba con medias arrancadas, quedándose corto, teniendo que llevarlo uno a uno, reestructurando en cada pase. El de El Sierro no pasaba, a pesar se que el mexicano le buscará las vueltas, alternando pitones, pasándolo el, poniendo lo que no tenía. En una nueva tanda al natural le marcó el trazo con la ayuda. Sin poder añadir mucho más, intentó matarlo sin demasiado acierto.

Pedro Andrés desluce con los aceros ante el cuarto

Salió el cuarto, al que saludó con gusto y muchas pinceladas Pedro Andrés. La faena de muleta la inició rodilla en tierra para después levantarse y seguir pasándolo. Le dio tiempo y sitio para decidirse por el pitón derecho, llevándolo uno a uno. Se adornó entre pausas y entre tandas, logrando desarrollarlas con cierto calado. Le puso el engaño y tiró de la embestida con suavidad. Cambió al natural y uno a uno lo pasaba y recomponía, encontrando la continuidad en un uno a uno que fue enfriando a los tendidos. Retomó el pitón derecho, pasándolo sin acople ni redondear aquella labor, en la que también trató de adornarse. Falló con el acero.

Ficha de festejo:

Moralzarzal. Novillos de El Sierro. Los animales fueron escasos en la tela, sin mostrar demasiadas opciones a los novilleros. Reservados y ajenos a las demandas de ambos. Emiliano Osornio, silencio tras dos avisos y silencio; Pedro Andrés, ovación y silencio.

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