Castella y Perera van elevando la apuesta en una tarde coronada por el indulto al gran sexto de Garcigrande en Nimes
14 de septiembre de 2019/Texto y Fotos: Emilio Méndez
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La tercera de la Feria de la Vendimia de Nimes tenía lugar, en la tarde de este 14 de septiembre, en el escenario galo. Se lidiaban toros de Garcigrande y Domingo Hernández para Sebastián Castella, José María Manzanares y Miguel Ángel Perera.
El primero se acopló con Castella en la calidad que derramó en la capa, en una demostración de nobleza que luego se vino a menos. De tablas a medios fue la faena de muleta, que comenzó ligada y terminó con los viajes recortados en el trapo. Aún así, tuvo ajuste Castella y tuvo arrestos para irse con bernadinas ajustadas y cortar la primera oreja de la tarde.
El segundo tuvo su nobleza, aunque le faltó transmisión. Hubo muletazos aislados de Manzanares, sin llegar a que rompiese del todo la faena por la falta de chispa y de transmisión del de Garcigrande. Pero un estocadón fulminante hizo que también para Josemari saliese el pañuelo blanco para pasear una oreja.
El tercero fue un gran toro de Garcigrande y Perera lo cuajó desde el principio con el capote y a la verónica. Cumplió el toro con nota empujando en el caballo y le ajustó después la chicuelina Castella para que respondiese Perera por gaoneras tremendamente comprometidas en lo que fue un vistoso agarrón en quites. Con la muleta lo llevó larguísimo Miguel Ángel, templado y suave, en una faena que siempre fue a más, incluso soltando el ayudado en el final, con un Perera a gusto en la cara que desplegó toda su tauromaquia. Pero una estocada desprendida con descabello dejó en oreja simple lo que iba para doble, con vuelta al ruedo para el gran toro de Garcigrande.
Manseando salió el cuarto, al que tuvo que manosear mucho Sebastián -y su cuadrilla- para que llegase a la muleta con cierta garantía. Comenzó con péndulos, muy a su estilo, y tuvo emoción y poder por parte del francés, pero sobre todo mucha largura, en un trasteo de un Sebastián siempre metido por ambos lados. Una estocada trasera y un tanto caída no fue obstáculo para que se le concedieran al francés dos orejas protestadas por un sector con las que abrió la Puerta de los Cónsules.
El quinto llevaba el hierro de Domingo Hernández y salió complicado y mansurrón, con cierto peligro que ya le demostró con el capote a Manzanares. Anduvo dispuesto el alicantino, pero sólo pudo dejar muletazos aislados entre las tarascadas de cara suelta y brusquedades del animal. Visiblemente dañado de la mano derecha Manzanares, de la que tuvo que ser atendido, Por eso le costó meter la espada antes de escuchar silencio.
Tardó el definirse el sexto, de Garcigrande, al que le dejó un vistoso quite por chcicuelinas y tafalleras, pero lo mejor llegó en la muleta. Porque al final rompió el animal, que fue tan a más como la faena de un Perera en plenitud que le aplicó el temple máximo que implica su sello y su personalidad. En pie la gente tras las tandas, todo resultó muy emotivo. Tanto que terminó pidiéndose el indulto tras las luquesinas de Miguel Ángel, y el palco lo concedió, premiando al torero con los máximos trofeos.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Nimes, Francia. Tercera de abono de la Vendimia. Corrida de toros. Lleno.
Toros de Garcigrande y Domingo Hernández. El tercero premiado con la vuelta al ruedo por su bravura y el gran sexto, Cazadotes, número 36, negro mulato, de 521 kilos indultado.
Sebastián Castella, oreja y dos orejas.
José María Manzanares, oreja y silencio
Miguel Ángel Perera, oreja y dos orejas y rabo por indulto.