El Cid cuaja una de las grandes obras del año de su adiós, pero falla con el acero, la gran maldición de su carrera; Leal sella otra tarde para enmarcar en su enorme año y Luis David pasea premio.
25 de septiembre de 2019/Texto y fotos: Emilio Méndez
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La última de la Feria de San Mateo de Logroño acogía, en la tarde de este 25 de septiembre, una corrida de toros en la que hacían el paseíllo El Cid, Juan Leal y Luis David. Fue una tarde en la que El Cid cuajó al cuarto una de las grandes obras del año de su despedida, pero falló el acto con el acero, la gran maldición de su carrera; Juan Leal selló otra tarde para enmarcar dentro de su enorme año y Luis David paseó del tercero premio. Un tercio de entrada en los tendidos con brava corrida de El Parralejo.
El primero fue un animal con clase y calidad para Manuel Jesús, al que llevó despacioso a la verónica. En el remate con una media, desafortunadamente el toro se dio una voltereta. Apenas fue picado y también saliendo de varas dio otra vuelta de campana. Muleta en mano, el torero de Salteras cuidó mucho al animal en alturas: y tuvo fondo al final el de El Parralejo. Cuajó El Cid una faena de compases muy toreros, especialmente un sublime del desprecio. Falló con la espada, matando a la segunda y quedando todo en palmas.
El segundo de la tarde, para Juan Leal, fue un buen toro, con bravura, transmisión y calidad. Lo llevó a la verónica con lances de buen trazo, rematados por una revolera. Empujó bien el astado en el caballo, quitando Luis David por gaoneras. Se fue Leal a los medios a iniciar su faena de rodillas, pegando dos péndulos espectaculares y conectando de inmediato con el tendido. A más la labor, en la que dejó valor, raza y buen toreo, en el que disfrutó el galo. Hubo arrucinas, cambios de mano y muletazos de rodillas, por donde llegaron momentos largos. Con un desplante torerísimo finalizó labor, pero falló con la espada, utilizando el descabello y dando una vuelta al ruedo.
Un toro que se dejó sin más fue el tercero, que no tuvo emoción. La cierta calidad que tenía la aprovechó Luis David. Brindó a El Cid su labor, iniciando el mexicano su faena aprovechando las condiciones del de El Parralejo. Hubo momentos largos por ambos lados, rematando muy bien las series con los de pecho. Manoletinas ajustadas al final, estoconazo recibiendo y oreja.
El cuarto de la tarde fue un animal noblón y con calidad. En auténtico maestro estuvo El Cid ya a la verónica. Muy bien empujó en el caballo el animal, al que casi derriba. Emotivísimo fue el brindis al tendido, iniciando una faena poderosa y con oficio, en la que dejó muletazos largos y templados sobre todo por la mano izquierda. Los de pecho tuvieron plena personalidad. Se abandonó toreando… pero falló con la espada. Una auténtica lástima. Dio una emotiva vuelta al ruedo.
Un gran toro fue el quinto, enclasado y bravo. Lo midió de salida Juan Leal, que dejó dos péndulos de inicio de faena. Valor y buen toreo como claves de la emoción. Muletazos en redondo al natural que emocionaron, culminados con detalles muy toreros. Estoconazo, petición de doble premio y sólo una concesión del palco. Dos vueltas al ruedo. Palmas en el arrastre al toro.
El sexto fue un toro indefinido, que no le dio demasiadas opciones al joven. No se lo pudo nada fácil al mexicano el animal. Estuvo firme el hidrocálido, matando de media estocada y todo quedó en palmas.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de La Ribera, Logroño. Última de Feria. Corrida de toros. Más de un tercio de entrada.
Toros de El Parralejo.
El Cid, palmas y vuelta.
Juan Leal, vuelta y oreja con dos vueltas.
Luis David, oreja y palmas.
INCIDENCIAS: La empresa entregó, tras el paseíllo, un reconocimiento a El Cid por su despedida.