3 de mayo de 2020/Luis Ramón Carazo
En 1990 hace treinta años en una reunión de Bibliófilos Taurinos de México: Óscar Chávez, Daniel García, Antonio Zedillo y Modesto López; nos presentaron una larga investigación con 52 canciones taurinas seleccionadas de la amplia tradición popular mexicana.
La reunión fue para pedir la opinión del grupo sobre el monumental esfuerzo y además ser parte de un cuaderno ilustrado “Apuntes para el toreo” ilustrado con grabados de Manuel Manilla y José Guadalupe Posada, que se imprimieron posteriormente por Arsacio Vanegas Arroyo.
En aquella reunión decía Modesto López: “este trabajo se hizo realidad, no solo por nuestra terquedad sino también por la solidaridad”
Muchos participamos y me incluyo con un texto de Manolo Martínez que titulé:” Nombre de época” Comentó que fueron varias las posteriores reuniones donde salieron a relucir detalles e historias correlativas a cada melodía, en las que la genuina curiosidad de Óscar por tener más detalles de cada una, era asombrosa.
Óscar escuchaba atentamente, porqué la voz cantante la llevaban Zedillo al que como a mi querido Rafael Puente Suárez, le apodaban WAMA y Modesto. Antonio estaba ufano de su lugar 278 en la primera fila del segundo tendido de sol.
Óscar sabía que la selección era atinada para representar la asociación de la música y los toros, comentó que de Renato Leduc escuchó: ¡Qué bueno que aún haya fiesta taurina!: “En las grandes ciudades europeas, los domingos son desesperantes, no sabe uno donde meterse…en México tenemos, por lo menos los taurinos, las corridas de toros que nos salvan del hastío dominical”
A Renato le dedicó lo siguiente en los “Apuntes para el Toreo”:
¡Va por usted don Renato!
Por su sentido a la vida,
Por su sentimiento a la fiesta,
Por su sentir a los bello,
Por su sensación presente:
¡Vayan estas suertes de arte
En respetuosa dedicación
A su memoria: Renato Leduc!
Óscar fue un baluarte de nuestro folklore. Aquí me refiero a su “Encerrona” Con la que rescató muchas piezas taurinas que seguramente estuvieran perdidas de no haber sido por la capacidad de gambusinos de él y de su gran equipo.
En él hubo talento y oficio, aderezada por humildad paciente y a través de la música, entender la vida de México.
Vigente siempre en su longeva carrera, hace unos pocos años debutó en Vive Latino con los cantantes actuales en los que brilló su genio, vigencia y posicionamiento político.
Fue también locutor y de ahí su facilidad de palabra en Radio UNAM, polifacético pues fue actor de cine y teatro, y muchas cosas más, que generosamente ofrecía con gran profesionalismo.
La Encerrona la presentó en un festejo novilleril en 1990, en La México y por aquella época lo entrevistamos en Sangre y Arena que producía Lauro Alvarado: Mauricio Locken, Juan Antonio de Labra y un servidor donde reconoció que era la voz cantante de un grupo profesional de músicos, ingenieros, investigadores, escritores, dibujantes e impresores.
La última vez que conviví con Óscar fue en abril de 2012, cuando me invitó el actual presidente de Bibliófilos Taurinos de México Eduardo Heyfte a presentar su libro Corridos Taurinos Mexicanos, en el recinto de la Asociación Nacional de Matadores de Toros y Novillos, Rejoneadores y Similares, junto con Paco Coello.
A principio de año caminando por Insurgentes cerca de Arroyo, nos encontramos y tuve el gusto de darle un abrazo, a quién ahora deja una estela de arte y bonhomía en su paseíllo hacia la gloria. Lo vamos a extrañar con sus mariposas amarillas Mauricio Babilonia y tantas y tantas más ¡Por ti! Vayan estás letras.