Recordando la tarde de Puerta Grande de Diego Ventura hace 9 años en San Isidro

La corrida de rejones mas esperada de San Isidro 2011, en la que hicieron el paseíllo Fermín Bohórquez, Pablo Hermoso de Mendoza y Diego Ventura ante un encierro de Carmen Lorenzo en la que estuvo presente Suertematador.com

21 de mayo de 2020/Texto y galería de fotos: Emilio Méndez

Llegaba la tarde del 21 de mayo de 2011 a Las Ventas de Madrid en uno de los carteles mas esperados de ese San Isidro sobre todo por el duelo entre Pablo Hermoso de Mendoza y Diego Ventura que le cortó una oreja a cada toro de su lote, abriendo así la correspondiente Puerta Grande y ganando la partida.

El cartel de rejones más esperado, por la competencia Hermoso de Mendoza y Ventura que no era nada fácil que se anunciaran juntos, y menos en plaza de tanta responsabilidad como la monumental madrileña. Al final ganó Ventura la partida, pero no fue un duelo en la cumbre tal como se entiende, sobre todo porque los toros de la familia del maestro «Niño de la Capea» restaron muchas posibilidades de lucimiento. También cuenta el hándicap de Hermoso en la suerte suprema, al perder un trofeo más que seguro en su primero, lo que hubiera equilibrado más la competencia para el siguiente.

Ventura ganó, y por méritos propios. Más templado y riguroso con la ortodoxia de lo que acostumbra, puso la plaza a su favor con un par de piruetas nada más clavar en su primero un rejón de castigo. Ya en banderillas iba a ser definitiva una vuelta completa al redondel llevando al toro imantado al estribo del caballo «Nazarí» en espectacular galope a dos pistas.

El toro a menos, paradito, obligaba a llegarle mucho, y ahí arriesgó lo suyo «Distinto», que como su propio nombre indica, es caballo con personalidad, y sobre todo valor. Los quiebros en la cara, muy ajustadas las reuniones. El único lunar de Ventura, que con las cortas puso dos de tres. Mas al cazarlo a la primera con el rejón de muerte, primera oreja, y hasta petición de la segunda.

El sexto fue el único toro que llevó dos rejones de castigo, lo que posiblemente influyó para que se parara pronto. Aún así la faena resultó otra vez muy templada, buscando siempre Ventura el pitón contrario, y apoyándose en la gran expresividad de sus cabalgaduras, sobre todo la del valiente y agresivo «Morante». El pinchazo previo al rejón definitivo no fue óbice para que paseara otra oreja, con la que amarró la salida a hombros.

Con Mendoza no pudo ser, y no sólo porque apechara con el peor lote del deslucido envío de «los Capea». Sus dos toros, mansos, amagaron varias veces con saltar al callejón antes de buscar definitivamente las tablas, donde también se negaron a embestir.

Con todo, faena maestra la que llevó a cabo Mendoza en el segundo, primero de su lote. Los quiebros y cambios de pitón por dentro sin ir armado, los cites de frente para reunirse al estribo y salir toreando en el sentido literal de la palabra. Y todavía más, la elasticidad de «Chenel», que tan pronto se estiraba como giraba en un palmo, y la temeridad de «Ícaro», abundaron en la explosión del frenesí. La pena, está dicho, el borrón al matar.

El quinto fue toro más remiso en todo, obligando al jinete a buscarle siempre en el refugio de la querencia. Emotiva pelea, que sin embargo no dio sus frutos.

Bohórquez, un lujo de cabecera de cartel, esta vez anduvo con notables desigualdades. En el que abrió plaza, una primera parte de faena muy limpia y con notable acierto al clavar. Sin embargo, a partir de un par a dos manos se vino un poco abajo. Y algo parecido en el cuarto, tras espectaculares cites de plaza a plaza, «clavó» por dos veces al aire, enmendándolo al final con dos pares a dos manos, esta vez impecables.

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