Recordando el debut en Francia de “El Pana” en San Vicent de Tyrosse (Fotos y Video)

Hace seis años Rodolfo Rodríguez “El Pana” (D.E.P.) debuto en tierras francesas en la localidad de San Vicente de Tyrosse, compartiendo el cartel con Manuel Escribano y Paco Ureña ante un encierro de Rehuelga.

20 de julio de 2020/Texto, Fotos y Video: Emilio Méndez

Todo empezó en México en el invierno de 2011 cuando el joven francés Jean-François Piles hijo del matador de toros en retiro Roberto Piles, decide hacer un viaje de varios meses por tierras aztecas para descubrir un poco de la cultura, de las costumbres y de su pasión que es la tauromaquia descubriendo durante este viaje a Rodolfo Rodríguez “El Pana” a quien pudo conocer y convivir con el ser humano y con el torero quedando con la firme promesa de que haría todo lo posible para poder llevar a “El Pana” a Francia. Lo que parecía una locura tres años más tarde fue una realidad, ya que tanto el, junto a su padre y otras personas gestionaban el coso de San Vicente de Tyrosse y contra viento y marea, dieron a conocer el cartel del debut del Brujo de Apizaco en Francia, que causo expectación y al mismo tiempo asombro por la afición gala que lo tomo de buena manera, al ser una afición con conocimiento y una cultura amplia.

Llego el día esperado, pero el panorama no se veía muy bien ya que se pronosticaba lluvia durante el día del 20 de julio de 2014, justo estábamos acompañando al maestro Rodolfo Rodríguez en su ritual de vestirse de luces cuando caía la tormenta y sin inmutarse, con calma e incluso con buen humor y algo de cachondeo, termino el ritual para prender un “Charuto” (como le llama El Pana al puro o habano) para dirigirse a la plaza de toros. Se abrió el cielo y salió el sol justo cuando caminaba entre la gente que quería la foto con el Brujo, varios jóvenes con habanos y una emotiva llegada a la puerta de cuadrillas donde ya lo esperaban un buen numero de medios de comunicación, así como sus alternantes los diestros españoles Manuel Escribano y Paco Ureña y las cuadrillas.

La plaza de toros de San Vicente de Tyrosse es un bonito reciento ovalado al que da sombra una frondosa arboleda, ciertamente singular ya que en su fachada hay varias figuras y dibujos en hierro forjado del gran pintor y natural de esta zona, Jean Ducasse. Dio inicio el paseíllo en la que El Pana despertó mucha curiosidad y provocó asombro al verle fumando su Charuto, un gran habano humeante, y, por ir descubierto al debutar en este coso y en este país, dejando ver su coleta natural tan canosa y larga anudada en el extremo con un lazo de seda negro, llevando sobre el hombro el Sarape de Saltillo como capote de paseo y esa pausa en los medios como gesto de saludo, reanudado con ese paso muy a su estilo.

Había morbo, que acompañaba a El Pana lo que despertó el interés de los aficionados para ver qué hacía o no podía hacer el veterano personaje. Y ciertamente no defraudó. Sin triunfar porque no estuvo fino con la espada, pero el de Tlaxcala tuvo suerte con sus dos toros con seriedad, ciertamente un tanto chochones y de suficientes pero inquietantes cornamentas, que aún así le permitieron dar rienda suelta a dos actuaciones que tuvieron algo de estrafalarias, pero con momentos torerísimos y con embrujo que hicieron las delicias de los presentes. Tuvo mucho mérito El Pana en ponerse delante de estos ejemplares de Rehuelga de la Familia Buendía, dadas a sus facultades físicas y la exigencia de este encaste. Aun así  bajaron los duendes por momentos para disfrutar de una revolera salerosa, un molinete subyugante, un recorte perfumado, un trincherazo muy torero y pudo correr la mano por momentos con profundidad para culminar con un desplante enervante y aun que de repente hubo carreras huyendo despavorido del toro que le perseguía hasta frenarse, El Pana encaró al público con gestos de que “!aquí no pasa ná¡” levantando clamores.

No pudo cortar orejas, pero para El Pana fue lo de menos,  porque muy a su estilo se marcó por su exclusiva cuenta unos saludos y unas vueltas al ruedo un tanto heroicas que la gente tomo bien agradeciéndole el esfuerzo para finalizar de rodillas en los medios y besar la arena del ruedo.

Toda la suerte del mundo no terminó en tragedia para El Pana porque en los lotes de sus dos compañeros saltaron un par de toros muy peligrosos. Sobre todo el quinto. Y el sexto por el lado derecho. Manuel Escribano y Paco Ureña se los quitaron de en medio con franca solvencia. A Escribano le debieron dar una oreja del segundo con el que anduvo muy valiente, variado y eficaz al matar. Y a Paco Ureña las dos del tercero – cortó una -, un toro de gran clase y templadas embestidas con el que Ureña se nos destapó con maneras de elegido.

Nota: Para quienes no lo sepan, Saint Vicent de Tyrosse es una población situada en la región de Aquitania, departamento de Landas, en el distrito de Dax y a muy pocos kilómetros de la villa de Hossegor, situada junto a la costa del océano Atlántico y circundante del lago del mismo nombre.

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