12 de octubre de 2020/Suertematador.com/Fotos: Felipe Martínez
Un emotivo festival taurino se llevó a cabo en la Ganadería de Don Joaquín Aguilar en el campo bravo guanajuatense ante un buen número de aficionados con ganas de disfrutar su pasión llegaron a este hermoso lugar para disfrutar de una buena tarde de toros, por su puesto cuidando las normas de sanidad actuales.
Abrió el festejo el novillero capitalino avecindado en Aguascalientes Diego Garmendia, ante un novillo con calidad y clase con el que lució de capa y en banderillas para después cuajar una faena templada y con detalles de torería para culminar con una estocada en buen sitio y pasear una oreja.
Siguió el turno de Marcial Herce, ante un novillo que fue bravo pero con calidad con el que lució a la verónica con temple y buen gusto, invitó a banderillear a los matadores Israel Téllez y Francisco Martínez en lo que fue un emocionante tercio de banderillas. Ya con la muleta después de brindar a su equipo de trabajo del restaurante Tupinamba, tomo Marcial la muleta para iniciar una faena que fue a más. Los muletazos fueron con temple y con sentimiento, calando en la afición presente. La faena fue a más por ambos lados con detalles, mostrando que lo bien aprendido no se olvida y como los buenos vinos que con el tiempo saben mejor, culminó de estocada un tanto caída pero suficiente para cortar una oreja.
Toco el turno del aficionado práctico Emilio Méndez quien realizó una labor de tienta a una vaca que tenía fijeza pero le costaba humillar. Mendez se fue a porta gayola para recordar al maestro Rodolfo Rodríguez “El Pana”, realizando la suerte de “La Tlaxcalteca” con el capote en la espalda al que le siguió otro lance de capa de su creación para después poner la vaca en los medios para que acudiera la vaca al peto y que Don Joaquín Aguilar realizará la calificación correspondiente. Siguió un quite por gaoneras para después tomar la muleta e iniciar con el pase de “El imposible” para después doblarse con la obediente vaca. Dos tandas por la derecha con gusto y corriendo la mano con sentimiento y afición al natural dejando detalles con trincherazos, cambios de mano y molinetes para culminar su labor siendo ovacionado y dando turno a los aficionados que es bajaron al ruedo a probar su suerte.
Una vez culminado el festival, la gente pudo disfrutar de las delicias gastronómicas de El Tupinamba, del Flamenco y de un gran ambiente para mantener viva la afición por la tauromaquia.