Ahora, a seguir las recomendaciones para la rehabilitación, terapias y cumpliendo de manera con la ingesta de los medicamentos indicados
10 de mayo de 2021/Suertematador.com
El reciente domingo 9 de mayo de 2021, alrededor de las cuatro de la tarde, hora en que tradicionalmente comienzan las corridas de toros, el matador Alberto Huerta hizo el paseíllo para salir de conocido hospital del norte de la Ciudad de México, donde estuvo internado por espacio de cinco días tras la larga intervención quirúrgica a la que fue sometido por más de seis horas y media.
Ahora, ya con 6 tornillos y una caja amortiguadora entre varias de las vértebras lumbares y discos, se le vio salir del nosocomio por su propio pie, aunque sin con el apoyo de una andadera.
Tras esta importante faena realizada a la vida, nunca se ha puesto en tela de juicio el valor, la casta y entrega del último representante de la dinastía de los Huerta, aquella que iniciara con el famoso “León de Tetela de Ocampo”, Puebla, Joselito Huerta, quien fuera figura del toreo nacional durante la década de los años 60 y 70’, seguida por su hermano Víctor para después ser tomada la profesión por Omar, hijo de José y, más tarde, Víctor y el último, Alberto, quien se logra doctorar cómo matador de toros.
Como dato anecdótico, lo primero que hizo Alberto al abandonar el hospital ubicado en la colonia Lindavista fue ir a pegarse a un “arrimón” en un quite por ricas “gaoneras” al famoso restaurante, en Azcapotzalco, del entrañable y gran personaje que engrandeció la Fiesta Brava conocido como el “Gitano Bigotón”, nada menos que el desaparecido don Juan Hernández, quien apoyó mucho la carrera de Alberto en el comienzo de su carrera como novillero invitándolo a su ganadería San Francisco de Asís.
Así pues, por este medio el matador Alberto Huerta hace público su agradecimiento a todas las personas que estuvieron al pendiente de su estado de salud a través de las redes sociales, las muestras de afecto, cadenas de oración y todas las llamadas y comentarios para que Dios fuera quien guiara las manos del traumatólogo Sergio Anaya y de su equipo para que todo saliera satisfactoriamente a favor de Huerta, por lo que también agradece a los medios de comunicación especializados por estar constantemente interesados por su estado físico.
Por lo pronto, tendrá que pasar algún tiempo siguiendo las recomendaciones para la rehabilitación, terapias y cumpliendo de manera puntual con la ingesta de los medicamentos indicados para poder volver a verlo tomar un capote y muleta. Tiempo al tiempo que la prisa es para los rateros y malos toreros.
De ir todo bien, luego vendrá el campo bravo para calarse, sentirse 100 % preparado física, mental, moral, espiritual, sentimental y taurinamente, que es cómo deben salir los toreros que respetan la profesión y así lograr lo que tanto sueñan, que es despedirse de los ruedos, cerrando así una dinastía de toreros mexicanos recios, con valor a toda prueba, carácter y no faltos de arte y clase. (ADARBO).