Diego Ventura: “Me faltaban adolfos y victorinos en mi lista y el sábado daré el primer paso en Ávila”

«Carteles con alicientes como el de Ávila deberán ser, a partir de ahora, la clave para evitar que desaparezca la corrida de rejones de las ferias», señala la figura del rejoneo.

31 de mayo de 2021/Suertematador.com

Tauroemoción prepara el que será, sin duda, uno de los carteles de la temporada del toreo a caballo. Rui Fernándes, Diego Ventura y Leonardo lidiarán  el próximo sábado en Ávila un encierro de la ganadería de Adolfo Martín, rompiendo todos los esquemas y saliéndose de la habitual. Sin duda uno de los carteles más rematados y con alicientes para todos los aficionados al mundo del toro y el caballo. Diego Ventura nos ofrece todos los detalles sobre esta cita sin igual. 

En primer lugar, y ante la segunda corrida de importancia tras Córdoba esta temporada, ¿cómo ha pasado Diego Ventura el invierno?

Lo he pasado genial, muy dedicado a mis caballos, con una gran ilusión por sorprender con potros nuevos y, dentro de las dificultades de esta pandemia que tuvo cosas malas, también las hubo buenas. Por ejemplo, torear más toros y becerras en el campo que cualquier otro invierno. Han sido unos sesenta toros -cinqueños y cuatreños- los que he podido torear gracias a ganaderías como la de Los Espartales, María Guiomar Cortés de Moura y la mía propia. Dadas las circunstancias, eso nos ha permitido limpiar de mucho toro y, al tiempo, disfrutar una barbaridad.

¿Qué supone enfrentarse a un hierro como el de Adolfo Martín? ¿Se entrena diferente o se prepara de otra forma a un caballo al enfrentarte a un encaste distinto como el de Saltillo-Albaserrada?

Es un compromiso que me ilusiona mucho y que hace ya algún tiempo que tenía entre mis planes. Ya me he medido a ganaderías tan legendarias como Partido de Resina, Miura, Dolores Aguirre, Buendía, Felipe Bartolomé, Murteira Grave, Pinto Barreiros, Cebada Gago y Prieto de la Cal. Ahora me faltan “adolfos” y “victorinos” y me motiva enormemente encarar estos gestos. Se entrena de la misma forma a los caballos, solo que tu cabeza tiene que pensar diferente porque tienes que saber lidiar ese tipo de toros. Saber que van a cortar más el viaje de los caballos o que su ritmo va a ser cambiante, pero también vengo de México de lidiar encastes y toros parecidos a éstos, que, creo, se van a asemejar mucho.

Reconociste hace algunos años que te encantaría torear un toro en puntas como un reto más en tu vida ¿Será esta campaña?

Es otra gran ilusión, un reto que tengo en mi cabeza. Aún no he decidido en qué momento se planteará, pero sí tengo claro que me gustaría que fuera en una plaza importante. Tiene que surgir, pero lo haré.

¿En qué momento crees que está el rejoneo? Sin hacer de típico tópico la pregunta, ¿qué crees que le falta y qué crees que le sobra al rejoneo en la actualidad y con la situación que atravesamos? ¿Cómo lograr la reconstrucción de éste en las ferias?

Éste es un momento muy incierto para el rejoneo y no precisamente por la pandemia y sus consecuencias. Me refiero a nivel artístico. Veo demasiado toreo despegado, sin arriesgar de verdad, sin cruzarse con los toros, un rejoneo que considero pobre. Excluyendo a los aficionados al caballo de verdad, que saben lo que ven, y algunos periodistas, el resto mira hacia otro lado. No veo que se haga un juicio real de lo que sucede en la plaza y a veces es por interés, por la relación de esos toreros con los medios. Y esto me preocupa porque distorsiona la realidad y atenta contra la esencia competitiva del rejoneo. No puede ser bueno para el presente y, menos aún para el futuro, que esos toreros ocupen los carteles en las ferias de máxima categoría sin haber hecho méritos para estar en ellas – y esto no lo digo yo, lo dice la trayectoria de cada uno-, mientras que otros compañeros que sí dieron la cara y que ya salieron a hombros de Madrid o de Sevilla, por ejemplo, se quedan en casa. Eso no es justo.

También está sucediendo que se está eliminando la única corrida de rejones de las ferias, lo que solo nos deja el margen a toreros como yo de anunciarnos en corridas mixtas. Argumentan las empresas que el rejoneo no tiene interés, de lo que yo discrepo. Porque la gente no es tonta y lo que no tiene interés son los carteles sin competencia, sin sentido alguno, donde no haya nada en juego que nos mida de verdad a los toreros. Hablo por mí, no por nadie más, y yo he propuesto en multitud de ocasiones a las empresas, a grandes empresas, que hagan todo lo posible por anunciarnos juntos a Pablo Hermoso de Mendoza y a mí. O a mí con su hijo Guillermo, por ejemplo, en Sevilla, donde planteamos esa opción que entendíamos del máximo interés para el aficionado. Pero ni siquiera lo contemplan. En ocasiones, ni responden. Y yo no lo propongo por capricho, sino porque quiero poner toda la carne en el asador porque es lo que pide el momento, lo que necesita el toreo en general y el rejoneo en particular. Lo que demanda la afición y el público. ¿Alguien se plantea la Liga de fútbol en España evitando que se enfrenten Real Madrid y Barcelona? Todo lo contrario, ¿verdad? Incluso, cuando tienen que medirse, los medios de comunicación se vuelcan y se habla de ello desde varios días antes, lo que genera expectación entre la gente y que las empresas patrocinen el encuentro y se publiciten en él sabiendo de que lo verán millones de espectadores en todo el mundo. ¿Por qué en el toreo huimos de ofrecer al público esos grandes acontecimientos a que tiene derecho? Me cuesta mucho entender que las empresas sean las primeras en mirar hacia otro lado antes que dar el paso al frente y entender que el toreo es y siempre fue pasión, verdad, emoción, rivalidad. La gente no le da la espalda a eso, todo lo contrario. Si el público es quien paga y, prácticamente, quien soporta ya casi en exclusiva la rentabilidad de los espectáculos, hay que darle justo eso, espectáculo. Yo llené Las Ventas de Madrid, sin abonados, vendiendo entrada a entrada porque lo que le proponíamos era algo que nunca antes habían visto… No vamos a ningún lado si esto se organiza mediante el intercambio de cromos entre empresarios que son también apoderados y que cubren con sus toreros los escasos huecos para rejones que se conservan en las ferias. Se está practicando una política de tierra quemada que va a dejar el futuro arrasado…

¿Cuál es la gran esperanza de tu cuadra esta temporada?

Por suerte, hay muchas. Empezando por Bronce, con el que estoy ahora toreando sin cabezada, quedándose en terrenos de enorme riesgo. No es que sea el relevo de Dólar, porque el de Dólar era otro concepto, otra manera de hacer las suertes, es un paso más hacia la perfección y la fantasía que busco y que me impide conformarme. Bronce no solo llega, clava y se va. Bronce, como digo, se queda en los terrenos del toro, mete su cara entre los pitones, desafía poniendo los pechos por delante, muy despacio y durante mucho tiempo. Creo que nunca nadie ni ningún otro caballo hizo algo semejante. Sin olvidar a Fabuloso y Velásquez, que han toreado aún muy poco, pero que tienen cosas diferentes. Llenan la plaza, dominan la escena y torean, no dejan a la gente indiferente y eso se percibe en cómo revolucionan el cotarro.

¿Es ésta -la de tintes sorpresivos como el de Adolfo u otros similares- una idea para sostener una corrida de rejones aislada -sin una corrida de toros añadida en un contexto de feria- en una capital de provincia o plaza de importancia?

Mi intención con los toros de Adolfo Martín en Ávila el próximo sábado 5 de junio es seguir defendiendo y reivindicando el rejoneo y la Tauromaquia como el gran acontecimiento que son. Y es un empeño por evitar que desaparezca la corrida de rejoneo en las ferias. Porque, dadas las cosas, si no hacemos carteles rematados y no se lidia una variedad de encastes que motive a la gente, ésta se irá aburrida de las plazas y, entonces, iremos mal. (Cultoro)

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