30 de junio de 2021/Luis Ramón Carazo
En Alicante, el 24 de junio de 2021, se cumplieron 50 años de que en su suelo natal quién se llamó, José María Dols Abellán, -por su padre Pepe, convertido el apellido paterno en el inmortal Manzanares- fuera ungido matador de toros por Luis Miguel Dominguín en su reaparición, ante el testimonio de Santiago Martín El Viti, los toros de Atanasio Fernández y el lleno en los tendidos, rotundo.
La tarde fue de locura, máximos trofeos para el novel, tres y el rabo se lo lleva el padrino genio y figura, el testigo no fue muy afortunado en su lote.
En Madrid, Josemari, confirmó la alternativa el 18 de mayo de 1972, con Palomo Linares de padrino y Eloy Cavazos -con el que actúo varias veces en las corridas que compareció en La México- de testigo y salió con el botín de un trofeo.
Torero privilegiado, nacido para la gloria, creador de momentos memorables, referencia fundamental de la compostura, el gusto, la calidad y el ser torero; dotado de una gran elegancia, alguna vez me comentó: “Cuando me entiendo con las embestidas de un toro, lo mimo, la violencia nunca es rentable en el toreo, lo lento y ligado, debe ser la sucesión de una buena faena, es mi concepto”
Su carrera fue longeva y se extendió hasta el 1 de mayo de 2006, cuando en la tarde de presentación como novillero de, Cayetano Ordoñez en la Maestranza sevillana, decidió romper el guion, al cortarse la coleta. Enfadado por el mal juego de sus toros, llamó a su hijo, quien, tijera en mano, le desprendió el añadido y puso fin, definitivamente, a su trayectoria.
Su hijo en el cincuentenario de la alternativa, actúo Alicante mano a mano con El Juli, ante toros de Garcigrande; ambos se fueron en hombros, después de ofrecer actuaciones rotundas y nostálgicas. En las imágenes, que pudimos ver por la pantalla, era palpable que la figura señera de Manzanares en la Gloria, campeó en su tierra, las emociones a flor de piel, recordando a quién quedará en la historia, como uno de los mejores ejecutantes del toreo.
Fueron 35 años de presencia en los ruedos; en La México, fueron 18 las tardes que actúo; la primera la del 3 de diciembre de 1972, cuando confirmó la alternativa con toros de Torrecilla, siendo padrino Joselito Huerta y testigo Manolo Martínez.
Por varios años, a partir de esa fecha El Capea y José María, fueron imprescindibles como representantes de la torería española, en las temporadas mexicanas, su última actuación en La México, fue el 9 de febrero de 1997, con Guillermo Capetillo y Miguel Espinosa Armillita, obteniendo un trofeo del cuarto de la tarde de, Vicky de la Mora.
La faena más memorable en La México, en mi opinión, la realizó al toro Gazpachero, de la ganadería de Garfias -el día que después de varios años reapareció, Eloy Cavazos en La México, el 29 de abril de 1984- al final por fallar en la suerte suprema, su premio fue la vuelta al ruedo, cuando de haberla cuajado, era muy probable el otorgamiento de los máximos trofeos; mientras que el de Guadalupe, se llevó un par de trofeos, que bien pudieron ser más un rabo, por su inmortal faena a Mesonero y uno más de Curtidor.
Fue más consentido de la afición de, Sevilla que la de Madrid, dicho lo anterior conste qué en Las Ventas, tres veces salió en hombros, a pesar de que, en sus sectores más hostiles, algunos lo fustigaron. Y, sin embargo, es innegable, que es uno de los iconos de la tauromaquia, dejó la estela de su interpretativa, en cuanta plaza del mundo se presentó.
Recordar es vivir, reza el adagio y efectivamente, así lo sentimos en una fecha tan especial, en que nuestra memoria nos hizo viajar en el tiempo, al recuerdo de uno de los toreros, con mayor carisma, que existen en la ruta anciana de la tauromaquia y que conste qué de esa estatura, son unos cuántos y uno de ellos indudablemente lo es, el gran torero alicantino, a quién en México tanto lo admiramos y extrañamos su presencia física.
En la misma fecha Zalduendo en Badajoz, propició una gran actuación de Ferrera y de Juanito, torero portugués, ambos salieron en hombros en el día de San Juan el Evangelista, del año que corre y que va como gamo, hacia el segundo semestre del año, que sea para mejorar, eso deseamos todos.
El domingo 27 de junio, Antonio Ferrera con una cornada del día anterior, en el coso extremeño en Alicante, demostró gran pundonor y rindió homenaje a Josemari, su maestro. Logró una actuación inolvidable con un toro de Luis Algarra, en la que brilló su tauromaquia al máximo e incluso con el capote, ejecutó algunos lances, invención de El Pana. Olé por su carácter. Morante, el mismo festejo con el quinto de la tarde: ¡Portentoso!
Y cierro explicando la imagen que ilustra está colaboración, en la que vemos el 26 de junio, al ganadero Victorino Martín y al Maestro Carlos Miguel Prieto.
El primero, envió dos toros que se destacaron de su encierro, los lidiados en cuarto -codicioso- y quinto -noble y fijo- lugares, Manuel Escribano y Sergio Serrano, triunfaron con ellos en la reapertura de Las Ventas y Carlos Miguel, asistió a tan importante acontecimiento, que nos alegra a los taurófilos, por el significado al reabrir la plaza de más peso en el planeta taurino en época tan compleja.