El madrileño encara la temporada de su vigésimo quinto aniversario de alternativa con la ilusión de poder volver a Madrid, que lo ha supuesto todo en su carrera. Con la madurez propia que le aporta el paso de los años, tiene muy claro cuál es su concepto y lo que el aficionado espera de él.
20 de julio de 2021/Cultoro
Veinticinco años de alternativa no se cumplen todos los días. Llegar a las bodas de plata en el toreo es algo tan especial como complicado, por la dureza, la exigencia y el sacrificio diario que requiere la profesión. En un cuarto de siglo, Uceda Leal ha tenido la oportunidad de pisar la mayoría de las plazas importantes, cosechando importantes triunfos y algún que otro sin sabor propio de la profesión. Con la afición como principal motor, se ha enfrentado a todo tipo de encastes, y siempre ha intentado ser fiel a su manera de entender el toreo. A estas alturas de su carrera, el considerado por muchos como uno de los mejores espadas del escalafón, tiene muy claro que como mejor se siente es toreando como lo ha hecho siempre, con el clasicismo por bandera. Esta temporada quiere demostrarlo y poder hacerlo en Madrid sería su mejor regalo de aniversario.
En un cuarto de siglo, Uceda ha tenido tiempo para pisar las principales plazas y firmar faenas importantes en muchas de ellas. Ha vivido temporadas con contratos y otras en las que torear era más difícil, pero nunca ha perdido la «ilusión» ni la «vocación». Y siempre ha tenido como telón de fondo, su plaza, su Madrid, donde ha saboreado los mejores triunfos. «Aunque he hecho faenas muy destacadas en otros sitios, Madrid siempre ha sido mi pasaporte de cara a todo el mundo taurino. Allí debuté con caballos, tomé la alternativa, rompí como matador de toros… Siempre he tenido a Madrid como mi plaza porque es donde más he sufrido, pero también donde más he disfrutado» explica.
«He llegado a mis 25 años de alternativa en un momento de plenitud y madurez y ahora mismo tengo la misma ilusión que cuando comenzaba»
El toreo es una carrera a fondo que exige estar al cien por cien cada día y mantenerse durante 25 años en el escalafón no es nada sencillo. «Cuando empecé, no se me pasaba por la cabeza estar tanto tiempo. Todo es una cuestión de vocación y afición porque hay años más difíciles en los que los contratos escasean. He llegado a mis 25 años en un momento de plenitud y madurez y ahora mismo tengo la misma ilusión que cuando comenzaba».
Entre las tardes más emotivas de su carrera, quizá la que más se recuerda es su encerrona en Madrid con seis toros de distintos encastes en el año 2004. «Ese día fue muy importante. Fue una tarde compleja en la que di una dimensión de torero largo con seis toros de diferentes encastes y nunca volví la cara desde el primero al sexto».
En Madrid, la plaza que le vio debutar con caballos, tomar la alternativa y romper como torero, es donde sueña Uceda Leal con celebrar su aniversario. «Llevo cuatro o cinco años que no toreo en Las Ventas. El 3 de octubre hago los 25 años de alternativa y volver a esa plaza en la feria de Otoño sería la mejor manera de celebrarlo. Creo que el momento en el que me encuentro puede sorprender gratamente a los aficionados. Nunca he dicho que no a Madrid y ahora que tengo tantas ganas de torear, menos aún» señala.
«No voy a decir que no a nada, pero tengo claro cuál es mi concepto y sé que para desarrollarlo necesito un animal adecuado»
El paso de los años ha ayudado a Uceda a tener cada vez más claro su concepto y lo que quiere plasmar en cada tarde. El madrileño siempre ha hecho gala del clasicismo, pese a que ha tenido que enfrentarse a corridas duras, que exigían otra manera de hacer las cosas. «He matado todo tipo de corridas, estoy hecho en el crisol de la dureza. Mi carrera ha sido muy larga y ha habido momentos que por el tipo de corridas no he podido llevar a cabo mi concepto en plenitud y eso me ha hecho sentirme frustrado, pero ahora tengo claro cuál es mi toreo y estoy matando corridas de toros que vienen a mi forma de hacer las cosas. No voy a decir que no a nada, pero ahora mismo estoy intentando hacer el toreo que quiero y para ello necesito un animal adecuado» afirma Uceda.
Su concepto, junto a la fiabilidad de su espada, le hacen ser un torero de garantías para cualquier feria. «Siempre he tenido bastante regularidad con la espada y he intentado matar los toros como siento el toreo. Se me ha puesto fama de buen matador, es algo que agradezco y de lo que me siento orgulloso, es una virtud importante, pero no es mi mejor virtud. No soy infalible, hay veces que también los pincho».
«Me encuentro muy bien delante del toro y creo que estoy en un momento en que puedo sorprender gratamente al aficionado»
Este año el madrileño ha podido vestirse de luces en tres ocasiones. La primera fue en Zafra, en la Gira de la Reconstrucción, después llegó Tobarra y más recientemente Medina de Rioseco. «Las sensaciones delante del animal han sido buenas, especialmente en la primera y la última tarde, donde pude cuajar a los dos toros. Me encuentro bastante bien y quiero que la gente vea mi mejor versión» sentencia.