La profundidad de una figura en Santander

Tarde de torero grande de Miguel Ángel Perera, que corta tres orejas; Paco Ureña a punto estuvo de tocar el hule tras entregarse al peligroso quinto y una oreja tras una gran obra al sexto paseó Roca Rey.

25 de julio de 2021/Juliana Moreno/Fotos: Arjona

El coso de Cuatro Caminos de Santander acogía, este 25 de julio, el cierre de su Feria de Santiago con un festejo que llevaba el hierro de La Quinta para Miguel Ángel Perera, Paco Ureña y Roca Rey. A las seis y media arrancaba un festejo en el que el extremeño dio una tarde de torero grande, cortando tres orejas; Ureña a punto estuvo de tocar el hule tras entregarse al peligroso quinto y una oreja tras una gran obra al sexto paseó Roca Rey.

La limpieza del trazo de Perera cuaja al buen primero de La Quinta

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Una oreja paseó Miguel Ángel Perera del primero de la tarde, un animal de bella estampa, muy en Santa Coloma, y que tuvo como denominador común la entrega humillada y enclasada en las telas del diestro extremeño. Perera lo llevó embebido en telas y trazos con limpieza, pasándoselo por ambas manos y destacando el toreo al natural, hundido y Tras despenarlo con el acero, paseó una oreja con fuerte petición de una segunda no concedida.

Ureña propone puro pero se choca contra lo deslucido del segundo

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No pudo conectar Paco Ureña con el tendido de Santander ante el segundo de La Quinta, un animal deslucido y al que le faltaba la codicia necesaria para que la obra llegase arriba. No obstante, intentó estar puro en la medida en la que le dejó el animal. Fue ovacionado.

Roca Rey, momentos con la diestra ante el flojo tercero

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Animal que no fue fácil el tercero, que blandeaba y que pecaba de falta de fuerza. Roca Rey tuvo que sostenerlo a base de media altura, de no hacer toques bruscos con las telas y de tocarle muy suave para embaucarlo en su muleta. Lo mejor llegó en el epílogo muleteril, llegando al tendido en el arrimón, matando de estocada baja, pero no se pidió la oreja. Fue ovacionado.

Perera, rotundo con el buen cuarto, al que le pasea el doble premio

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Dos orejas paseó Miguel Ángel Perera del cuarto, sellando una obra cumbre en Cuatro Caminos a un toro con entrega de La Quinta. Ya de capa quiso dejar claro el de Puebla del Prior que él tenía el dominio sobre el animal, por eso fueron variados los lances con los que volvió a dar fe de su gran dimensión capotera. Y la profundidad, de nuevo, vino a visitar Cuatro Caminos: tras los péndulos de inicio de obra, Perera fue construyendo una faena por ambos lados en las que los largos, limpios y rotundos muletazos por ambas manos llegaron con fuerza arriba. El toro, que se vino un poco a menos al final de la obra, transmitió mucho hasta ese momento. Mató de estocada y paseó el doble apéndice.

Ureña y su verdad trazan y tragan ante la peligrosidad del quinto

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El quinto fue un animal muy peligroso por momentos, con el que se sobrepuso la pureza de Ureña, que trazó con verdad al de La Quinta. El mejor lado, o el más potable al menos, era el derecho, ya que por el pitón zurdo el animal reponía, sabía lo que se dejaba atrás y daba un tornillazo que hacía incómodo estar delante. Incluso le dio un susto cuando le metió la espada el murciano, que finalmente y por fortuna no tuvo consecuencias aparentes. Oreja muy merecida.

Roca Rey remata su tarde con una oreja de peso al peligroso sexto

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Y Roca Rey sabía que tenía que arrear en el sexto, último toro del abono. Y lo hizo. Y de qué forma. El diestro peruano se topó con un animal con sus teclas al que tuvo que tragar quina, tocar fuerte y aguantar las miradas que ofrecía. Faena medida que remató de una gran estocada y, aunque se pidió el doble premio, éste quedó en un apéndice.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Cuatro Caminos, Santander. Última de abono. Corrida de toros. Lleno en el aforo permitido.

Toros de La Quinta.

Miguel Ángel Perera, oreja y dos orejas.

Paco Ureña, ovación y oreja.

Roca Rey, ovación y

 

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