Domeñar también es poético, Oreja para Morante en Calatayud ante los Ana Romeros

Lo poético del toreo de dominio de Morante se fundió con el peligro sordo de un primero que lo buscó en una tarde en la que Tomás Campos malogró con la espada una gran obra al buen sexto y Urdiales dejó su sello con el lío que le formó al segundo con el capote.

22 de agosto de 2021/Suertematador.com

De 460 kilos era el cárdeno primero, animal cárdeno claro con el que se abrió de capa Morante conjugando el buen toreo que atesora a la verónica. La media, una delicia. Y preñó José Antonio de torería el inicio de faena: bien le abrió los caminos en un prólogo muleteril rematado por un garboso molinete. Enorme la primera serie con la mano derecha: despaciosidad, limpieza en el viaje y tremenda parsimonia a la hora de componer el muletazo. Y el de pecho, un portento de muletazo. Le apretó hacia los adentros el animal en un momento de angustia, hecho por el cual Morante tuvo que defenderse y domeñar al animal de tal forma que pudo incluso lucirse al final de la faena, que hizo por abajo. Anduvo resuelto a la hora de la suerte suprema, en la que logró meterle la espada hasta dentro un punto trasera y debió correr hacia el olivo porque volvió a apretarle el cárdeno.

Urdiales, ovacionado ante un segundo venido a menos al que le formó un lío con el capote

El recibo de capote de Diego Urdiales al segundo cárdeno de Ana Romero fue sencillamente, para enmarcar. Con medio capote lo enganchó para rematarlo muy por abajo en cada lance a la verónica, siempre ganando terreno hasta acabar finalmente en los medios con una media en la que el toro acabó barriendo al albero. En banderillas, apretó hacia mucho hacia tablas el de Santa Coloma. Cuando cogió la muleta el torero de Arnedo, en Calatayud soplaba casi un vendaval. Molestaba el viento y mucho para componer la obra, pero Urdiales se refugió entre las rayas de picar para plantear la faena. Destacó una serie ayudada al natural, en el que lo llevó muy largo y con mucha torería. Tuvo que adaptarse el riojano a la media altura que exigía el animal con una embestida se fue apagando poco a poco, aunque la faena acabó arriba con una buena tanda final por el derecho. La espada entró al segundo intento.

Voluntad de Tomás Campos ante un tercero de Ana Romero con teclas

Tomás Campos se dobló con el cuajado de hechuras tercero en el inicio de faena para salirse a los medios. Más basto que sus hermanos de presentación, quería echar la cara por abajo, aunque embestía con poco recorrido. Muy cosido lo llevó Campos en la mejor serie, que llegó por el pitón derecho perdiéndole pasos. Le aguantó miradas y alguna serie por el izquierdo en la que se vencía y le buscaba, estuvo muy firme durante toda la faena. El animal se puso cada vez más complicado. Cerró con una serie por el derecho sin espada. Se echó tras una media estocada a la que le precedió un pinchazo.

Morante lo intenta con el complicado cuarto

El cuarto no dejó a Morante estirarse a la verónica en el saludo. Al caballo se arrancó con fuerza y apretó de verdad en el peto, especialmente en el primero de los dos puyazos que recibió. Ya en banderillas, apretó y mucho el de Ana Romero hacia los adentros, complicándose cada vez más su lidia. Con la montera calada y con la espada de matar inició Morante su obra ante un animal muy deslucido, que echaba siempre la cara muy arriba en el final del muletazo, descomponiéndose al tocar las telas. Se puso el de La Puebla y lo probó por ambos pitones. Terminó macheteando. Con mucha habilidad metió Morante media estocada en su segundo intento.

Urdiales, sin opciones con la imposible condición del quinto

El quinto fue muy incierto de salida. Ya se frenó mucho en el capote y se volvía sin salir del capotazo. En los palos no puso las cosas fáciles el de Ana Romero y volvió a frenarse de nuevo. En la franela, se quedaba siempre a mitad del muletazo y levantando la cara, buscando el cuerpo. Se puso Urdiales y se le coló el Santa Coloma en un par de ocasiones. El de Arnedo no se lo pensó y se fue a por la espada. La enterró con habilidad.

Tomás Campos pierde los trofeos con la espada tras una gran obra al mejor de la tarde

A los sones de la jota aragonesa pudo estirarse Tomás Campos con el capote. Toreó a la verónica con garbo y gusto al astado de Ana Romero que quiso ir hacia delante en cada lance. También lo toreó bien en el quite tras el único puyazo que recibió. La labor de la cuadrilla en banderillas fue buena, resultando ovacionada. Tras brindar al público, inició faena muy torero y por alto, saliéndose de nuevo a los mismos medios. Se arrancaba de largo y con buena condición el animal, que pedía que lo llevaran por abajo. Citaba de largo Tomás Campos en el primer muletazo para que se arrancara el toro. Después se la dejaba puesta y trazaba el muletazo muy por abajo especialmente por el pitón derecho. También le echó las telas con suavidad y tiró de él por el pitón izquierdo y siguió respondiendo el animal de Santa Coloma. Se notaron las influencias clásicas en las formas de un Tomás Campos que dibujó naturales que tuvieron mucho aroma a torería. Se aburrió el toro en el final de faena. La espada se le fue abajo y se atracó de animal. Cayó muy defectuosa.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Calatayud (Zaragoza). Corrida de toros. Lleno en el aforo permitido del 40%.

Toros de Ana Romero. Destacó especialmente el sexto, que fue el de mejor condición y el que más se entregó del festejo, queriendo perseguir los engaños por abajo. Los más complicados fueron cuarto y quinto.

Morante de la Puebla, oreja y ovación.

Diego Urdiales, ovación y ovación.

Tomás Campos, palmas y vuelta al ruedo.

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