El torero francés Sebastián Castella ofreció la noticia a los medios en la inauguración de su exposición en la Casa de Vacas de Madrid
10 de mayo de 2022/David Jaramillo
Este martes 10 de mayo, en la Casa de Vacas del Parque del Retiro, el torero francés Sebastián Castella anunció, en una rueda de prensa enmarcada dentro de la presentación de la exposición de su obra como artista plástico en Madrid, que volverá a vestirse de luces. El hecho se producirá en la Monumental de Manizales (Colombia). Sin duda, un guiño a la que ha sido su otra patria, una tierra que le acogió y le vio triunfar con fuerza mucho antes de convertirse en la figura de talla mundial que es hoy por hoy, el torero francés más importante de todos los tiempos. Será en una tarde en la que hará el paseíllo en solitario el 7 de enero frente a toros de Ernesto Gutiérrez, Las Ventas del Espíritu Santo y Juan Bernardo Caicedo.
Según el propio diestro, dejó de torear en 2020 por falta de motivación, justo cuando los aficionados y la prensa cantaba que su toreo era más libre, cuando se le veía más feliz en el ruedo y sus faenas no sólo brillaban por la técnica exquisita de la que siempre hizo gala, sino también por una expresión renovada, la de un artista en plenitud. Por eso se sintió profundamente su marcha, pues aquello que ya demostraba en la América taurina, apenas se dejó ver en Europa.
Desde entonces, Sebastián buscó refugio a su creatividad y su inspiración en la pintura y la escultura. Capotes, lienzos, zapatillas, arcilla, arena, pinceles y color, mucho color, han sido los elementos que, a falta del toro y el miedo, ha usado Castella para sentirse vivo.
Es precisamente ese recorrido, esa experiencia por las artes plásticas, las que el francés expone ahora en Madrid. Y no es la primera muestra de su obra, pues ya ha expuesto y vendido en ciudades como Miami.
Sebastián Castella, otro artista en busca de nuevas vías de expresión
No es la primera vez que un torero deja ver esta vertiente plástica en su creación, ya Palomo Linares y Luis Francisco Esplá, por poner un par de ejemplos cercanos, han empuñado los pinceles para enfrentar el lienzo en blanco. Y tampoco es extraño que lo haga Sebastián, que cuanta entre sus amistades cercanas a maestros de la talla de Fernando Botero, así como el balear Domingo Zapata y el colombiano Diego Ramos quienes, seguramente, no sólo le han orientado, sino también inspirado para elegir su línea personal.
Sin embargo, esa necesidad creadora del artista, que siempre buscó al elemento toro, se veía huérfana de la emoción del ruedo y, tras dos años de retiro voluntario, Sebastián ha decidido volver. El mundo del toro lo celebra y le debe acompañar en la próxima feria de Manizales, en Colombia, ese país en el que la continuidad de la tauromaquia está en vilo y necesita de gestos como este, del apoyo de todo el mundo del toro, para demostrar la fuerza de una de las manifestaciones más bellas del arte: el toreo.