Así es la severa preparación de José Tomás a puerta cerrada: una UVI móvil en la puerta y banderilleros vestidos de luces

José Tomás reaparecerá en Jaén el próximo domingo: así ha sido tradicionalmente la preparación de un torero que lleva a cabo un intenso y duro alistamiento en el campo para que todo esté a punto en la plaza.

9 de junio de 2022/Pablo López Rioboo

Quedan tres días para la vuelta de José Tomás a los ruedos, tres días para que el torero madrileño se enfunde el chispeante y trence el paseíllo en la plaza de toros de Jaén. En chiqueros esperan los toros de Juan Pedro Domecq, Victoriano del Río y Álvaro Núñez, tres divisas que sobre el papel tienen la garantía suficiente para que los allí presentes vean la mejor versión de José Tomás.

Un José Tomás que hace tiempo que tomó un camino y decidió llevar su carrera de una forma muy particular. Un torero que apenas se deja ver, que vive una vida feliz alejado del mundanal ruido que provoca la tauromaquia. Él, feliz con su forma de afrontar la vida y su profesión, sabe que tiene en su mano el destino de una carrera que ha cambiado mucho desde que a finales de los años 90 tornara su forma ver la tauromaquia.

Pese al oscurantismo con el que lleva su carrera, sigue preparándose en el campo tanto con vacas como con machos. Lo hace aquí y al otro lado del charco, en un México que siente como suyo. Diversos han sido los rumores que le colocaban en una plaza u otra durante estos años de pandemia. Barcelona, Nimes, Málaga… todos ellos rumores sin una base sólida a la que agarrarnos. Pero llegó 2022 y con ella la vuelta de un torero que va por libre, un verso suelto que ya probó cómo se las gasta el sistema y que ahora camina en solitario sin importarle las criticas que pueden suscitar el anunciarse sin toros o en festejos de cuatro animales.

José Tomás está por encima de todo eso, se mide contra él mismo y no contra el resto del escalafón. Algo que debemos respetar pero que no todos comparten. Pese a todo ello, el torero de Galapagar afronta cada tarde en la que se acartela como si fuera la última, dándole la importancia que requiere cada festejo, preparándose en el campo con la máxima intensidad. Pese a esa impresión de torero despegado y algo hierático, es de sobra conocido el apego que siente hacia sus hombres de confianza, esos banderilleros y picadores a los que trata de una forma especial. Un torero que no rehúye el compromiso que plantea cada tarde, por ello se prepara en el campo como si fuera a torear en la primera plaza del mundo. Esa preparación que trae consigo innumerables historias que pasan de boca en boca y que solo unos pocos pueden contar. Unos pocos porque José Tomás cuida todo lo que le rodea, de ahí que no sean muchos aquellos que han presenciado toros a puerta cerrada del torero de Galapagar.

La genial anécdota que define a la perfección la dura preparación de José Tomás para sus tardes

Pero sí hay una anécdota que define a la perfección la forma de ser del torero madrileño y el respeto que tiene por su profesión. Hace unos años, en su preparación de cara a uno de los festejos que tenía por delante, se encerró a puerta cerrada con varios toros en la madrileña plaza de Moralzarzal. Como si de una corrida en solitario se tratase, se vistió de luces para afrontar la última preparación de cara a su cita con los aficionados. Toda su cuadrilla también se vistió de luces; banderilleros, picadores…. todo para hacer de esa tarde en la plaza cubierta madrileña un día más de toros. Tanto que a las seis en punto, con el capote liado, hicieron todos el paseíllo como si el coso estuviera a reventar.

Tarde en la que le acompañaba José Miguel Arroyo ‘Joselito’ -dos toros eran de su casa- el cual sería testigo directo del compromiso con el que afrontó esa tarde a puerta cerrada José Tomás. Salió por chiqueros un toro de su hierro, un animal bajo, bien hecho y con una mirada retadora. Toro que llegó a la muleta exigiendo una enormidad y poniendo a prueba al torero en cada muletazo. El animal le levantó los pies del suelo hasta en dos ocasiones, pero JT sin mirarse lo más mínimo, volvió a ponerse en el sitio para dejar claro quien mandaba de los dos. Viendo los problemas del toro Joselito se dirigió a José Tomás con las siguientes palabras: «Alíviate algo con el toro, José, que estoy pasando un mal rato», a lo que contestó el torero: «Si me alivio con este, que tiene las puntas cortadas, cómo voy a ser capaz de ponerme de frente con el de las puntas…».

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