La ganadería gaditana para el cronómetro en 2’29”, el encierro más rápido hasta el momento, y no dejan heridos por asta porque no les da la gana
10 de julio de 2022/Suertematador.com/Foto: EFE
Debutaron en 2019 y volaron en el encierro más rápido de fiestas, con un tiempo de 2’12”. Los toros de la ganadería gaditana de La Palmosilla, cuatro negros y dos colorados, han repetido esquema esta mañana y han completado el recorrido en dos minutos y 29 segundos. Un poco más remolones que en su primera cita con Pamplona, y aún así la carrera más veloz en lo que llevamos de San Fermín. Con un segundo de ventaja respecto a los escolares del sábado.
Han sido 149 segundos sin cornadas porque a los palmosillas no les ha dado la gana. Les han sobrado las oportunidades de hacer daño, peligro que da sentido al madrugón de corredor y espectador y justifica el interés mundial de la carrera. El fantasma de la tragedia sobrevolando siempre la escena aunque luego no pase nada, como recordaba esta semana Javier Solano, la voz del encierro por mucho que se jubile.
En el pan nuestro de cada fin de semana, una masificación brutal con mucha pelea para hacerse un sitio en la cara del toro y carreras espectaculares pese a la durísima competencia, los astados han dejado varias imágenes que presagiaban cornada. Un mozo de camisa blanquivioleta se ha llevado a un toro al suelo, con su brazo enganchado al pitón; otro en Telefónica arrollado por los 530 kilos del negro burraco Sombrerito, muy noble y sin buscar la embestida; o un corredor caído en el callejón que ha decidido levantarse al instante, justo cuando de cara venía un morlaco que se lo ha llevado por delante. De nuevo, sin herida por asta. La nobleza del animal y su entrenamiento, la labor de los mansos, la preparación del corredor, el antideslizante, el capotico del Santo o simple y pura chiripa. Que cada cual busque la explicación donde le plazca, pero poco pasa para lo que podía pasar. De eso no hay duda.
la carrera Los mansos de Macua se han aprendido muy bien el camino en los cuatro encierros que acumulan en las patas y enfilan con brío Santo Domingo. Han corrido por delante con los toros cediendo protagonismo, bien hermanados hasta llegar a Mercaderes. En la curva con Estafeta ningún morlaco ha tropezado –no han tocado ni la pared– y a partir de ahí la manada se ha estirado.
Los animales bravos han tirado del carro y las buenas carreras se han sucedido. Y las caídas. Muchos mozos se han ido al suelo, también un toro y un cabestro al que le ha pasado por encima la torada. El bicho descolgado, arrastrado al adoquín por un mozo, ha llegado a los corrales de la Plaza diez segundos más tarde que sus hermanos, sin perderles de vista y completando, tropezón incluido, una carrera rapidísima. Sin incidentes a destacar. Encierro rápido y limpio, palabras que suenan desgastadas de tanto usarlas. Así van pasando las mañanas de fiesta, rápidas y limpias, una detrás de otra. Prácticamente un copia/pega de los tres encierros que le precedían este 2022 y los de los últimos años. Y que siga la racha porque en el horizonte cercano ya asoman la pata Cebada Gago y Jandilla, protagonistas lunes y martes. A nadie se le escapa cómo se las gastan.