Roca Rey firma una tarde histórica en Vista Alegre, que se rinde a sus pies. El peruano tira de la épica más colosal para desorejar al sexto después de la tremenda paliza que le dio su primer toro, que le obligó a tomar el camino de la enfermería. El Juli deja una gran obra sin espada al cuarto y Manzanares pierde el trofeo ante el gran encastado segundo en un festejo que registró una magnífica entrada en los tendidos de El Botxo
25 de agosto de 2022/Javier Espada/Foto: Jokin Niño
Rompió por fin la entrada en los tendidos de Vista Alegre, a pesar de la lluvia, y casi se llenó el coso para ver la corrida de Victoriano del Río con Julián López ‘El Juli’, José María Manzanares y Andrés Roca Rey en el paseíllo.
El Juli se inventa una faena con el descastado primero
Bonito de hechuras fue el primero de Victoriano del Río, al que recibió El Juli en el tercio sin poder estirarse. Lo llevó de manera muy garbosa al caballo, donde lo cuidó Salvador Núñez en los dos puyazos que le recetó, y lo toreó por verónicas en las que se echó al animal por detrás de la cadera. En la franela, se quedaba muy corto y viajaba a media altura el astado, obligando al madrileño a empaparlo con las telas y alargar el muletazo para después perder pasos para continuar la serie. Fue la faena in crescendo, llegando los mejores momentos al natural antes de que el animal se terminara de venir abajo y El Juli recurriera a los terrenos de cercanías para abrochar la faena. Enterró el acero arriba al primer intento.
Faena intermitente de Manzanares al encastado segundo
Serio por delante era el segundo, con el que no terminó de acoplarse Manzanares con el capote. landeó ya antes de entrar al caballo, por lo que decidió el alicantino no lucirlo en demasía con el capote. En la muleta dejó ver lo que ya había mostrado en el capote, ganas de coger las telas por abajo. La pena era que seguía estando muy cogido por pinzas, por lo que tuvo que encontrar Manzanares la altura correcta para que no perdiera las manos. Le recetó tandas poderosas por ambos pitones dejando la muleta puesta y toreando en circular en una faena que fue intermitente por el defecto de la falta de fuerzas de un animal bravo que quería embestir por abajo. Enterró la espada al segundo intento de una gran estocada previa a un pinchazo.
Roca Rey, herido, pasea una oreja a una faena de figurón del toreo
Al tercero lo devolvió Matías por estar dañado de la mano derecha y en su lugar saltó un sobrero con el mismo hierro, un auténtico tío de 630 kilos de peso que pasó tres veces por el caballo de Sergio Molina. Con mucha exposición dejó un par Viruta, que fue obligado a saludar. Eléctrico fue el inicio de faena del peruano, por estatutarios, quedándose muy quieto, con las zapatillas clavadas en el oscuro albero del Botxo. Lo toreó ligando los muletazos y exigiendo por abajo en las primeras tandas por las derecha, a las que respondió el animal con motor. Cuando cambió al izquierdo, fue otro el animal, muy brusco en las telas, pegando tornillazos el encastado animal de Victoriano del Río. Se puso el peruano con él en cercanías, quedándose en el sitio y tragando tela ante un encastado animal que desarrolló genio en las telas de Roca Rey. Terminó con él en cercanías y cerró el trasteo con unas arriesgadas manoletinas en las que el toro le cogió bruscamente cuando lo citaba para pasárselo por detrás en una horrible cogida, que encogió a Vistalegre. Se repuso y volvió a la cara del toro para enjaretarle las manoletinas de cierre. Se tiró para cobrar una estocada arriba y poner a todo el público de acuerdo y pasó después a la enfermería.
El Juli pincha una gran obra al cuarto bajo el aguacero
Al cuarto lo picó con acierto José Antonio Barroso y le dejó un buen par de banderillas Andrés Revuelta. Hizo cosas el animal de agarrarse al piso, de no querer entregarse y de protestar en los primeros tercios, pero lo fue metiendo El Juli en la muleta poco a poco, a base de domeñarlo y llevarlo por abajo, mientras comenzaba a caer el aguacero en Bilbao. Lo fue metiendo en la pañosa El Juli con tandas cada vez más poderosas, llegando lo mejor en las series finales por el pitón izquierdo, donde vibró el público. Los dos pinchazos se llevaron el premio y saludó una gran ovación.
Manzanares, momentos con el pegajoso quinto
Al quinto le recetó un grandísimo puyazo Paco María, que tuvo que saludar una grandísima y merecida ovación. Nada fácil fue el animal en la muleta, muy pegajoso, lo que obligaba a Manzanares a tener que perderle pasos. Lo mejor de la faena llegó en las primeras series por el pitón derecho, y perdió fuelle en las postrimerías, alargándose un trasteo que no terminó de romper. Enterró una gran estocada al primer intento y escuchó una ovación.
El Botxo se rinde a los pies de un gigante Roca Rey, que desoreja al sexto
ontra todo pronóstico y contra la razón, como si de un superhéroe se tratara y cuando ya nadie esperaba el milagro y Julián se preparaba para estoquear al animal, salió Roca Rey a matar al sexto. Y se lo agradeció un Botxo totalmente entregado que coreó su nombre, como se corea solo el nombre de los más grandes. Mermado, infiltrado y con aparentes signos de dolor, se puso delante a saludar al sexto, y le recetó cuatro verónicas muy templadas y despaciosas, en las que el animal rompió hacia adelante. Un buen puyazo le recetó José Manuel Quinta y un grandísimo par dejó Andrés Revuelta, que escuchó una ovación de gala. Quiso empezar rodilla en tierra un Andrés Roca Rey que se dolía cuando apoyaba la pierna derecha. Se lo pasó por la espalda rodilla en tierra e hizo hilo por él el animal, apareciendo de manera providencial Paco Algaba para hacerle un quite que fue milagroso. Se puso en el centro del anillo para pasárselo por la espalda y ponerse a torear después por el derecho, en dos tandas que tuvieron el temple y el mando marca de la casa. Un gran susto se llevó a mitad de faena cuando lo volvió a derribar el toro, quedando el peruano en el suelo y viviéndose momentos de gran tensión. Continuó Roca Rey la faena por el pitón derecho ante un animal que iba a menos, dándole tiempos y aplicando distancias, y dejando ver la merma física de la enorme paliza que le había dado el tercero, que le dejó un politraumatismo y una rotura fibrilar de 3 centímetros. Se fue a por la espada con la plaza a sus pies y cobró un estocadón hasta la bola que fue uno de los mejores de toda la feria y con el que el animal rodó sin puntilla. Matías concedió las dos orejas del tirón.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Vista Alegre, Bilbao. Corridas Generales, sexta de abono. Corrida de toros. Casi lleno en tarde entoldada y lluviosa.
Toros de Victoriano del Río, de impecable presencia. No tenía finales y embestía a media altura el noble primero; humillador fue el bravo y justito de fuerzas cuarto, que fue ovacionado en el arrastre; encastado y áspero fue el tercero; a mejor fue el cuarto en las manos de El Juli; pegajoso fue el quinto, al que había que poder y someter; a menos se vino el sexto, animal pronto y con motor.
El Juli: ovación y ovación.
José Mª Manzanares: ovación y ovación.
Andrés Roca Rey: oreja y dos orejas.