Escribano enseña el ralentí con un Patatero superclase en la tarde más intensa que firman El Cid y De Justo en Sevilla

Tres horas de corrida en las que jamás faltó la intensidad, con un Cid reencontrado, un De Justo que se puso a prueba y un Escribano de seda

22 de abril de 2023/Pablo López Rioboo/Foto: Eduardo Procuna

Llegaba la cita más importante del año para Manuel Jesús ‘El Cid’, que reaparecía tras cuatro años apartado de los ruedos. Y lo hacía en ‘su’ Maestranza, con ‘su’ corrida de Victorino Martín, y con Manuel Escribano y Emilio de Justo para cuajar un interesante cartel para el aficionado.

El Cid deja pasajes de toreo templado ante un astado con virtudes

Ovacionado de salida resultó el primero de la tarde, un toro de Victoriano que acusó su falta de fuerzas pero que se fue afianzando a lo largo de la lidia. Se le cuidó en el caballo y posteriormente en banderillas siempre se buscó llevarlo pulsado a media altura. Empezó con la mano izquierda una faena con momentos de interés. El de Victorino la tomó con ritmo en una primera serie que llegó una enormidad a los tendidos. Lo pulseó Manuel en una primera serie donde el animal humilló una barbaridad. El de Victorino tuvo nobleza en sus embestidas, agradecido cuando lo llevabas enganchado. Un animal que fuera de los chismes iba siempre con la cara alta, sin embargo cuando iba metido en los trastos la quería coger por abajo. La clave estuvo en perderle siempre pasos a un animal que sentía más cómodo en la media distancia. Estuvo inteligente Manuel en no dejarlo pensar, siempre llevando al animal empapado en la muleta. Tras una estocada casi entera en buen sitio dio una vuelta al ruedo.

Un firme Escribano se la juega ante el reponedor pero humillador segundo

Mas hondo que su hermano resultó el segundo, un animal que cantó su condición en los lances de salida. Un animal que humilló una barbaridad pero no pudo desarrollar su condición al estar tocado de los cuartos traseros. Manuel volvió a conectar -como de costumbre- con el respetable en banderillas, un tercio en el que lo ve siempre muy claro. Manuel se la presentó siempre en la media distancia a un animal que nunca se salió del muletazo, haciendo hilo y volviéndose sobre las manos. Firme y valiente estuvo el Gerena en una faena de poder a poder. Se puso en el sitio, acertando en perderle pasos para así evitar que el toro se quera en las manos. Una faena donde se jugó literalmente la cornada en varias ocasiones. Aprovechó siempre el primer tramo del muletazo, ese en el que venía humillado un astado que anduvo siempre renqueante. Tras una estocada trasera La Maestranza supo valorar su esfuerzo con una gran ovación que saludó desde el tercio.

De Justo pasea la oreja de un tercero ovacionado en el arrastre

Le cortó la oreja Emilio de Justo al interesante tercero, un astado de Victorino Martín que embistió a media altura en el saludo capotero. Pese a faltarle un punto de humillación quiso siempre colocar la cara e ir hasta el final. Muy torera fue su forma de llevarlo al caballo corriendole hacia atrás y pulseando su embestida. Emilio sabía que podía tener delante un toro de triunfo. Lo tanteó con la mano izquierda en un inicio donde el animal no quiso ir por donde le mandaba, de ahí que la segunda tanda fuera más a su altura. Los naturales brotaron largos y despaciosos ante un toro que quiso comerse la muleta por debajo. Le limpió el muletazo y desenmuñecó a tiempo para que ese tornillacito que daba el toro no le tocara la muleta. Cogió ritmo un animal que embestía más y mejor cuando lo llevabas pulseado y casi sin toques. Pese a las virtudes del animal, este no permitía ni una duda. Por el derecho le faltó un punto de recorrido, teniendo mejor inicio que final del muletazo. De Justo anduvo fresco de cabeza y muy ágil de piernas ante un toro que en muchas ocasiones pedía que le perdieras un pasito. El extremeño entendió desde el inicio q un toro que obligó a Emilio a jugar con las alturas y las distancias. La seria final a zurda acabó de meter en su labor a una Maestranza muy pendiente de él en toda la faena. Quiso siempre llevárselo atrás en naturales de pura seda, siempre toreando con las yemas y acariciando la embestida de un ejemplar que fue agradecido. Tras enterrar el acero le fue concedida una oreja.

El Cid se reencuentra con su toreo en una faena premiada con una oreja

Se ovaciónó al cárdeno de Victorino al salir de chiqureros, un animal que siempre quiso humillar aunque le faltó salirse del capote por el lado derecho. Metió riñones en el peto en un tercio de varas donde empujó con clase. En banderillas saludó Lipi trad dos pares de gran exposición salvandole De Justo de un percance cuando este salía de la cara del animal. La ovación cerrada de La Maestranza fue de esas que calan. Ya en la muleta, el de Salteras dibujó una primera serie a zurdas de gran temple y hondura ante un animal con grandes virtudes. Lo llevó siempre con suavidad, algo que agradeció el astado. Una faena donde volvimos a ver esa gran mano izquierda del de Salteras, siempre buscando llevar al animal empapado en las telas. Mecatero fue un toro que siempre exigió al torero estar bien colocado, de lo contrario embestida a arreones. La clave estuvo en darle tiempo y distancia, en llevarlo siempre enganchado. Por el derecho tuvo que tragarle al faltarle largura en el muletazo. Sevilla se entregó a su torero en una faena premiada con una justa oreja.

El toreo despacioso de Escribano desoreja al buen Patatero de Victorino, de vuelta, que hizo quinto

Y le cortó las dos orejas Manuel Escribano a ‘Patatero’ un extraordinario animal de Victorino que embistió al ralentía a la muleta del sevillano. Se fue a recibirlo a portagayola en un claro gesto con su plaza. Un animal que galpó de salida en una saludo capotero donde el animal la tomó siempre con entrega. Empujó con el pitón izquierdo, ese por el que luego embistió de una forma excepcional. Manuel inició su faena a favor del animal con muletazos a media altura y en línea recta. Lo pulseó siempre el de Gerena, cogiendo el animal un ritmo amexicanado. Jugó siempre con las alturas y las distancias ante un astado que todo lo hizo por abajo. Se vació en naturales al ralentí que hicieron crujir a la plaza. Manuel no pegó ni un tirón, todo lo hizo toreando con las yemas, siempre buscando llevarse al toro tras la cadera. Aguantó parones y miradas de un animal que siempre tomó lq muleta. Por el lado derecho siempre tuvo que ir más tapadito, por ahí pesaba más. Se murió buscando los vuelos por abajo un animal de gran categoría, de esos que permiten un tipo de torero basado en la cadencia. Con la faena en su punto álgido dejo un cambio de mano que paró los relojes de una Maestranza que ya había perdido la noción del tiempo. Patatero hizo honor a su sangre con una entrega total en los chismes. La vuelta al ruedo fue de justicia, a animales de esa categoría hay que saber premiarlos. La plaza se llenó de pañuelos blancos para pedir las orejas, Luque accedió y premió la faena del sevillano con el doble trofeo.

Ovación tras aviso para Emilio de Justo en una faena de poder a poder ante el exigente sexto

El sexto de la tarde fue otro animal de Victorino que se movió en los primeros tercios pero que acusó como el tercero problemas en los cuartos traseros. Un toro pronto y alegre pero que siempre acortó el viaje. De Justo sabía que iba a ser un toro de tirar la moneda, de ahí que buscara la corta distancia para que el animal no viniera con inercia. Se la dejó siempre puesta buscando apretarle cuando este llegaba al embroque. Toro que pesó en la muleta, embistiendo en ocasiones en línea recta. Muy firme anduvo el extremeño ante un animal exigente en los trastos. El toro tuvo entre otras cosas lq virtud de la emoción, pero le faltó clase para buscar los vuelos de la muleta por abajo. Se jugó la vida de Justo por el izquierdo, por ahí el animal se quedaba debajo, embistiendo siempre con el freno de mano puesto. Volvió a la derecha para dejar otras dos tandas muy jaleadas por una plaza que supo valorar en todo momento la faena del de Torrejoncillo. La espada cambió una más que merecida oreja por una cerrada ovación.

FICHA DEL FESTEJO

Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Feria de Abril, sexta de abono. Corrida de toros. Casi lleno.

Toros de Victorino Martín, variados de tipo, pero en las líneas de la casa. El quinto, Patatero, premiado con la vuelta al ruedo.

El Cid (corinto y oro): vuelta al ruedo y oreja.

Manuel Escribano (verde botella y azabache): ovación y dos orejas.

Emilio de Justo (corinto y azabache): oreja y ovación tras aviso.

Top