27 de mayo de 2023/David Jaramillo/Fotos: Emilio Méndez
La corrida de El Pilar apuntó cosas buenas, las suficientes como para dos tercios de quites excesos, en los que brillaron Diego Urdiales y Pablo Aguado. Y Francisco de Manuel quiso con el sexto, que duró más. Sin embargo, la falta de fuerza cortocircuitó todo lo demás y vino el apagón
Una corrida con el hierro salmantino de El Pilar esperaba en chiqueros para la decimosexta de abono de la Feria de San Isidro. Una tarde donde Diego Urdiales hacía el primero de sus dos paseíllos del abono, mientras que Pablo Aguado y Francisco de Manuel finalizaban su presencia en este San Iisdro de 2023. Una corrida que suscitó gran interés por parte de una afición que respondió ante la llama de uno de los carteles más atractivos de la Feria.
Urdiales se ilusiona a la verónica y lo lamenta en la muleta
Pronto se ovacionó la sería presencia del alto toro de El Pilar, que sacó buen en el capote y una clase exquisita por el pitón derecho. Lo vio Diego Urdiales y no dudó en quitarle por mecidas verónicas, todas por el pitón bueno. Pablo Aguado se animó por el mismo palo, lento y templado, y el riojano replicó, primero por delantales y después también a la verónica. A cada cual mejor. Sin embargo, en la muleta no se desplazó igual. Tuvo prontitud y fijeza, pero la escasa fuerza le hizo pasar rebrincado, se revolvió pronto y protestó cuando Urdiales le quiso aliviar. Tampoco la media altura fue solución, porque chicana violento contra las telas. Las buenas embestidas las gastó en los quites. Diego lo probó todo, pero no cabía solución posible. Sólo matarlo por arriba, como bien hizo.
Aguado se gusta con el capote y porfía ante el enclasado segundo
Más ímpetu de salida mostró el segundo, que repuso y no dejó asentar las zapatillas a Pablo Aguado hasta que llegó a los medios, donde casi una a una, dibujó tres parsimoniosas verónicas que ya fijaron la atención del público. Pero fueron las que esculpió en el quite, tan lentas y hondas, que subieron al tendido con muchísima fuerza. Y la media, deletreada, fue en sí misma un monumento. Francisco de Manuel se picó y salió en su turno, dejando dos buenos lances, pero otra vez Aguado, con el toro ya diezmado en su fuerza, dejó un par de delantales y otra media de idéntica caligrafía a la que ya había dado antes. Exquisita. Tuvo torería el inicio a media altura sacando el toro a los medios, sobre todo un cambio de mano fenomenal. No le exigió Aguado al buen Pilar, de poder contado, y lo agradeció el toro con un tranquito más, aunque nunca llegó a la cadera, donde quería el torero. Los derechazos fueron delicados, aunque los cites tuvieron que ser cada vez más firmes para provocar la arrancada y, cuando cogió las telas con la izquierda, el tono de la faena había caído a plomo. Sin embargo, Pablo (y el público) seguía buscando y esperando ese muletazo excelso que ya no llegó. Dejó una espada casi entera al segundo intento.
Francisco de Manuel, tras el milagro, el esfuerzo
Las armónicas hechuras del ramatado tercero tris, de Conde de Mayalde, apuntaron más de lo que finalmente fue. Esta vez apostó Francisco de Manuel desde su salida, con una larga cambiada de rodillas en el tercio y un enfibrado puñado de verónicas, rubricado con una media de buen corte. Y se volvió a echar de rodillas para comenzar su faena de muleta, en redondo por el derecho y, al tercero, el toro se venció y lo enganchó violentamente, pasando después, una vez el torero dio contra el suelo, la guadaña por el cuello. Es un milagro que ni haya pasado a mayores el aparatosísimo percance. Repuesto de la voltereta Francisco se plantó con firmeza para torear nuevamente por la derecha en los medios, pero el toro se quedó sin recorrido y, como embistió dando saltos, lo mismo pasaba a medias que se iba al cuerpo del torero de un bote. Incomodísimo, pues además se guardaba el poder y sabía perfectamente lo que se dejaba atrás. Hasta que se paró, por mucho que De Manuel le provocó siempre con intención de torearle. Y entró recto como una vela a dejar la estocada. Algunos pañuelos emergieron como reconocimiento a su esfuerzo, sin calado en el palco, pero le animaron para dar la vuelta al ruedo.
Diego Urdiales, sin posibilidades ante el cuarto
No prometió mucho el cuarto en los primeros tercios, en los que se desplazó sin clase, aunque remató con fuerza en los burladeros. Quiso Urdiales tirar de él con autoridad en la muleta, pero los cortos viajes y y los derrotes fueron defectos imposibles de mejorar. Diego, sin fortuna, abrevió. Una estocada casi entera y atravesada fueron suficiente para acabar con el trance.
Aguado, sin suerte, se va de puntillas de San Isidro
La preciosa expresión del quinto, con sus seiscientos kilos, anunciaba un fondo que no tuvo el poder se sacar. Pues aunque tuvo en su fijeza, prontitud y nobleza cualidades suficientes para brillar, careció de fuelle para moverlas y potenciarlas. Sirvió, eso sí, para que Juan Sierra, acertado ya con la lidia al segundo, dejara dos buenos pares de banderillas, pero no para la muleta. Aguado lo intentó, tampoco con demasiado convencimiento, pero es que no había mucho de donde rascar y con la espada no estuvo fino.
Esfuerzo sin premio para Francisco de Manuel con el sexto, que duró más
Consciente de la poca duración de la corrida, Francisco de Manuel, con deseos de agradar, quitó por chicuelinas de mano baja, quizá pensando que poco más iba a poder hacer con el sexto. Toro al que Juan Carlos Rey y Sánchez Araujo le soplaron tres pares de banderillas soberbios, siendo obligados a saludar una ovación. Sin embargo, el buen toro tuvo más y embistió con seriedad e intención por el derecho, por donde el madrileño cuajó dos series buenas, sobrias y sinceras, en las que llegó a desmayar trazo para dibujar dos excelentes derechazos. Por el izquierdo el toro lo protestó todo, la altura, la distancia, los cites… Por eso volvió Francisco a la diestra, esta vez más mandón, pues el toro amagó con irse y, poco a poco, redujo el recorrido y la humillación. De Manuel insistió, pero esa embestida franca que buscaba ya no existía. Le arrancó el toro la muleta de las manos al torero en la segunda manoletina y la espada se negó a entrar.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Decimosexta de abono de la Feria de San Isidro 2023. Corrida de toros. Caso lleno. Tarde nublada.
Toros de El Pilar y un sobrero de Conde de Mayalde (3º tris) de sería estampa. De gran calidad por el pitón derecho, pero de escaso fondo y fuerza. Duró poco; Duró poco su clase en el capote, aunque tuvo un punto más de fuerza y muy buen fondo; tercero y tercero bis devueltos por falta de fuerzas; Bien hecho, pero manso, reservón y con peligro el tercero tris; Manso, parado y deslucido; Noble y desfondado el quinto; Tuvo más fondo el sexto, que no terminó de humillar ni de desplazarse.
Diego Urdiales (rioja y oro): Ovación y silencio
Pablo Aguado (malva y oro): Ovación tras aviso y silencio
Francisco de Manuel (corinto y oro): Vuelta tras aviso y silencio tras dos avisos.