26 de enero de 2024/Patricia Prudencio Muñoz
Raúl Tenorio, ganadero en la Comunidad de Madrid, propietario del hierro de San Isidro y Toros de Tenorio, se sitúa a la cabeza de G.L.I.M.A. (Ganaderos de Lidia de la Comunidad de Madrid) como presidente de la Asociación tras las últimas elecciones. Su objetivo es darle continuidad al trabajo que se había llevado a cabo desde la Asociación y recuperar el espíritu con el que se creó inicialmente. Por el momento, cuentan con diversos proyectos, los cuales ya trabajan con la administración para materializarlos. Su hoja de ruta se basa en la defensa de los intereses de todos los ganaderos asociados, así como en la promoción de la Tauromaquia. Raúl, además, aporta una visión real de la situación que atraviesa el campo bravo madrileño, con numerosas dificultades diarias para poder sacarlo adelante.
¿Cómo surge la oportunidad de ocupar la presidencia de G.L.I.M.A.?
La anterior Junta Directiva se queda sin los miembros necesarios para poder seguir configurando. Entonces, se ven en la obligación de convocar unas nuevas elecciones, fue a través de ellas como se configura la nueva Junta Directiva. Es un puesto que nadie quiere, porque es de mucha responsabilidad y en el que trabajas altruistamente por unos fines que no son los tuyos personales. Llegué porque me plantearon encabezar la lista y por la responsabilidad de darle continuidad, para no se quedara la Asociación en el limbo.
¿Cuál va a ser la hoja de ruta de esta nueva directiva?
La Asociación se conformó para satisfacer los intereses de todos los ganaderos asociados, que son los intereses de los ganaderos de Madrid, de los centros de concentración y las explotaciones. Trabajamos para defender y promocionar la Tauromaquia dentro de nuestra Comunidad. Eso es como base principal, pero a mí sí que me gustaría retomar la hoja de ruta inicial, porque realmente había un desconocimiento por parte de todos los ganaderos que estábamos en Madrid. Se creó con un fin común, el de intentar salvar la catástrofe que teníamos con la pandemia, buscar ayudas en la Comunidad.
Cuando aquello pasó, la Asociación empezó a disgregarse, digámoslo así. Se dejó un poco a la Junta Directiva, que en aquel momento llevaba la Asociación, trabajando un poco más en solitario. Había un poquito de desunión. Por ello, mi propósito, el propósito que tiene esta junta directiva es el de unir otra vez a todos los ganaderos con ese fin, el fin de que haya un buen ambiente y que entre todos seamos capaces de sacar proyectos en común para el beneficio propio de las explotaciones, pero también para el conjunto de la tauromaquia y la promoción de la misma.
Nosotros no custodiamos el libro genealógico, como hacen el resto de asociaciones. Nosotros estamos para intentar que las ganaderías de Madrid, de una manera u otra, sean rentables o por lo menos que no nos cuesten.
¿Cuáles son los obstáculos con los que tenéis que trabajar día a día?
Obstáculos realmente no hay, al final todo pasa por las administraciones, que son quienes tienen verdaderamente el poder de poder ayudarnos. Nosotros tenemos que ser capaces de poder articular proyectos y convenios con la administración para poder seguir adelante y salvaguardar los intereses de todos los ganaderos de Madrid.
¿Cuáles van a ser las actividades que vais a poder organizar este año?
Tomamos cargo de la presidencia el 9 de enero y en este poco tiempo, nos hemos reunido ya un par de veces e incluso hemos tenido una reunión, la primera, con el Centro de Asuntos Taurinos, que al final es la institución más cercana y que nos puede ayudar e impulsar hacia el resto de administraciones. A corto plazo, les hemos propuesto llevar la gestión integral de la feria de ganado del Batán para este año. Además, hemos estado negociando también la subida de precios y la defensa de los puestos de los ganaderos de Madrid, al menos los mismos que teníamos el año pasado. Queremos que nos echen una mano también con la Consejería de Agricultura y Ganadería en diferentes proyectos. También pedimos subvenciones para la recría o para la raza autóctona.
Tenemos en mente como unos ocho o diez proyectos, tanto con el Centro de Asuntos Taurinos como con la Consejería de Agricultura y Ganadería. Al final todo depende de Carlos Novillo, que tiene muy buena predisposición, al igual que el Centro de Asuntos Taurinos. Sin embargo, por el momento, todo son proyectos que hay que trabajar para poder materializar.
Además, el ganado bravo, políticamente no está muy bien visto y estamos fuera de todo. Gracias a Dios, en Madrid es diferente, contamos con la ayuda de la administración, por lo que estamos muy agradecidos al Centro de Asuntos Taurinos, a Miguel Abellán, por la atención que tiene con nosotros, por cómo se implica y cómo nos escucha, ayuda y orienta. Todo esto no sería posible si no estuviera al frente Miguel Abellán, Enrique Alcorta o Miguel Martín en el caso de las Escuelas. Además, contamos con las políticas de la Presidenta Isabel Díaz Ayuso y con la creación de los circuitos que hay en todos los ámbitos como son los recortes, los rejones, la Copa Chenel, el Circuito de novilladas picadas o el kilómetros Cero, todo eso nos ayuda de una forma muy activa a todos los ganaderos de Madrid.
¿Cuál es la situación real del campo bravo madrileño?
Vivimos en Madrid, en una situación de mucha dificultad, porque la extensión que tiene Madrid es la que tiene y no hay grandes dehesas. Nosotros nos vemos obligados a echar de comer a todos los animales prácticamente a diario. El coste de producción de nuestros animales es muy superior al que puede ser en otras autonomías. Esa es la situación económica real del campo de Madrid.
Por otro lado, en Madrid hay ganaderías espectaculares, que son totalmente desconocidas, que están embistiendo mucho, pero que son muy cortas en cuanto a ganado, con la dificultad que eso conlleva. No es lo mismo tener una camada de 700 vacas, en la que tú puedes probar 8 sementales un año y no te dificulta nada, a tener 90 vacas, que haces 3 lotes de vacas y como te equivoques en un semental, te has cargado el 30% de la camada de ese año.
Esa es la realidad del campo bravo madrileño, por eso creo que el aficionado cuando se sienta en una plaza y ve que hay una ganadería de Madrid, una ganadería humilde, tendría que ser un poquito más sensible. Yo entiendo que se sienta en la plaza, paga una entrada y paga la misma entrada por ver una ganadería u otra, pero se tiene que sensibilizar un poco más. Los ganaderos de nuestra estirpe, los ganaderos humildes, los que tenemos ganaderías cortas y pequeñas, que nos cuesta prácticamente todos los meses poner dinero, somos los que mantenemos todo esto, porque si nosotros no estuviéramos y no alimentáramos de ganado todos los pueblos, ¿quién se iba a hacer aficionado?, ¿quién mantiene todos esos circuitos? Los ganaderos humildes. Hay que ser realista y hay que saber lo que se está viendo y saber distinguir.