Calerito acaricia el cielo andaluz y Lama de Góngora solicita su sitio

Hasta cuatro toros de Fermín Bohórquez ofrecieron opciones en una tarde aciaga para José Ruiz Muñoz, que se fue de vacío

7 de abril de 2024/Pablo López Rioboo/Foto: Eduardo Procuna

La Real Maestranza de Caballería de Sevilla acogía, este domingo, la segunda corrida de abono, un festejo de Fermín Bohórquez para un cartel compuesto por Lama de Góngora, José Ruiz Muñoz, y Juan Pedro García “Calerito”, tres toreros quebuscaban ese anhelado triunfo que les abriera otras plazas más allá de La Maestranza.

El primero de Bohórquez se le acaba pronto a un Lama de Góngora de mucha calidad

Comenzó la tarde con un tono alto tras torear con sumo gusto Lama de Góngora al primero de Bohórquez, un toro con ritmo y clase, pero al que no le sobraron las fuerzas. Meció con finura la capa el sevillano en un recibo donde se sacó al templado animal hasta los medios toreando con las muñecas a un toro de infinito temple. Empujó con clase en dos puyazos magníficamente colocados por Chocolate, picador que saldría ovacionado tras su gran actuación. Ya en banderillas el animal evidenció su querencia a tablas. Fruto de ello fueron los pares comprometidos de un Juan José Domínguez que saludaría montera en mano junto a Fernando Sánchez. El sevillano buscó el no apretar a un astado que siempre la tomó a media altura, un ejemplar que fue acortando su viaje hasta apagarse como una velita. Lama se asentó en la media distancia, pero, salvo en momentos puntuales, su labor no tomó vuelo. Se atascó con la espada y fue ovacionado por una parroquia que valoró todo lo bueno que hizo en el ruedo.

Los aceros y la caída en picado del de Bohórquez dejan en silencio la labor de Ruiz Muñoz con el segundo

Tuvo menos vida el segundo de la tarde, un animal de Bohórquez justito de fuerzas al que Muñoz no pudo lancear de capa. Sí lo haría Calerito en un garboso quite por chicuelinas toreando con todo el cuerpo. Se le cuidó en el jaco para más tarde llegar a la muleta evidenciando que no iba a aguantar sometimiento alguno. El gaditano le dio tiempos para que este respirara entre tanda y tanda, pero el toro pasaba por allí como si con él no fuera la cosa. Una labor sin demasiado eco en los tendidos donde concepto recordó al Faraón más en las formas que en el fondo. A base de porfiar y tratarlo con suavidad, el toro se deslizó por el lado izquierdo en una serie donde dibujó un colosal natural de mentón en el pecho, zapatillas asentadas y juego de muñecas, pero ahí quedó todo tras bajar definitivamente la persiana el astado jerezano. Se atascó en la suerte suprema para ser finalmente silenciado tras sonar un aviso.

Calerito pasea una oreja de mucho peso del exigente tercero

El tercero de la tarde fue uno de esos animales que miden el momento por el que pasa un torero, un animal exigente y con buen fondo de Bohórquez al que Calerito le planteó una faena sincera. El sevillano venía prácticamente de no torear nada el pasado año y pese a la desigualdad de su labor, en ningún momento le perdió la cara a la misma. Delante tuvo un toro que exigió una enormidad en distancias y alturas, un astado con clase y entrega, pero que pedía venir siempre enganchado. Calerito le dio distancias, le animó a que se viniera con alegría para más tarde llevarlo largo y atrás. No escatimó en esfuerzos un diestro que se puso de hinojos en el centro del platillo en una primera serie que caló en ese respetable que siempre estuvo metido en la faena. Hubo las lógicas carencias del que torea poco, pero las mitigó con una entrega total. Una de las virtudes de su labor estuvo en desenmuñecar en el momento preciso, en dejársela siempre puesta y tirar del animal con suavidad. Sevilla supo valorar aquello que estaba viendo pese a las mencionadas desigualdades. La estocada puso en su mano la oreja de un importante toro de la casa jerezana, esa que volvía a Sevilla para ratificar lo realizado el pasado año

Lama lanza la moneda y pasea la oreja del exigente pero desigual cuarto

Tuvo sus teclas el toro que hizo cuarto, un ejemplar con carbón y temperamento con el que Lama de Góngora estuvo entregado en una labor de menos a más. Se fue a la puerta de chiqueros en un claro gesto de compromiso con su afición, esa que más tarde le vería plantear una labor sincera ante un ejemplar nada fácil. A derechas el toro siempre tendió a reponer y embestir muy por dentro, algo que obligó al sevillano a llevar empapado de muleta al astado. El de Bohórquez tuvo el defecto de venirse tras los vuelos, algo que dificultaba la colocación entre un muletazo y otro. Pero fue por el izquierdo donde lanzó la moneda al aire en un trasteo de fe absoluta en el fondo de “Bohemio”. Un toro al que había que llevar siempre pulseado, un animal exigente que no permitía dudas. Se deslizó el toro y brotaron los olés. Lama acertó en esperarlo, en torearlo al ritmo que pedía un astado al que podía sacársele ese tranco de más si el torero se ponía de verdad. Fue un cara a cara que emocionó a una plaza muy metida en una labor desigual, pero sincera, esa donde Lama demostró que también sabe dar el pasó cuando pintan bastos. La oreja concedida debe valerle para abrirse camino más allá de su plaza y los cosos de la provincia.

Ruiz Muñoz pasa de puntillas con el complejo quinto

No hubo historia en el quinto capítulo de la tarde, una labor breve ante un toro reservón de Bohórquez, ese que siempre acortó su viaje y se agarró mucho al piso. El gaditano nunca lo vio claro, siendo desarmado en más de una ocasión. Muñoz se vio desarmado ante un ejemplar que se quedaba a mitad de la suerte. La brevedad de su labor y su escaso acierto en la suerte suprema acabaron por impacientar al respetable, ese que mostraría su disconformidad con la actuación de un torero que no tuvo su tarde.

Calerito vuelve a pasear premio tras una labor de cadencia a zurdas

Calerito volvió a salir muy dispuesto con el toro que cerraba el festejo, un animal con nobleza pero medido en su raza. El de Aznalcóllar realizó una labor que gustó a los aficionados que acudieron hoy a la Maestranza. Toreó reposado con el capote y templado con la muleta ante un toro que tuvo sus mejores embestidas por el pitón izquierdo, ese por donde Calerito se gustó en fases de su faena. A derechas el toro siempre tendió a embestir a media altura y en línea recta, mientras que a zurdas si quiso tomarla con mayor franqueza. Anduvo fresco de mente y muy asentado, sabiendo siempre aquello que pedía el animal en cada momento. El de Bohórquez fue agradecido cuando se le hicieron las cosas bien, un toro manejable pero complejo en su análisis. Su final de faena volvió a elevar el tono que había perdido previamente a derechas. Tras una estocada y un golpe de verduguillo, paseó la oreja de otro astado con posibilidades de la divisa gaditana.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Segunda de abono. Corrida de toros.

Toros de Fermín Bohórquez, bien presentados y con cuajo. Con nobleza y temple un primero que acabó rajadito; sin fondo de fuerza y raza el soso segundo; de exigente embestida el interesante tercero; con carbón y cierto carácter el exigente cuarto; de corto recorrido el complicado quinto; con nobleza y temple el manejable sexto.

Lama de Góngora, ovación tras aviso y oreja.

José Ruiz Muñoz, silencio tras aviso y pitos tras dos avisos.

Juan Pedro García “Calerito”, oreja y oreja tras aviso.

INCIDENCIAS: Ovacionado resultó Chocolate tras picar al primero de la tarde. Juan José Domínguez y Fernando Sánchez saludaron en el toro que partió plaza.

 

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