Benítez Carrasco en el recuerdo y la palabra en el ciclo cultural de las fiestas zacatecanas

12 de septiembre de 2024/Adiel Armando Bolio

El recuerdo del maestro granadino Manuel Benítez Carrasco se adueñó del vestíbulo de la Cineteca Zacatecas durante el sentido recital de poesía que Juan Ignacio Ávila escenificó la noche de este martes 10 de septiembre, como parte de los eventos del Ciclo Cultural Taurino, patrocinados por la empresa “Don Bull Productions”, en el marco de la Feria Nacional de Zacatecas 2024 y, cuya finalidad, es promover los valores de la tauromaquia.

Para dar contexto a lo que el público iba a presenciar, el maestro David Eduardo Rivera hizo una interesante semblanza biográfica del poeta nacido en Granada, España, en 1922, en el que hizo saber datos no sólo de su obra sino también de algunos pasajes de su vida, con la finalidad de crear esa atmósfera propicia para el recital.

Con una conducción acertada y elegante, David Eduardo más tarde hizo las correspondientes presentaciones de los protagonistas de la noche, a Juan Ignacio Ávila y el guitarrista Claudio Gollas, quienes, llegados de Aguascalientes, deleitaron a un público selecto y receptivo, entre el que se encontraban aficionados de distintas peñas y otras personas que acudieron a rememorar al poeta que tuvieron ocasión de conocer.

Y en medio de esa intimidad de tres artes tan afines, el de la poesía, la declamación y la guitarra, discurrió un programa variado en el que se recitaron poemas dedicados al mundo del toro, como “La Banderilla” y “Jugando al Toro”, además de esa otra temática que el poeta también abordó, como los sueños e ilusiones, el amor y la esperanza.

Después de un magistral solo de guitarra, en el que Claudio Gollas interpretó sevillanas del maestro “Moraíto”, continuó la segunda parte del recital en el que Juan Ignacio declamó “La Barca”, “Soleá del Amor Indiferente”, “Soleá del Agua que no Quiero Beber” y “Soleá del Amor Deprendido”.

La velada se remató con “Tus Cinco Toritos Negros” y, acto seguido, el ritmo y la alegría de la famosa poesía “Uno, Dos y Tres”, en la que Juan Ignacio hizo gala de su sentimiento poético, su bien timbrada voz y esa idolatría a don Manuel Benítez Carrasco, al que se rindió este sencillo, pero, emotivo homenaje que sirvió para recordar la bonhomía y grandeza de un poeta extraordinario al que México quiso tanto.

 

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