Patricia Prudencio Muñoz/Fotos Emilio Méndez
Zaragoza ha celebrado una corrida de toros en la que El Fandi, Paco Ureña y David Galván se midieron a los ejemplares de la ganadería de El Pilar. Los animales no brindaron las opciones esperadas, llegando muy mermados a la tela, en ocasiones, provocado por el tercio de varas. No tuvieron demasiado contenido en sus embestidas, llegando a ser broncos e irregulares. Destacó el tercero, que se dejó llevar en las manos de Galván. El Fandi desarrolló su faena con el abreplaza sobre el pitón derecho, pasándolo. Con el cuarto no pudo hacer nada, tras un trasteo inicial en la muleta, el animal se partió la mano y El Fandi lo pasaportó. Ureña metió en la muleta al segundo de la tarde, un toro sin emoción con el que dejó alguna que otra pincelada al natural. Se quedó sin opciones con el quinto, un toro que no podía moverse como debiera y al que tuvo que pasarpotar. Galván desarrolló una faena de menos a más en la que cuajó muletazos por ambos pitones, culminando con una estocada efectiva y cortando una oreja. Con el sexto lo intentó y le buscó las teclas, pero eta bronco e incierto.
El Fandi, faena sobre el pitón derecho sin redondear
El Fandi saludaba al abreplaza con una larga cambiada de rodillas junto a las tablas. Tras pasar por el caballo, Ureña hizo su quite por delantales. El Fandi desarrolló el tercio de banderillas, con un gran calado entre el público. Inició la faena de rodillas, un inicio explosivo en los que apuró. Le dio tiempo y sitio para seguir por el pitón derecho, en largo sin terminar de bajarle la mano, pasándolo. Aprovechó la movilidad de un toro que tenía ritmo, pero que no humillaba. Seguía el engaño a base de arreones, sin uniformidad ni clase. El Fandi desarrolló una faena con su sello sobre el pitón derecho. Falló con los aceros.
Ureña, faena larga con un segundo de escaso calado
Ureña saludó al segundo de la tarde, un toro incierto y complejo de salida. El diestro dejó un inicio lento y pausado para después seguir pasándolo por el pitón derecho, en un trazo rectilíneo a media altura. Poco a poco se fue encajando con el, dándole largura al muletazo. Le dio tiempo y sitio para desarrollar tandas cortas y medidas, sin poder excederse al bajarle la mano. Era incierto y había que llevarlo muy marcado, midiendo muy bien el sito y las distancias. Uno a uno, dejó pases de sabor y calado con los que el públcio despertó. En los medios, echándosela a pitón contrario, teniendo que insistir le robó las últimas embestidas a un toro sin demasiada emoción. Culminó con una buena estocada.
Galván corta una oreja al primero de su lote
Galván bregó al primero de su lote, un toro con el que pudo estirarse una vez cambiado el tercio. El toro, condicionado y mermado, fue protestado, pero el presidente no otorgó. Se alcanzó la faena de muleta y la inició a pies juntos, pasándolo por alto. El toro se movía como podía, mostrando una embestida corta en la que quería seguir la tela. Se movió a base de arreones. Siguió desde los medios, también a pies juntos con algunos pases cambiados por la espalda. Lo sujetó a media altura, ligándolo en tandas cortas y muy medidas. Con suavidad y mucho temple lo metió en la tela, con pases profundos de gran calado por el pitón derecho. Lo mantuvo en los medios y cambió al natural, dejándole los vuelos en la cara y arrastrar la embestida, envolviéndoselo. Lo pudo cuajar por ambos lados, culminando por poncinas que fueron ovacionadas por el respetable. Le metió un estocadón.
El Fandi pasaporta al cuarto
Saludó el Fandi al segundo de su lote, luciéndose ya en varas al estirarse por navarras. Protagonizó el tercio de banderillas, con pares de calado. Lo pasó por abajo en un inicio de faena incierto, en el que se le metió por dentro y terminó de templar. Trató de buscarle las teclas, pero lo pasaba sin acople alguno. El toro terminó por romperse la mano y El Fandi optó por ir a por la espada y pasaportarlo.
Ureña tiene que abreviar y matar el quinto
Ureña se lo llevó fuera del tercio para estirarse por verónicas llevadas. Trasteó por abajo a un toro flojo en el inicio de faena, un inicio muy protestado por las condiciones del animal. Se lo llevó a los medios y al natural lo pasó sin demasiadas opciones, el toro no podía moverse como debiera. Insistió el diestro, levantándole la mano, tratando de torear un toro que no podía embestir. Tuvo que ir a por la espada y matarlo.
La entrega desmedida de David Galván con el sexto
Galván trató de saludar al sexto, un toro que no le permitió el lucimiento. Reinó el caos durante el tercio de banderillas con un toro incierto al que le pusieron los palos de uno en uno. Entre protestas, Galván tomó la muleta e inició su faena, pasándolo y moviéndolo. Trató de sacarlo del tercio para pasarlo por el derecho, uno a uno, reestructurando, buscando las teclas al sexto, un toro que no atendía a los cites, siendo muy reservón. Cambió al toreo al natural, teniendo que tocarlo con brusquedad para pasarlo. El toro pasaba soltando la cara, buscando, siendo incierto y llevando consigo un peligro sordo. Se tiró con todo a matar y lo volteó feamente.
Zaragoza. Toros de El Pilar. Los animales no brindaron las opciones esperadas, llegando muy mermados a la tela, en ocasiones, provocado por el tercio de varas. No tuvieron demasiado contenido en sus embestidas, llegando a ser broncos e irregulares. Destacó el tercero, que se dejó llevar en las manos de Galván. El Fandi, silencio y silencio; Paco Ureña, saludos y silencio; David Galván, oreja y vuelta al ruedo.