19 de octubre de 2024/Mar Muñoz/Fotos: Patricia Prudencio
La plaza de toros de Brea de Tajo albergó la última de las novilladas clasificatorias del III Certamen del Sureste con novillos de Saltillo para Roberto Martín, Rodrigo Cobo y Valentín. Los animales plantearon las dificultades propias del encaste, presentando un juego variable, siendo el tercero premiado con la vuelta al ruedo. Rodrigo Martín no se acopló con el primero de su lote y tuvo una complicada lidia con el cuarto que le volteó feamente. Rodrigo Cobo desarrolló su faena por el pitón derecho, con lucimiento y cortó una oreja al quinto tras una complicada faena. Valentín perdió el triunfo con la espada con el tercero, pero con el quinto desarrolló una faena de mérito por el pitón derecho que rubricó con una buena estocada.
Roberto Martín bregó con «Temeroso» en su recibo capotero. Brindó al respetable y genuflexo lo fue sacando para comenzar su faena en los medios por el pitón derecho. Le dio tiempo, no le sobraban las fuerzas, así que con despaciosidad lo fue pasando en su muleta a media altura. Cambió al natural, pero el animal salía suelto y desentendido. Se cruzó con el primero, pasaba al segundo y ya salía suelto. Montó la muleta insistiendo por el derecho con un novillo que ya se había rajado y que lo prendió sin aparentes consecuencias. Volvió a la cara y le robó los últimos pases perdiéndole pasos e intentando poner el lucimiento que no tenía el astado hasta que lo volvió a prender sin aparentes consecuencias. Le pasó al natural y fue a por la espada, le colocó en suerte y pinchó.
Rodrigo Cobo se estiró a la verónica con «Timadorito» hasta que le prendió sin aparentes consecuencias. Tras brindar al respetable, genuflexo lo fue obligando y sacando para comenzar su faena por el pitón derecho, bajándole la mano hasta que lo desarmó. Volvió a la cara y a media diatancia para aprovechar la inercia logró una tanda aplaudida en el tendido. El animal pasaba pero sacaba la cara alta. Le dio tiempo y perdiéndole pasos lo fue pasando por el pitón derecho con ritmo. Cambió al natural pero se metía por dentro y buscaba hasta que lo prendió sin aparentes consecuencias. Insistió por ese pitón con las mismas consecuencias, así que retomó el pitón derecho y tras ligar una tanda fue a por la espada y lo intentó recibiendo, lo volvió a colocar en suerte y pinchó a la tercera dejó media. Tuvo que descabellar.
Valentín recibió a «Sandrero» con un ramillete de verónicas que remató con una media. Tras un brindis particular genuflexo lo fue probando por ambos pitones. Siguió por el pitón derecho, bajándole la mano y pierna atrás para ligar una lúcida tanda en redondo. El animal seguía el engaño, así que insistió por ese pitón. Al cerrar otra buena tanda le prendió sin aparentes consecuencias. Volvió, para seguir al natural ligando tandas con ritmo. Retomó el pitón derecho por donde presentaba mejores condiciones para el lucimiento. Se lució con luquesinas antes de ir a por la espada. Le colocó en suerte y pinchó.
Roberto Martín se estiró a la verónica con «Horquito». Genuflexo lo probó por ambos pitones y siguió por el derecho, ligando los pases a media altura, aguantando las miradas. Le perdía pasos para después acortar y ligar con la pierna atrás, enroscándose con el. Cambió al natural, le intentó lllevar en largo, girando la muñeca, pero el animal se paraba, miraba y medía. Lo pasó de uno en uno. Retomó el derecho, pero ya había desarrollado, se quedaba más corto y buscaba. Volvió al izquierdo se le vino recto y le volteó feamente. Se recompuso, tomó la espada y lo colocó en suerte. Falló con la espada, teniendo que descabellar.
Rodrigo Cobo no pudo estirarse con «Astador». Por el pitón derecho comenzó su faena, obligándole mientras lo sacaba a los medios. Allí ligó una tanda reconocida en el tendido. Le dio tiempo y sitio, para después citar de lejos el a un animal que acudía, por lo que aprovechó la inercia para ligar la siguiente tanda. Cambió al natural y obligándole por abajo lo fue pasando en la franela, llevándolo lejos. Retomó el derecho, pero ya había aprendido y se metía por dentro, por lo que quiso retomar el pitón izquierdo. La faena se iba complicando. Tomó la espada, dejó un lucido epílogo, lo cuadró y lo prendió feamente, sin aparentes consecuencias. Volvió a perfilarse y dejó más de media que fue suficiente, teniendo que entrar a matar de nuevo.
Valentín bregó con «Gallito» en su recibo capotero. Brindó al respetable y lo pasó, probó y obligó por ambos pitones para seguir por el derecho con pierna atrás y dejándosela puesta para ligar los pases. Le dio tiempo y sitio e intentó aprovechar la inercia para volver a ligar. Cambió al natural, lo pasó y retomó el derecho, dejando pases con torería ante un animal que seguí el engaño pero que ya se iba viniendo a menos. Se adornó con pases invertidos en redondo y con un trincherezo quiso cerrar e ir a por el estoque. Le recetó unas bernardinas muy ajustadas antes de colocarlo en suerte y dejar una estocada entera.
Brea de Tajo. Novillos de Saltillo. Los animales plantearon las dificultades propias del encaste, presentando un juego variable, siendo el tercero premiado con la vuelta al ruedo. Roberto Martín, silencio tras aviso y saludo tras aviso; Rodrigo Cobo, silencio tras aviso y oreja tras dos avisos; Valentín, vuelta al ruedo y oreja.