Mar Muñoz/Foto: Patricia Prudencio
Brea de Tajo ha celebrado la Final del Certamen del Sureste, una novillada sin picadores en la que Ruiz de Velasco, Sergio Rollón y Rafael de la Cueva se midieron a los ejemplares de la ganadería de El Montecillo. Los animales contaron con una buena presentación, derrochando fijeza y clase en la tela, permitiendo el lucimiento para los novilleros. Destacó el tercero, que fue premiado con la vuelta al ruedo. Ruiz de Velasco desarrolló la faena al abreplaza por el pitón derecho, con lucimiento. Con el cuarto no tuvo opciones. Sergio Rollón toreó con clase al segundo, al que cortó una oreja, mientras que con el quinto se lució por el pitón derecho al que también cortó una oreja. Rafael de la Cueva, triunfador de la III edición del Certamen, cuajó por ambos pitones al tercero al que cortó las dos orejas y desarrolló una gran faena al sexto con el que perdió el trofeo con el acero.
Ruíz de Velasco saludó de rodillas con una larga cambiada a «Sillero», después se estiró con el hasta que lo prendió sin aparentes consecuencias. Genuflexo lo fue sacando, obligándolo y en los medios comenzó su faena por el pitón derecho, con despaciosidad. Al animal no le sobraban las fuerzas, pero seguía el engaño, por lo que dejó tandas ligadas y lucidas por ese pitón. Cambió al natural, pero se venía por dentro por lo que retomó el pitón derecho y con pierna atrás y girándo sobre sí mismo siguió toreándole. Lo intentó nuevamente por el izquierdo, prendiéndole feamente sin aparentes consecuencias. Se recompuso y volvió al derecho, dejando una última tanda antes de ir a por la espada. Su epílogo se desarrolló con unos naturales le cuadró y pinchó.
Sergio Rollón recibió con unas lucidas verónicas a «Planeador». Tras brindar al respetable, muy quieto, en el tercio comenzó su faena con un pase cambiado por la espada. Siguió en los medios, sobre el pitón derecho, llevándolo muy largo, dejando tantas con ligazón. Cambió al toreo al natural hasta que lo desarmó, por lo que no tardó en retomar la faena por ese pitón, con pases largos y profundos. El animal seguía el engaño y obedecía al toque de Rollón, que le fue bajando la mano con naturales dotados de sabor. Recuperó el derecho, dejando una tanda con torería antes de ir a por la espada. Culminó con unas manoletinas muy ceñidas, lo colocó en suerte y lo mató con acierto y determinación.
Rafael de la Cueva se estiró a la verónica con «Acobardado». Brindó su faena al público y de hinojos lo fue probando y sacando a los medios para comenzar su faena por el pitón derecho, citándolo de lejos para aprovechar la inercia y ligar una primera tanda con ritmo. Siguió perdiéndole pasos y con la muleta puesta, dándole continuidad y ligar. Cambió al natural y el animal seguía el engaño con celo y colocaba la cara, permitiendo que el novillero se enroscara con el. Retomó el pitón derecho y siguió con la ligazón y el ritmo. Volvió al natural con la misma respuesta del novillo por lo que siguió con lucimiento dejando bonitos naturales. Las condiciones del animal le permitieron seguir alternando pitones hasta cerrar con un desplante en rodillas. Fue a por la espada se perfiló y lo mató.
Ruíz de Velasco bregó con «Entonado» hasta que le desarmó, brindó al público por ayudados por alto lo fue pasando por ambos pitones para comenzar su faena y seguir por el pitón derecho, al animal le costaba acudir al cite pero una vez dentro seguia el engaño, De uno en uno le fue pasando en su muleta, le dio tiempo y cambió al natural seguia el engaño sin chispa, simplemente pasaba. Retomó el derecho, no me sobraban las fuerzas, y tapadito le fue robando los pases intentando poner lo que le faltaba al animal. Nuevamente al natural tiró de el dándole el pecho hasta que lo prendió, sin aparentes consecuencias. Volvió al derecho y al uno a uno ante un novillo venido a menos, cerrando una tanda le volvió a prender sin aparentes consecuencias, tomo la espada y volvió a la cara le robó los últimos pases donde casi le vuelve a prender, le colocó en suerte y a novillo parado pinchó.
Ruíz de Velasco bregó con «Entonado» hasta que le desarmó. Brindó al público y por ayudados por alto lo fue pasando por ambos pitones para comenzar su faena. Siguió por el pitón derecho de un animal al que le costaba acudir al cite, pero que una vez dentro seguía el engaño. De uno en uno le fue pasando en su muleta, dándole tiempo y sitio para después cambiar al natural. Por el izquierdo seguía el engaño pero sin chispa, simplemente pasaba. Decidió retomar el derecho, pero no le sobraban las fuerzas, así que muy tapadito y de arriba abajo le fue robando los pases intentando poner lo que le faltaba al animal. Nuevamente, al natural tiró de el dándole el pecho hasta que lo prendió, sin aparentes consecuencias. Volvió al derecho y al uno a uno ante un novillo venido a menos. Tras unas tandas condicionadas por el tira y afloja del sitio y la altura, lo colocó en suerte y a novillo parado pinchó.
Sergio Rollón recibió a «Grabador» con una larga cambiada de rodillas y allí siguió pasándolo en su capote para ya en pie estirarse a la verónica. Genuflexo lo fue sacando con torería para comenzar su faena por el pitón derecho, dejando una tanda con torería. Siguió atalonado llevándole largo por ese pitón. Cambió al natural, pero le costaba acudir al cite y pasaba sin transmisión. Retomó el derecho, por el que tenía una embestida más armónica y por donde Rollón lo fue toreando en redondo. Sin embargo, volvió al natural y de uno en uno a media altura lo atacaba y lo pasaba en la franela. No quiso alargar y fue a por la espada y con unas bernadinas muy ajustadas quiso cerrar hasta que lo prendió feamente sin aparentes consecuencias. Volvió a la cara del animal lo colocó en suerte y dejó media efectiva.
Rafael de la Cueva recibió a «Planeador» en una larga cambiada en rodillas para después estirarse con el. Hizo un brindis particular y en los medios, sin probaturas, se lo pasó por la espalda. En aquellos terrenos siguió toreándolo en redondo sobre el pitón derecho. Se puso en pie y siguió por ese mismo pitón ligando los pases a un animal que seguía el engaño con celo. Rafael le perdía pasos y tiraba de el con torería. Cambió al natural y bajándole la mano dibujó bonitos naturales al de El Montecillo. Le dio tiempo y sitio y el animal acudía de lejos con fijeza, por lo que aprovechó la inercia para ligar. Lo prendió, pero se recompuso y volvió a la cara, retomando por el pitón derecho, llevándolo con cadencia a pies juntos. Con un pase de las flores quiso retomar el pitón derecho dejando otras buenas y lucidas series por ese pitón. Con pases invertidos en redondo culminó su faena. Falló con la espada.
Brea de Tajo. Erales de El Montecillo. Los animales contaron con una buena presentación, derrochando fijeza y clase en la tela, permitiendo el lucimiento para los novilleros. Destacó el tercero, que fue premiado con la vuelta al ruedo. Ruiz de Velasco, saludos y vuelta al ruedo tras aviso; Sergio Rollón, oreja y oreja; Rafael de la Cueva, dos orejas y vuelta al ruedo tras dos avisos.