21 de octubre de 2024/Adiel Armando Bolio
El matador de toros acalitense Diego Sánchez, quien se encuentra en plena recuperación de la cornada que sufrió en la corva de la pierna derecha, detrás de la rodilla, al estar actuando la noche del reciente sábado 19 de octubre de 2024, durante la «Corrida de las Luces», en la Monumental Plaza México, por un ejemplar de la dehesa de Villa Carmela, confiesa que, en poco más de 11 años como torero, este ha sido su «bautizo de sangre» y, por medio de un comunicado, hace público su agradecimiento a toda la gente que se ha preocupado por su estado de salud y, admite, que no quiere dejar de torear el próximo sábado 2 de noviembre en el coso Monumental de Aguascalientes, dentro del XXX Festival de Calaveras. Este es el documento:
Ciudad de México 21 de octubre de 2024
A mis amigos, amigas, aficionados, profesionales y medios de comunicación.
Quiero agradecerles sus muestras de afecto, de apoyo, el ánimo que me han dado después de lo sucedido en la Plaza México, que sinceramente me llena de orgullo. Les digo, de corazón, que una cornada representa mucho en los toreros.
Yo no había tenido la ocasión de vivirla, literalmente, en carne propia. Quizá por ello, y porque no fue lo grave que aparentaba, ni siquiera la sentí, sino hasta que llegué a la enfermería.
Y hoy, les puedo decir que, con este mi “bautizo de sangre”, me siento mucho más torero.
Es obvio que nosotros no pensamos en que suceda, pero asumimos que es un riesgo propio y natural de la profesión.
Y tampoco nunca pensé que el dolor, porque si lo hay, no se los voy a negar, se redujera casi hasta desaparecer con las visitas al hospital, los mensajes, las llamadas de apoyo de los aficionados, y de los profesionales del toreo, pero sobre todo de mi familia con la que siempre he contado. Mis padres, sobre todo.
Esto es lo que le da grandeza y autenticidad a la fiesta de toros.
Todo lo que les escribo, lo he venido meditando durante estas horas en que he tenido la oportunidad de estar conmigo mismo, no sólo de pensar, sino de razonar lo sucedido recientemente en mi carrera, y lo que, primero Dios, a quien desde luego también le agradezco, vendrá.
Quiero reconocer a los doctores, que dirige el médico Jorge Uribe, que me han dado un trato súper especial, prácticamente desde el mismo ruedo, al caer herido.
A ellos les he pedido hagan lo necesario para poder torear el próximo sábado 2 de noviembre en Aguascalientes, en una fecha muy importante, no sólo por el cartel y la fecha -por cierto, siempre anhelada por mí-, sino porque, así como la del domingo en la México, la de mi plaza y ante mi gente, es otra que había marcado en el calendario como crucial.
En este momento me dicen que no. Pero confían al igual que yo, que los músculos de la pierna responderán, pues hubo más daños de los que se pensaban. Pondré toda mi voluntad, haré caso a todas sus indicaciones, pero yo quiero torear en Aguascalientes y dicen que cuando se quiere, se puede.
A media semana abandonaré el hospital y, si no sucede nada imprevisto, a principios de la semana entrante reanudaré mis entrenamientos, buscando mi recuperación lo más pronto posible.
Sin más por el momento, vuelvo a agradecerles todo.
Su amigo Diego, ¡hoy más orgulloso de ser torero!