El torero gaditano abre la puerta grande en su confirmación de alternativa en Acho al cortar dos orejas; un trofeo sumó Jesús Enrique Colombo en la apertura de la feria
28 de octubre de 2024/Suertematador.com/Foto: Agustín Carboné
La corrida inaugural de la septuagésima séptima edición de la Feria del Señor de los Milagros tuvo como triunfador a David Galván, que cortó dos orejas al quinto en una tarde entretenida en la que los toros de San Pedro y Salamanca no dieron facilidades pero en la que los tres toreros estuvieron dispuestos a todo para salir a hombros de la plaza de Acho.
David Galván confirmó la alternativa con Belmontino, de San Pedro, abanto de salida, que fue desarrollando complicaciones durante la lidia. Mal picado, recibió un puyazo trasero que le mermó facultades y agravó defectos. Tardo y sin clase en la muleta, había que citarlo en cercanías y llevarlo muy empapado para que no perdiera el viaje ni se revolviera a mitad de muletazo, sobre todo por el derecho. Cuando Galván así lo plasmó, logró completar series en las que destacó el poder sobre la elegancia. El animal fue perdiendo facultades hasta terminar descompuesto y complicado. Culminó de dos pinchazos, estocada baja y descabellos, el último entre protestas.
Con el quinto, el gaditano estuvo inspirado y artista, aprovechando las lentas embestidas del jabonero sucio de San Pedro, tan noble como escaso de fuerzas. Los muletazos fueron suaves, desmayados y reposados, logrados sobre el andar cansino del único animal de la corrida que se dejó. Toreó con mucho sentimiento en cada uno de los pases, ejecutados de uno en uno por ambos pitones, sin ligazón por las condiciones del astado, que no repetía. Así, logró los muletazos más finos y emotivos de la jornada, pero sin redondear faena mayor por la poca transmisión del burel. Se le otorgó una oreja, y, por presión de la plaza, otra que le permitió abrir la puerta grande.
Juan Carlos Cubas tuvo una actuación digna y valiente. El segundo de San Pedro, abanto, débil, mirón y peligroso, no humilló ni al momento de la muerte. Siempre estuvo pendiente del espada, que debía rectificar y cruzarse en el cite para no ser cogido. Inició bien la faena, pero no pudo continuar con series estructuradas porque el animal o se quedaba corto o perdía las manos. Porfió con valor y entrega hasta lograr al final la mejor tanda con la tela. Mató de una estocada caída y tendida.
El inicio de faena de Cubas al cuarto fue de enorme emoción, con muletazos de rodillas largos y templados por abajo que hicieron rugir a toda la plaza. Una serie tan larga como exigente que a la postre resultó letal para un toro débil al que había cuidado en los tercios anteriores. Y así, en la segunda serie, el sampedro se vino abajo. En gesto de honradez, insistió en torearlo mientras desarrollaba mayor sentido y peligro. No hubo más por hacer. Tras pinchar, lo despachó como pudo para que no se complicara más.
esús Enrique Colombo recibió al tercero con largas cambiadas de rodillas y chicuelinas rematadas en los medios, aprovechando la mayor franqueza y acometividad de su adversario. Se lució con las banderillas mostrando pleno dominio de los terrenos, con pares al cuarteo, el de la moviola y al violín, todos entre aplausos del público. Inició en los medios alternando cambiados con pases por alto, hasta que en un descuido el toro se le coló y lo cogió aparatosamente. Con oficio supo mandar en las series, tocándolo a medio viaje para que continuara hasta completar el muletazo. Enfrentó toda clase de embestidas de un animal informal, sin clase, que fue complicándose en el avance de la lidia y que, al menor descuido, podía hacer por el torero, que estuvo por encima en todo momento. Concluyó con una gran estocada en el sitio, recibiendo una oreja de peso.
El que cerró plaza fue un jabonero de Salamanca, que solo pudo ser fijado en el caballo, al que recargó en el mejor puyazo de la tarde. Salió de la pica suelto y con la cara alta, por lo que, con inteligencia, el venezolano quitó por zapopinas. Brilló nuevamente con los palos valiéndose de la prontitud y el galope de su oponente, aunque siempre con la cabeza alta. Defecto que mantuvo en el tercio final, en el que rápidamente adquirió sentido por ambos pitones, haciendo imposible torearlo. Se llevó un fuerte golpe al entrar a matar, dejando media estocada que fue suficiente.
Lima (Perú), domingo 27 de octubre de 2024. Toros de San Pedro y Salamanca (6º), correctos de presentación, complicados y justos de fuerza. Juan Carlos Cubas, silencio y silencio; David Galván, que confirmó alternativa, pitos y dos orejas; y Jesús Enrique Colombo, oreja y ovación con saludos. Entrada: Tres cuartos de plaza. Fuente: Aplausos.