Román, «Cadenero» y Galván, la nueva gran historia de Manizales

El valenciano indulta un bravo ejemplar de Ernesto Gutiérrez en una tarde en la que también destacó la faena de poso de Galván al primero, al que desorejó.

6 de enero de 2025/David Jaramillo/Foto: Diego Alais

Comenzó fuerte la tarde, más por la apuesta de un torero como David Galván, que por el toro que tuvo en suerte, de cuestionable presencia y justa raza. Tuvo, eso sí, la virtud de la movilidad en su continuado ritmo con la cara por las nubes y la suerte de dar con un torero con la madurez, calidad y concepto del gaditano, que pronto lo vio y lo supo llevar a su aire, sin molestar ni exigir, para convencerlo de quedarse en su muleta, allí, en los medios, donde fue cosiendo cada muletazo, llenándolo de gracia y empaque hasta conjuntar varias series loables. A la gente se le olvidó el toro y se quedó con el toreo de Galván. Repitió la dosis con la muleta en la izquierda y abrochó con un estoconazo una faena de puerta grande.

Tuvo un punto de mejor presencia el segundo, y quiso tomar el capote de Román por abajo, pero aquella buena intención se diluyó pronto, cuando el valenciano, ya con la muleta, le quiso exigir de verdad. Entonces ya el toro se lo pensó, a veces acudió, otras veces se venció y la mayoría de ocasiones simplemente se dejó. También tuvo este la suerte de contar con un torero que, no sólo tapó sus defectos, sino que lo hizo con la entrega suficiente para poner al público en situación. Román enceló al toro, lo llevó muy tapado y con suave temple le obligó a quedarse en la muleta.dps series de derechazos terminaron con la voluntad del toro que ya no volvió a humillar, ni de poner lo poco que ponía de su parte, fue el torero el que lo hizo todo. Todo, menos una muerte rápida, una lástima, porque era de premio.

Del manso e impresentable tercero hay poco que reseñar, y no es nada bueno, pues en la salida del tercer par de banderillas hizo hilo con Ricardo Santana y le alcanzó lanzándolo contra la boca del burladero, donde el banderillero se golpeó en la cabeza cayendo inconsciente sobre la arena, donde el torete se ensañó en instantes realmente estremecedores. Cuando fue el turno de Juan Sebastián Hernández con la muleta, el animal no quiso nada.

El cuarto era otra cosa, de mejores hechuras pero peores ideas, orientado y desarrollando sentido al tiempo que Galván quiso meterlo en la muleta. Sin embargo, esa bala que se guardaba en la recámara era una bomba de tiempo que David supo desactivar justo cuando llegaba la hora. Una estocada y un descabello fueron suficientes para que terminara el mal rato que pasamos todos en la plaza.

Para toros, el quinto. Su buena confirmación, a pesar de la escasa cara, pronosticaban un juego diferente. Era de Ernesto Gutiérrez. Tan cerca y tan lejos… Ahora había humillación, codicia, fijeza y seriedad.

Bravura, en definitiva. De esa que se nota ya en la expresión del toro y se ratifica con la manera de emplearse en el caballo y de acudir a las telas. Román, que ya está empadronado en Manizales hace años, lo sabía y apostó por el toro, sin afligirlo al principio porque lo vio sangrar demasiado, pero con pleno convencimiento y exigencia después, porque cuando más le apretaba, mejor respondió «Cadenero». Las pausas fueron clave. Oxígeno. Y con ello, duración. Pero además puso torería de la de siempre. La del conocimiento, el empaque y el sentido de la lidia. Faena de más a más que acabó con el indulto del ejemplar.

Con el último volvimos a la tierra. Sentido y dificultades. Juan Sebastián hizo lo que pudo, que ya era bastante.

FICHA DEL FESTEJO

Lunes 6 de enero. Plaza de toros de Manizales, Colombia. Segunda de feria. Casi tres cuartos de entrada en tarde agradable.

Toros de Dosgutiérrez y Ernesto Gutiérrez (5º), «Cadenero», nº 197, indultado, bravo Pesos: 450, 444, 442, 440, 460 y 442 kilos.

David Galván, de nazareno y oro, estocada (dos orejas); y estocada y descabello (silencio).

Román, de sangre de toro y oro, pinchazo hondo, estocada atravesada, aviso y dos descabellos (silencio); y dos orejas simbólicas.

Juan Sebastián Hernández, de blanco y oro, estocada baja, aviso, dos descabellos y aviso (silencio); y dos pinchazos, media caída y dos avisos (silencio).

Incidencias: El banderillero Ricardo Santana fue atendido de un traumatismo craneo encefálico y otros politraumatismos de pronóstico reservado.

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