
Lama de Góngora paseó la única oreja de la tarde por una labor de su personal concepto ante un ejemplar de gran nota. Calerito se salva de una fea cornada en el quinto y Navalón pone de manifiesto su interesante concepto del toreo en el primer festejo del ciclo continuado.
27 de abril de 2025/Pablo López Rioboo/Foto: Eduardo Procuna
Sevilla abría hoy domingo su ciclo continuado con una seria corrida de Fuente Ymbro, un encierro al que le faltó raza para irse tras los vuelos de la muleta de tres jóvenes que venían buscando ese triunfo que les hiciera subirse al vagón de las ferias. El único que pescó premio fue Lama de Góngora ante el gran cuarto, un toro de bandera que nunca se cansó de embestir. Una faena en el alambre que dejó con la miel en los labios a una afición que no dudó en ovacionar en el arrastre a un toro de apuesta. Ese alambre por el que se movieron Calerito y Navalón, dos toreros que mostraron a la Maestranza su interesante concepto del toreo. Al primero le echó un capote la Macarena tras colgarlo del pitón el completo quinto, un susto que le podía haber llevado directamente a la enfermería pero que quedo en eso, en un monumental susto. El de Aznalcóllar se libró del hule y Navalón cruzó la raya en varias ocasiones mostrando este un valor seco que asusta. El valenciano torea de verdad y no se alivia en la suerte suprema, los quiere matar.
Ovacionado Lama de Góngora con el geniudo primero
Hondo y largo fue el primero de la tarde, un toro de Fuente Ymbro que poco se parece al prototipo de animal que se busca en Sevilla. Un animal serio, pero sin esa armonía en sus hechuras que siempre ha salido en esta plaza. Dibujó algunos lances sueltos de salida ante un astado que tendió a desplazarse mejor por el lado izquierdo. Tras cumplir en el jaco estuvo a un tris de echarse a los lomos a Calerito cuando este quitaba por chicuelinas. No fue fácil de banderillear, de ahí el mérito de los pares que colocaron Javier Crespo y Fernando Sánchez. Ya había cantado que por el derecho su viaje iba a ser corto y en línea recta, de ahí que los mejores pasajes del trasteo de Lama vinieron cuando supo cogerle la velocidad a un toro que pesó mucho en la muleta. Dibujó algunos naturales sueltos en una faena que nunca llegó a romper. Toro este al que había que llegarle mucho y tragar cuando embestía con todo. Ya con el toro a menos acortó distancias en un final sin demasiada historia. Tras dejar una estocada algo tendida fue silenciado ante un toro que nunca se entregó.
Calerito dibuja dos tandas de fino trazo antes de apagarse el noble segundo
Tampoco se entregó de salida el castaño que hizo segundo, un toro más fino de cabos que su hermano lidiado en primer lugar, pero que embistió a media altura en el saludo capotero de Aznalcóllar pese a tener cierto temple a zurdas. Dicha cualidad supo aprovecharla Navalón para cincelar un cadencioso quite por chicuelinas rematado con una media de gran cadencia detrás de la cadera. Levó a rajatabla el sevillano aquello de “pronto y en la mano” nada más brindar su faena al primero de su lote. El de Fuente Ymbro galopó desde la larga distancia dejando Calerito dos tandas marcadas por el temple. Pese a no humillar en exceso, se fue largo tras la pañosa de un espada que nunca lo apretó por abajo, acompañando este el muletazo con la cintura. Tras ello animal bajó la persiana imposibilitando que la faena acabara de romper. Tras una desigual tanda a zurdas volvió a tomar la mano derecha, pero el astado ya no podía ni con el rabo. Cesó la música y el sevillano se fue a por la espada. Tras un primer encuentro donde la espada chocó con una banderilla logró enterrar el acero saludando una ovación desde el tercio como premio a una faena corta pero con pasajes de buen toreo.
Navalón muestra su personal concepto en una labor firme y de gran poso, y da una vuelta al ruedo en el tercero
Se fue a la puerta de chiqueros Navalón para recibir al tercero en un claro gesto de compromiso con la afición, un paso adelante para levantar a unos tendidos algo alicaídos tras ver el juego de los dos primeros animales de la tarde. Aguantó la embestida del astado gaditano para soltar una larga antes de saludarlo con un ramillete de verónicas que no siempre salieron templadas. Galleando por chicuelinas llevó al ejemplar al jaco, toro que tampoco se entró con bravura en la cabalgadura montada por Antonio Muñoz. Con las ideas muy claras salió a muletear al tercero, animal al que se lo dejó llegan en un inicio por alto junto al tercio de gran exposición. Atornilló las zapatillas en el albero y le corrió la mano al astado de Ricardo Gallardo aprovechando la movilidad de este. Un astado que tendía siempre a echar una miradita, algo que no pareció minar el valor del valenciano, torero mostró desde un principio su vertical concepto del toreo. A zurdas aguantó la colada de un animal que estuvo a punto de echárselo a los lomos. Por ahí dibujó algún natural suelto donde demostró su gran oficio y un toreo de muñecas rotas y toreo con las yemas. Volvería a la derecha con el astado ya muy agarradito al piso, alargando este una faena que ya no podía tomar vuelo. Paciente se vio a una plaza que se mostró respetuosa y siempre atenta a todo lo que hacía un espada que pondría el corazón en un puño a la afición con un ceñidísimo final por bernardinas. Sonaría un aviso antes de enterrar el acero al primer intento en una labor se lepidió la oreja no siendo esta concedida al no haber mayoría de pañuelos.
Lama de Góngora le pasea la oreja a un importante Tramposo cuarto de Fuente Ymbro
Espoleado por su compañero también se iría Lama de Góngora a la puerta de chiqueros a recibir al cuarto del festejo, animal que embistió con transmisión al capote de un espada que no consiguió templarse con un astado que embestía con todo. Cortito fue el quite de Calerito, espada que dejaría dos chicuelinas y una media que llegaron rápidamente a los tendidos. Realmente bien volvió a estar un Fernando Sánchez que se ganó una justa ovación de la plaza tras un par de gran exposición en un tercio de banderillas donde también saludó Juan José Domínguez. Le puso expresión Lama al inicio de su trasteo con muletazos de su personal concepto. El de Fuente Ymbro embistió con largura y humillación a la muleta de un espada que intentó canalizar en su pañosa su trasmisora y boyante embestida. Citó desde la larga distancia-para aprovechar su inercia- a un animal al que siempre había que perderle un paso y apretarlo por debajo de la pala del pitón, un toro que exigía una apuesta total del toreo. Cierto es que faltó mayor ajuste en varias fases de su trasteo, algo que menguó la transmisión de su faena. Tramposo no hizo honor a su nombre, nunca rehusó una embestida ni tan siquiera cuando bajó su volcánica embestida. Pese a faltarle rotundidad al trasteo el sevillano nunca dio un paso atrás dibujando este varios de los mejores muletazos de su desigual faena en las postrimerías de la misma. Ahí dibujó naturales de gran cadencia, muletazos de gran sabor que llegaron a unos tendidos que se quedaron con la miel en los labios tras un trasteo sincero, pero que requirió de un paso más por parte del espada. Tras una estocada en buen sitio cortó una oreja que debe valerle para, al menos, volver a esta plaza en 2026.
Calerito se libra del hule y da la vuelta al ruedo tras una sincera labor al complejo quinto
Poquita fuera tuvo el quinto, animal que embistió con las manos por delante en el recibo capotero de Calerito. El hispalense buscó pulsearlo con gusto, poniéndole expresión a un recibo que llegó rápidamente a los tendidos. Tras cuidar al toro en el jaco entró Navalón en su turno de quite para volver a hacerse presente tras su sincera labor al tercero. Variado estuvo el valenciano ante un astado pronto, pero todavía por definirse, ese que se iría como un avión a la muleta de Calerito en la primera tanda de su trasteo. Hizo el avión por el lado izquierdo un astado que exigió en colocación y alturas. Se volvió a poner en el sitio nuevamente con la zurda ante un toro que se lo pensó más. Fruto de ello vino el percance que heló a la Maestranza, el de Ricardo Gallardo cogió de fea manera a un espada que afortunadamente no tuvo que pasar a la enfermería. Volvió a la cara del animal para torear en redondo, por ahí asentó zapatillas y templó de forma excelente la embestida de un toro al que acertó en no dejarlo pensar y llevarlo empapado en la pañosa. Esa continuidad -en los muletazos- que no tuvo la serie posterior, algo que menguó el diapasón de su trasteo. Con el animal ya muy metido en tablas este soltó la cara en uno de los remates, golpeando la rodilla de un espada que mostró visibles gestos de dolor. Tras enterrar el acero al segundo intento se le pidió la oreja -de forma no mayoritaria-, no siendo esta concedida por Fernando Fernández Figueroa. Pese a no pasear premio este daría una calurosa vuelta al ruedo tras mostrar gran disposición ante un animal con disparo, pero con una serie de aristas difíciles de resolver para un espada con tan poco bagaje en los ruedos.
Silenciada la porfía de Navalón con el parado sexto
Por segunda vez en lo que llevábamos de tarde se volvió a ir Samuel Navalón a la puerta de chiqueros. Se puso de hinojos el valenciano para recibir al castaño de Fuente Ymbro, otro toro serio y bien armado que embistió sin emplearse en demasía en el capote. Tras un tercio de varas sin demasiada historia fue Lama de Góngora quien quitaría por chicuelinas al animal que siguió evidenciando que no iba a tener la virtud de hacer surcos en el albero. Navalón volvió a quedarse en el sitio con el incierto sexto, animal que embistió en línea recta pese a venir empapado de muleta. El valenciano le dio distancia, esa que tuvo que ir recortando hasta llegarle al toro al mismo hocico. Lo trató con suavidad, le hizo las cosas perfectas en colocación y alturas, pero el toro nunca tuvo la intención de irse tras los vuelos. Porfió sin encontrar ese premio que venía buscando al chocar contra la falta de casta del ejemplar propiedad de Ricardo Gallardo. Faltó limpieza a un trasteo condicionado por un animal que le avisó en varias ocasiones al acortar su embestida y quedarse debajo cuando pasaba por la jurisdicción de un espada que volvió a alargar en demasía su labor. Tras pasaportar al astado sería finalmente silenciado.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Segunda de abono. Corrida de toros. Media entrada.
Toros de Fuente Ymbro. De desigual y genuida embestida un primero pesador en los trastos; con temple y buen ritmo a derechas un segundo que duró un suspiro; de movilidad pasadora un tercero al que le faltó raza y empuje en los trastos; de volcánica y entregada embestida el importante y bravo cuarto; con disparo y cierta desigualdad un quinto de compleja embestida; sin celo ni entrega el parado sexto.
Lama de Góngora, de obispo y oro: ovación y oreja.
Calerito, de verde Esperanza y oro: ovación y vuelta.
Samuel Navalón, de blanco y oro: vuelta tras aviso y silencio.
INCIDENCIAS: Tras el paseíllo, se guardó un minuto de silencio en recuerdo de Alfonso Ordóñez.
CUADRILLAS: Se desmonteraron Juan José Domínguez y Fernando Sánchez en el cuarto.
Incidencias: Juan Pedro Garcia Calerito sufre traumatismo a nivel de rodilla derecha. Presenta limitación en la flexo-extensión con dolor en las maniobras de fexión y extensión de la articulación. No deformidad ni signos inflamatorios. Pulsos femoral, popliteo, tibial posterior y pedio conservados. Hemodinámicamente estable. Eupneico, Sin afectación del nivel de conciencia.Se recomienda estudio radiológico complementario para determinar alcance de la lesión. Se traslada a hospital. Pronóstico grave que le impide continuar con la lidia.