Cid de María da una única vuelta al ruedo en una tarde sin materia prima ganadera en la que Bruno Aloi se entregó con firmeza en Madrid

4 de mayo de 2025/Patricia Prudencio Muñoz

Las Ventas ha celebrado una novillada picada en la que Bruno Aloi, Cristiano Torres y Cid de María se midieron a los ejemplares de Ángel Luis Peña, José González, Guerrero y Carpintero, Cerro Longo, Caras Blancas de Carpio y Hermanos Sandoval. Los animales fueron variados en comportamiento, pero de escasas opciones para los novilleros. Lo más destacado lo hizo el de Guerrero y Carpintero, por ser el más llevadero. Algo tuvo el sexto, al que no se le pudo ver. Bruno con disposición, oficio y entrega buscó las teclas y lo intentó llevar por ambos pitones, a pesar de que el de Ángel Luis Peña no se prestó a ello. Tampoco tuvo opciones con el cuarto, un novillo que se defendió y que no permitió el lucimiento de Bruno, que derrochó seguridad y firmeza. Cristiano tuvo momentos de lucidez con el de José González, que no tuvo fuerza y no se le pudo exigir. Alargó innecesariamente con el quinto de Caras Blancas de Carpio, un novillo que en un principio cumplió en la tela, pero que manseó. Cid de María encontró, por momentos, el lucimiento y el acople con el de Guerrero y Carpintero, lo que le permitió conectar con mis tendidos. Con el sexto desarrolló un faena comedida y de altibajos que no se redondeó, pero en la que dio una vuelta al ruedo.

Bruno Aloi, sin opciones con el de Ángel Luis Peña

Bruno Aloi saludó al de Ángel Luis Peña, un novillo incierto, que le apretó en tablas y que se venía recto sin permitirle el lucimiento en el capote. El novillo no se definió en banderillas, perdiendo las manos, buscando las tablas. Brindó desde los medios y al hilo de las tablas lo recibió en su muleta, por abajo. Salió suelto y tuvo que ir a su encuentro para continuar el inicio de faena. Le fue sacando, manteniéndose genuflexo. Tiró del de Ángel Luis Peña y empezó a llevarlo por el derecho, tocando y llevando con suavidad y despaciosidad. El viento molestaba una barbaridad, aún así siguió sobre el derecho uno a uno, bajándole la mano y llevándolo muy tapadito, limpiando aquella embestida deslucida. Cambió al izquierdo, teniendo que reestructurar en cada natural, se le quedaba muy encima, a pesar de mostrarle los vuelos. Aguantó los parones de un novillo ajeno a la faena. Bruno derrochó entrega, oficio y ganas, buscando las teclas, intentándolo incluso en redondo. Fue a por el acero y aunque metió la mano, tuvo que descabellar.

Un limitado segundo para Cristiano Torres 

Cristiano Torres saludó con viveza y alegría al segundo de la tarde, un novillo de José González. Dificultó la labor en banderillas, alargándolo en exceso. Intentó iniciar la faena en largo, en los medios, pero el animal no atendía y tuvo que acortar las distancias. Intentó seguir por el pitón derecho, sin poder bajarle la mano, pues se caía con facilidad. Logró, con el paso atrás y la muleta en la cara, envolvérselo, ligando la tanda. Insistió por el derecho sujetándolo, evitando que perdiera las manos y conectando con los tendidos. Cambió al izquierdo y le costó encontrar el acople, pero le mostró los vuelos, le abrió el compás y logró, sin que humillara pasarlo. Se echó y tuvo que decidirse con el acero. Mató al segundo intento.

Cid de María falla con el acero en el tercero

Cid de María intentó sin lucimiento estirarse con el primero de su lote, un novillo de Guerrero y Carpintero. Bruno se echó el capote a la espalda y arriesgó en el quite y el público venteño se lo reconoció. Inició la faena Cid de María genuflexo, obligándilo por abajo, ganándole terreno. Siguió por el derecho, sin terminar de acoplarse, teniendo que parar y templar aquel ritmo frenético. Insistió en los toques, a base de firmeza y mucha voz, estando a punto de que lo prendiera. Cambió al natural, le bajó la mano y encontrando una tanda reconocida por el respetable. Sin embargo, recuperó el pitón derecho, ligando y con algo más de acople y transmisión. Siguió alternando pitones, uno a uno al natural, luchando contra el viento. Hubo muletazos de mucho sabor y profundidad, con los que dejó pinceladas. Falló con el acero.

Bruno Aloi, seguridad y firmeza ante un ejemplar que no pasó

Bruno Aloi se dispuso con el cuarto, un ejemplar de Cerrolongo que le apretó y que no le permitió el lucimiento de el saludo. No quiso verse con el caballo. Cristiano Torres se echó el capote a la espalda para desarrollar el quite. Se alcanzó la faena de muleta y el mexicano, primero brindó a Miguel Martín, director Gerente del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid. Inició la faena con un ligero trasteo, tirando del animal para sacarlo de tablas. La primera tanda conectó con los tendidos, dosificando, encontrando la altura y los terrenos. Siguió por el derecho, en paso largo, encajándose con el, poniéndosela en la cara. Lo buscó por el izquierdo y por el derecho, alternando, pero solo encontró derrotes y cabeceos continuados. El novillo que ya no pasaba, a pesar de que Bruno derrochó seguridad y firmeza.

Cristiano Torres, faena larga y sin opciones con el quinto

Cristiano Torres trató de meter en su capote al de Caras Blancas, pero el animal salía ajeno, manseando, buscando las tablas y queriendo saltar. En varas, se metió debajo del caballo y derribó a Teo Caballero. Juan Carlos Rey, por su parte, saludó una merecida ovación en banderillas. Torres inició la faena en la raya, a pies juntos, pasándolo por estatuarios, con algún que otro pase cambiado por la espalda. Lo movió y cambió los terrenos, sacándolo para empezar a llevarlo por el derecho tuvo que insistir en el toque, logrando meterlo en la tela. El animal humilló y siguió una vez dentro de la tela a base de inercia. No había ligazón, pero cumplió en la faena. Al natural, lo tocó en la cara, echándole los vuelos, cruzándose, pero ya no había embestidas largas, solo arreones. Decidió alargar a pesar de que no había opciones. Metió la mano después de correr tras el.

Faena de altibajos y muy comedida de Cid de María al sexto

Se lució con el capote Cid de María al recibir al de Hermanos Sandoval. Se alcanzó la faena y Cid de María se dispuso genuflexo, pasándolo por ambos pitones, encontrando repetición mientras le ganaba terreno. Siguió sobre el derecho, llamándolo mucho, pues ya salía ajeno de la tela. Cambió al izquierdo, sujetándolo, evitando que perdiera las manos. Fue una faena pausada e intermitente, en un tira y afloja en el que le marcó el trazo y llevó. No había transmisión en sus embestidas, pero a pesar de ello, Cid de María siguió intentándolo, cada vez más metido en tablas, logrando sacar provecho a lo que tenía y alcanzando a conectar con los tendidos. Uno a uno, con un gran esfuerzo y mucha voz, consiguiendo que metiera incluso la cara, bajándole ahora sí la mano con suavidad y mucha despaciosidad. Mató con acierto, aunque tardó en doblar.

Madrid. Novillos de Ángel Luis Peña, José González, Guerrero y Carpintero, Cerro Longo, Caras Blancas de Carpio y Hermanos Sandoval para Bruno Aloi, silencio tras aviso y silencio tras aviso; Cristiano Torres, silencio tras aviso y silencio tras aviso; Cid de María, palmas y vuelta al ruedo.

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