
9 de mayo de 2025/Patricia Prudencio Muñoz/Foto: Luis Sánchez Olmedo
Las Ventas ha celebrado la primera corrida de toros de San Isidro, en la que los diestros Alejandro Talavante, Juan Ortega y Clemente se midieron a los ejemplares de la ganadería de Victoriano del Río (1º, 2º, 3º y 4º) y de Toros de Cortés (5º y 6º). Los animales fueron variados en su comportamiento, resultando complejos y teclosos. No brindaron demasiadas opciones fueron muy exigentes. Sin embargo, hubo un toro, el cuarto, de nombre «Misterio», que fue lo más destacado de la tarde en las manos del extremeño. Alejandro Talavante le buscó las opciones a un toro que no se las brindó. Emocionó con el cuarto, con el que levantó a los tendidos, un toro noble que planeó en la tela, siguiéndola con fijeza. Aquella faena, la cuajó el extremeño y cortó las dos orejas. Ortega lo intentó, pero el animal se fue viniendo a menos y con el la faena, a pesar de aquel inicio con el que parecía haber convencido. Clemente abrió la tarde con una faena de altibajos en la que le costó acoplarse con un animal de muchas teclas que pedía sitio. Fue espeluznantemente volteado, pero aquello le sirvió como reconocimiento al final de su faena. No tuvo opciones con el sexto, con el que lo intentó en repetidas ocasiones.
Clemente, faena de altibajos ante un primero de muchas teclas
Clemente saludó al abreplaza llevándole al paso, ganándole terreno a base de verónicas. Se alcanzó la faena de muleta, pero antes se produjo la ceremonia de confirmación de alternativa, en la que tubo a Talavante y Ortega como padrino y testigo, respectivamente. Inició la faena por abajo, doblándose con él, sin excederse, consiguiendo un comienzo ligado y de transmisión. Le dio tiempo y sitio para seguir sobre el pitón derecho por abajo. El animal pedía sitio y Clemente andaba buscando aún las distancias. Cambió al natural, uno a uno, en una tanda de menos calado. Se le metía por dentro y le avisó hasta en dos ocasiones. Sacaba la cara alta, saliendo con brusquedad de la tela al dejarse la mano atrás. Trató de acompasarse, pero no encontraba orden en aquellas embestidas cortas. Arriesgó y se metió en unos terrenos en los que le daba toda la ventaja, apurando las distancias. La forma en la que lo prendió fue espeluznante y que no resultará herido un milagro. Se recompuso y entre avisos del de Victoriano del Río siguió robándole las embestidas. Le metió la mano con habilidad, quedando defectuosa.
Talavante, sin opciones ante el segundonde la tarde
Alejandro Talavante recibió al primero de su lote por verónicas, tratando de sujetar a un ejemplar suelto. Se completó la ceremonia de confirmación con la devolución de trastos y se inició la faena. Talavante empezó pasándolo a pies juntos, para después doblarse y ganarle terreno hasta sacarlo más allá del tercio. Eligió el pitón derecho, envolviéndoselo, en los primeros pases para después tener que abrirlo, pues se le metía por dentro. Le adelantó los vuelos a la cara y quiso tirar de un animal escaso con el que no se planteaban opciones de triunfo. Se cruzó y tocó con firmeza, pudiendo solo pasarlo y llevarlo. Le siguió buscando sin que le ofreciera mucho más. Lo mató con acierto.
Juan Ortega, faena de más o menos con un toro que no se prestó
Juan Ortega no pudo estirarse en el saludo capotero con el tercero. Un inspirado Talavante se lució en el quite, como también lo hizo Ortega. En la faena de muleta, comenzó al hilo de las tablas, pasándolo por ambos pitones, a punto de que lo desarmada. Le dio tiempo y le cambió los terrenos, decidiéndose por el pitón derecho, llevándoselo a la cadera, arrancando los primeros «olé» en el respetable. Dosificó mucho, desarrollando tandas cortas y muy ligadas de transmisión y pinceladas de torería y sabor. Los tiempos entre tandas fueron muy largos y el toro poco a poco se iba agotando. Siguió por el derecho, sin el mismo calado. El animal se paraba le costaba atender a las demandas del sevillano. Sin acierto con el acero.
Talavante corta las dos orejas al cuarto
Se estiró Talavante con el cuarto, lanceándolo con suavidad. Inició la faena bajo los terrenos del tendido 7, pasándolo, tratando de sujetar a un toro que se iba. Logró llevarlo entre protestas, tocándolo con firmeza, marcándole el recorrido con la ayuda. Dosificó y alargó los tiempos entre tandas. Siguió a pies juntos sobre el izquierdo, para después dejar la pierna atrás y correrle la mano con despaciosidad, despertando a los tendidos. Se la arrastró por abajo a cámara lenta ante la embestida humilladora y con fijeza del de Victoriano del Río. El animal siguió con celo el engaño de Talavante que levantó al respetable. Siguió por el derecho encontrando un toro que hacía el avión en la tela. Se la dejó puesta y tiró, lo demás fue inspiración y un acople total, pasándoselo por donde quiso. El toro fue obediente y siguió la muleta en todo momento, provocando emoción. Mató con acierto.
Ortega, sin opciones con el quinto
Ortega se midió a un toro largo y pesado con el que no hubo lucimiento en su capote. Fue Ortega también a los terrenos del siete para tantearlo en su inicio de faena. Lo pasó, tirando del animal para sacarlo a los medios. Definidos los terrenos, le puso la tela en la cara y tiró del animal con suavidad, sujetándolo. Uno a uno le fue robando las embestidas, encontrando medias arrancadas y embestidas defensivas. Cambió al natural, pero topaba contra la tela. No había mucho más que añadir a su faena. Falló con el acero, matando con el descabello.
Clemente se entrega y alarga a pesar de no tener opciones con el sexto
Clemente recibió en su capote al sexto con una brega llevada con la que lo sacó de tablas. Lo recibió en la franela doblándose por abajo, ganándole terreno, en un inicio breve. Siguió sobre el derecho, buscando el acople, llevándolo largo, dejándosela puesta y volviéndolo a meter. El animal se dejó llevar obedeciendo con prontitud, siguiendo el engaño con relativo ritmo. No estaba llegando a los tendidos, toro no había transmisión en sus embestidas, pasaba sin decir demasiado. Clemente lo intentó e insistió, poniéndose por el pitón derecho, acortando distancias, con más ganas que oportunidades. Le faltó acierto con el acero.
Ficha del festejo:
Las Ventas. Toros de Victoriano del Río (1º, 2º, 3º y 4º) y dos de Toros de Cortés (5º y 6º). Los animales fueron variados en su comportamiento, resultando complejos y teclosos. No brindaron demasiadas opciones fueron muy exigentes. Sin embargo, hubo un toro, el cuarto, de nombre «Misterio», que fue lo más destacado de la tarde en las manos del extremeño. Alejandro Talavante, silencio y dos orejas; Juan Ortega, silencio y silencio tras aviso; Clemente, palmas tras aviso y silencio tras aviso.