Triunfo de mucho valor de Arturo Saldívar para salir en hombros en la novena corrida de la feria de Aguascalientes (Fotos)

9 de mayo de 2025/Adiel Armando Bolio/Fotos: Emilio Méndez

Un talentoso y pundonoroso diestro acalitense Arturo Saldívar ha sido el claro triunfador de la novena corrida de la CXCVII Feria Internacional de San Marcos 2025, este viernes 9 de mayo, al cortar dos apéndices de gran valor para, al final, salir en hombros por la Puerta Grande de “San Marcos” del cincuentón coso Monumental, mismo que registró más de media entrada en tarde calurosa y con viento.

Sus alternantes, el madrileño Fernando Robleño, quien se despidió de ruedos nacionales por medio de este festejo en Aguascalientes, lo hizo lidiando tres astados, uno de ellos de regalo y, en el que, finalmente dio una aclamada vuelta en reconocimiento a su esforzada trayectoria taurina profesional y, el también anfitrión Fermín Espinosa “Armillita IV”, quien terminó con un varetazo en la región ínguino escrotal del lado izquierdo, ha tenido una más que torera actuación con un lote “infumable”.

Cabe señalar que, al término de la lidia del quinto ejemplar, el picador de toros mexiqueño Francisco “Curro” Campos se despidió de la profesión tras casi 35 años como varilarguero activo y casi 37 desde que empezó como aspirante de la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros. La simbólica espuela se la quitó su padre, el también picador en retiro Delfino Campos.

Por toriles salieron siete toros, acusando debilidad en términos generales, de la dehesa acalitense de San Isidro, siendo apuntillado en el ruedo el primero por haberse lesionado el remo delantero derecho. Bueno fue el quinto, lo mismo que el segundo, pero, de poca fuerza. De regulares a débiles y con algunos problemas fueron el tercero y el cuarto. El sexto fue difícil y débil, lo mismo que el sustituto del primero. Y, uno, de la divisa guanajuatense de Peñalba, de regalo, que resultó ser bueno y mal juzgado al principio por cierto sector del público que no sabe ver toros al pedir que se devolviera por una supuesta lesión en la pata izquierda cuando sólo era un acalambramiento y, al picársele, quedó en óptimas condiciones.

El torero de San Fernando de Henares (Madrid), Fernando Robleño, vio como el toro que abrió plaza tuvo que ser apuntillado en el ruedo tras lesionarse el remo delantero derecho y con el sustituto de la misma dehesa titular de la tarde, que evidenció sosería, realizó una faena empeñosa y esforzada por ambos pitones para matar de estocada atravesada y contraria, siendo aplaudido.

A su segundo, que fue débil, aunque tuvo nobleza, Fernando le cuajó un trasteo bajo las sentimentales notas musicales de “Las Golondrinas”, justamente cuando atemperaba y toreaba con variedad por el lado derecho. Al natural lo hizo de forma emotiva y con clase, pero, a la hora buena, falló con la espada y todo quedó en palmas tras un aviso.

Regaló entonces Robleño el de Peñalba que, al salir evidenció un problema en la pata izquierda, la gente se encrespó pidiendo que se regresará, la autoridad ordenó que se le picara para descongestionarlo pues estaba acalambrado al tiempo que cierta parte del público le cayó al juez con mentadas de madre, pero, finalmente, el astado sangró tras ser picado, se empezó a desenvolver bien y terminó siendo bueno en su juego y, la gente, quedó muy mal al no saber ver toros. Así las cosas, el madrileño recordó, seguramente, como en una película rápida, su paso por los nueve festejos que toreó en cosos mexicanos, dos en San Miguel de Allende, uno en Querétaro, otro en San Juan de los Lagos, uno San Francisco de los Romo, el de la Monumental Plaza México y los tres paseíllos en la Monumental de Aguascalientes, y, al darse cuenta del toro que tenía enfrente, se dio a torear con temple, clase, calidad, buen trazo y, sobre todo, mucho corazón, pues, las cosas no se estaban dando como él quería. Así, con la muleta, logró series de derechazos y naturales plenos de sentimiento, ya que se recreó en todos y cada uno de ellos, haciendo el toreo bueno y cargando la suerte. Por desgracia, a la hora de irse “por uvas”, la espada lo traicionó y lo que hubiera sido un sentido triunfo todo quedó una aclamada vuelta al ruedo en la que Fernando recogió todo el cariño y reconocimiento del público de Aguascalientes.

Arturo Saldívar en su primero, noble, pero, débil, le pergeñó una faena templada y de buen calado por los dos perfiles, logrando derechazos mandones y aguantando, acortando distancia y valiente ligó pases en redondo hasta sufrir un susto sin consecuencias. Por naturales obligó y ralentizó su toreo para, al final, malograr todo con la espada siendo aplaudido tras un aviso.

En su segundo, llamado “Surrealismo Geométrico”, vaya nombrecito para un toro, Arturo, tras bregarlo, le ha cuajado un trasteo talentoso y lleno de pundonor empezando con pases vaciando por alto para darse a encadenar tres series derechistas y templadas, además, de hacer el toreo en redondo para rematar con un torero cambio de mano por delante. Al natural, largó tela a la mínima distancia. Vinieron otros tres ramilletes de derechazos, intercalando el toreo circular, dos arrucinas y el de pecho largo. Más toreo de circunferencia por ambos lados a través de dosantinas y girondinas, todo hecho en un palmo de terreno, coronando con un cambio de mano por delante y un molinete. Terminó de estocada trasera y desprendida para que le fueran concedidas las orejas. Aquí fue donde el piquero Francisco “Curro” Campos llevó a cabo su despedida de los ruedos, dando una vuelta al ruedo envuelto por sus compañeros y el cariño de la concurrencia.

Fermín Espinosa “Armillita IV” en su primero, soso y débil, le puso mucho empeño de verdad en su labor muleteril pues el burel se le “derrumbaba” a cada momento. Aun así, a base de torería y oficio le “robó” prácticamente pases meritorios por los dos pitones, todo hecho con paciencia y consintiendo al toro. Al entrar a matar, tras dejar un pinchazo, colocó una estocada resultando empitonado y, así, sufrir un varetazo en la región ínguino escrotal del lado izquierdo. El toro se entregó al cachetero, Fermín pasó a la enfermería y se le aplaudió el esfuerzo.

A su segundo, complicado y débil, ya de regreso de la enfermería, donde se le realizó una curación y se le remendó la taleguilla, Fermín ha ejecutado un trasteo con ambas manos, lleno de la más clara y buena intención por querer agradar al respetable, logrando pasajes importantes y meritorios por la derecha y al natural. Concluyó de estocada desprendida para ser llamado a saludar desde el tercio.

Finalizado el antepenúltimo festejo taurino mayor de la afamada verbena sanmarqueña, Arturo Saldívar fue paseado y apeado en hombros por la Puerta Grande de “San Marcos”.

 

FICHA

LUGAR: Aguascalientes, Aguascalientes.

EVENTO: Novena corrida de la CXCVII Feria Internacional de San Marcos 2025.

PLAZA: Monumental.

ENTRADA: Más de media en tarde calurosa y con viento.

GANADO: Salieron siete toros, acusando debilidad en términos generales, de San Isidro, siendo apuntillado en el ruedo el primero por haberse lesionado el remo delantero derecho. Bueno fue el quinto, lo mismo que el segundo, pero, de poca fuerza. De regulares a débiles y con problemas fueron el tercero y el cuarto. El sexto fue difícil y débil, lo mismo que el sustituto del primero. Y, uno, de Peñalba, de regalo, que resultó ser bueno y mal juzgado, al principio por cierto sector del público que no sabe ver toros al pedir que se devolviera por una supuesta lesión en la pata izquierda cuando sólo era un acalambramiento y, al picársele, quedó en óptimas condiciones.

CARTEL: El madrileño Fernando Robleño: Palmas en el sustituto del primero y palmas tras un aviso en el de su adiós de Aguascalientes y México y, vuelta al ruedo en el de regalo. Arturo Saldívar: Palmas tras un aviso y dos orejas con salida en hombros por la Puerta Grande de “San Marcos”. Fermín Espinosa “Armillita IV”: Palmas y al tercio.

INCIDENCIAS: al término de la lidia del quinto toro, el picador de toros mexiqueño Francisco “Curro” Campos se despidió de la profesión tras casi 35 años como varilarguero activo y casi 37 desde que empezó como aspirante de la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros. La simbólica espuela se la quitó su padre, el también picador en retiro Delfino Campos.

 

 

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