
31 de mayo de 2025/Patricia Prudencio Muñoz/Fotos Emilio Méndez
Las Ventas ha celebrado una corrida de rejones en la que Diego Ventura, Sebastián Fernández, que confirmaba alternativa, y Duarte Fernandes se midieron a los ejemplares de Los Espartales. Los animales no dieron el juego esperado, resultando una tarde mayoritariamente marcada por la mansedumbre, dificultando la labor de los rejoneadores. Solo el tercero marcó condiciones y brindó alguna que otra opción. Ventura desarrolló una actuación de menos a más con el segundo de la tarde, un toro manso que tampoco ayudó, pero con el que el rejoneador buscó la emoción. No le ayudó en nada el cuarto, un toro manso que no se movió, con el que tuvo que apurar las distancias y apelar a los tendidos para conectar con ellos. Sebastián Fernández abrió la tarde con el toro de su confirmación de alternativa, un animal complejo, manso, que no se movió y que no ayudó en nada. Todo tuvo que hacerlo el confirmante con un quinto manso, desarrollando su actuación metido en tablas. Una labor que quedó empañada después de fallar con el rejón de muerte en varias ocasiones y escuchar los dos avisos. Duarte gustó y cautivó con los adornos y piruetas en la cara de un ejemplar llevadero que le apretó en tablas, pero al que también provocó en corto. Nada pudo hacer con el sexto, un toro manso al que tuvo que hacerle todo en los medios, sin que se moviera.
Sebastián Fernández confirma con un manso primero
Sebastián Fernández confirmó alternativa de manos de Diego Ventura y Duarte Fernandes. Después recibió con la garrocha al primero de la tarde, metiéndose en la puerta de chiqueros. El de Los Espartales salió suelto buscando la salida hasta que saltó al callejón. Manso y ajeno le costó dejar los dos rejones de castigo, viendo en el un peligro sordo que arremetió contra el caballo. Con «California» inició las banderillas, teniendo que tirar del animal y sacarlo a los medios, donde dejó los palos a toro parado, soportando las medias arrancadas del ejemplar. Un tira y afloja en el que tuvo que apurar las distancias, dándole emoción a una faena compleja. Cambió de cabalgadura y salió «Junco» luciéndose con las cortas e intentando hacer el teléfono. Le costó mucho hundir el rejón de muerte.
Ventura corta la primera oreja de la tarde
Saludó Ventura al segundo de la tarde dejando el rejón de castigo con acierto. El animal que también trató de saltar al callejón, dio muestras de mansedumbre, pero el rejoneador logró mantenerlo en los medios y dejarle el segundo rejón de castigo. Siguió con «Nómada», bordeando las tablas, para después sacarlo de ellas y llevárselo a los medios, donde, después de pasar en falso en un par de ocasiones, dejó los palos al quiebro, adornándose, con piruetas. Con «Nivaldo» apuró más las distancias, buscándolo en corto a pesar de su mansedumbre. Cambió y salió «Bronce», moviéndolo, quitando la cabezada, soltándola en el piso y dejando un par de banderillas con las que, ahora sí, convenció. Se fue de la plaza, llevándolo de espaldas para salir con «Brillante», con el que dejó las cortas al violín y culminó con un fulminante rejón de muerte.
Firmeza y emoción de Duarte sin acero
Duarte lo esperó en los medios, donde trató de encelarlo y llevarlo, tratando de sujetar a un ejemplar que se le quiso ir. Volvió a tirar y dejó hasta dos rejones de castigo. Cambió de caballo e inició el tercio de banderillas, en el que en corto y al quiebro lució con los palos. Lo trató de sacar en todo momento a los medios, siendo en aquellos terrenos, con Mistral, arriesgó con piruetas en la cara y banderillas al quiebro, provocando, causando emoción en el tendido. Le apretó aquel tercero llevadero en tablas. Duarte provocó y buscó en las distancias cortas, muy cortas. Culminó con «Aysper», sin demasiado acierto con el rejón de muerte.
Ventura, entrega en una actuación de oficio ante un ejemplar vacío
Le costó encelar Ventura al cuarto, un toro suelto al que, después de mucho esfuerzo, logró dejar hasta dos rejones de castigo. Faltó emoción en las embestidas del de Los Espartales, que sólo ofrecía media arrancada, lo que aprovechó Ventura para buscarlo en la larga distancia para después dejar los palos al quiebro. El rejoneador le buscó las teclas a aquel manso, dando emoción y metiéndose en el bolsillo a un público que se entregó a su actuación de arrojó, distancias cortas y mucho oficio, manteniéndolo en los medios. Buscó la atención del respetable, apelando a el. Con Brillante y un cuarto que no ayudó nada dejó el rejón de muerte después de varios intentos.
Deslució con el rejón de muerte
Salió el quinto, un toro manso que bordeó las tablas y con el que Sebastián Fernández tuvo que cambiar el inicio, corriendo las tablas con el para después sacarlo de ellas y llevárselo a los medios. Aquello no evitó que el toro se saltará al callejón, mostrándose ajeno a cualquier provocación del rejoneador. Después de una larga espera y un caos en el ruedo y en los tendidos, logró hundir los dos rejones de castigo. Con «Pan de Oro», le corrió de lado, tratando de llevarlo metido. Sin embargo, el toro seguía en tablas, teniendo que tirar de el constantemente, dejando los palos en paralelo a tablas. A pesar de la condición del animal, logró conectar con los tendidos, continuando su actuación con «Judío», con el que apuró con las piruetas, prácticamente en la cara y metiéndose en terrenos donde le daba la ventaja. Remató con «Junco», envolviéndolo, tratando de hacer el teléfono y culminando con unas banderillas cortas y un rejón de muerte tras varios intentos.
Duarte Fernandes, sin opciones con un sexto manso
El sexto intentó saltar también al callejón, pero después de esperar Duarte logró dejar el primer rejón de castigo. Se saltó hasta en dos ocasiones al callejón, mientras tanto, Duarte trataba de seguir con el tercio de banderillas. El animal le soltaba la cara arriba, moviéndose a base de arreones sin clase ni entrega. Con «Ilusión» volvió a ilusionar a los tendidos, dejando un quiebro ceñido y lucido, tanto fue así que hirió al caballo, teniendo que bajarse y cambiarlo. En su lugar, salió «Aysper», manteniendo en los medios al sexto, al que tuvieron que apuntillar.
Ficha del festejo
Las Ventas. Toros de Los Espartales. Los animales no dieron el juego esperado, resultando una tarde mayoritariamente marcada por la mansedumbre, dificultando la labor de los rejoneadores. Solo el tercero marcó condiciones y brindó alguna que otra opción. Diego Ventura, oreja y silencio; Sebastián Fernández, ovación y silencio tras dos avisos; Duarte Fernandes, silencio tras aviso y silencio.