
El francés y el salmantino regalan a la afición francesa una tarde de toreo con mayúsculas
15 de junio de 2025/Stephan Guin/Foto: Muriel Haaz
Istres (Francia) acogía, en la tarde de este domingo, el último festejo de su abono, en la que se lidiaba un encierro de Juan Pedro Domecq, Jandilla y La Quinta para el mano a mano entre Juan Bautista y Marco Pérez.
Juan Bautista pasea el rabo del Jandilla que abrió plaza
Bajo el sol de Istres, salió al ruedo un toro de Jandilla, bajo, bonito de hechuras, pero medido de fuerzas, al que el torero saludó con verónicas suaves, rematadas con media y una templada revolera de salida. Tras medirlo con tino en el caballo, brindó la faena a su poderdante, y comenzó una lidia de gran pulso ante un toro con nobleza. El pitón derecho fue el camino del lucimiento, con series ligadas a cámara lenta marcadas por el temple y la suavidad. En redondo llegaron más tandas sentidas, pero fue al natural donde alcanzó la cumbre, con una última tanda que encendió la plaza. Parecía que no reaparecía un torero que evidenció que seguía manteniendo intacto el sitio delante de la cara de los animales. Lo mató recibiendo, con verdad y entrega, y se alzó con las dos orejas y el rabo tras una faena de gran limpieza, ligazón y suavidad.
Marco Pérez, oreja del segundo de la tarde
El toro de Jandilla, bajo y bien hecho, fue recibido con gusto a la verónica y delantales de Marco Pérez que tuvieron sabor clásico y armonía. Se empleó en el caballo, aunque el torero lo midió con inteligencia, y firmó después un quite ajustado por chicuelinas. El animal mostró movilidad, pero también protestaba al inicio de cada muletazo, lo que exigió firmeza y claridad de mente para limpiarle los mismos. Por el pitón derecho llegaron las mejores tandas, con la muleta siempre en su sitio ante un toro mansito que permitía la ligazón cuando se le llevaba muy tapado. Al natural llegaron muletazos largos y de bella expresión, y aún templó dos tandas más por la diestra con suavidad y mando. Cerró la faena con redondos en las cercanías antes de pasaportar al toro de una buena estocada recibiendo al segundo intento.
Bautista por encima de un tercero de La Quinta al que le pasea una oreja
El toro de La Quinta, muy en el tipo Buendía, fue saludado con suaves verónicas, dos chicuelinas y una media cargada de gusto por parte de Bautista. Empujó sin clase en el peto y resultó complicado para los banderilleros. La faena cobró altura desde el inicio con un extraordinario cambio de mano que levantó al público, pero el toro no terminó de romper por el lado derecho. Por la zurda ofreció más, aunque sus embestidas no terminaron de ser francas. Aun así, el torero logró una buena serie al natural, y aunque el toro no tuvo fondo, llegaron dos tandas más en redondos con mucho oficio y toreo del bueno. Mató nuevamente recibiendo con y se llevó una oreja.
Marco Pérez desoreja al cuarto de La Quinta
Marco Pérez lidió un toro de La Quinta, muy en el tipo de la casa, que humilló y se entregó desde el saludo de capa. El joven torero lo recibió con templados delantales y el animal empujó con fuerza al caballo. El quite, por chicuelinas y tafalleras de Bautista, fue aplaudido, y Marco brindó la faena a la familia del maestro francés. Inició con suavidad para arreglar la embestida algo floja del toro, al que entendió a la perfección: lo esperó, lo cuidó y lo trató con mimo. Fue especialmente importante al torear en redondo, con la mano derecha, y logró dos tandas al natural que calaron hondo en los tendidos. Exhibió una gran capacidad para entender al toro y sacar lo mejor de él. Tras volcarse con verdad en la estocada, paseó las dos orejas con fuerza y merecimiento.
Juan Bautista se despide de Istres dando una vuelta al ruedo en el quinto
Juan Bautista lidió en quinto lugar a un serio toro de Juan Pedro Domecq, astado colorao, cuajado y con la cara colocada. Lo saludó con verónicas de mucho gusto que llegaron rápidamente a los tendidos. Al caballo lo llevó con chicuelinas al paso en un tercio de varas donde el astado empujó con fijeza. Por colleras quitó junto a Marco Pérez en unos lances muy jaleados por los tendidos. Bautista brindó la faena a sus hijos, cargando de emoción un momento que ya venía cargado de intensidad. El toro, encastado y con transmisión, permitió una faena templada y poderosa, sobre todo por la derecha, donde llegaron muletazos largos, profundos y con mando. Al natural también lo cuajó, hasta que fue cogido de lleno por el pecho; un milagro que saliera ileso. Se repuso y se sintió torero en una faena de verdad, entendiendo a un animal con virtudes. Mató al segundo intento y dio una vuelta al ruedo con el respeto y el reconocimiento del público.
A Marco Pérez se le raja el sexto a mitad de faena
Marco Pérez se midió en último lugar con un toro jabonero de Juan Pedro Domecq al que saludó de hinojos a la verónica, metiendo el pecho y lanceando con cadencia al animal. Lo llevó al caballo por chicuelinas, empleándose este con fijeza en el peto. El animal permitió un inicio vibrante de faena, también de rodillas, en los medios. Por la derecha, Marco lo cuajó con muletazos profundos y por bajo, en una faena de corte clásico y gran dominio. Al natural, dejó pasajes con la muleta muerta, de notable pureza. Sin embargo, a partir de la cuarta tanda, el toro se vino abajo: rajado y parado, dejó de colaborar, y pese a los intentos del salmantino por provocarlo y mantener la intensidad, la faena se desinfló. Tras un pinchazo y una estocada tendida, fue silenciado.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de El Palio, Istres (Francia). Última de abono. Corrida de toros. Lleno de ‘No hay billetes’.
Toros de Jandilla (1º-2º), La Quinta (3º-4º) y Juan Pedro Domecq (5º-6º)
Juan Bautista, de tabaco y oro: Dos orejas y rabo, oreja y vuelta al ruedo
Marco Pérez, de grana y oro: Oreja, dos orejas y silencio
CUADRILLAS: Saludó Mehdi Savalli en en el sexto de la tarde.