
Patricia Prudencio Muñoz/Fotos: Tauroemocion
Burgos ha celebrado la segunda corrida de toros de su Feria de San Pedro, en la que los diestros Joselito Adame, Andrés Roca Rey y Jarocho se midieron a los ejemplares de la ganadería de El Parralejo. Los animales fueron variados en comportamiento aunque escasos para el triunfo. Joselito se midió a un primero de la tarde manso, que no le favoreció para la expresión ni el lucimiento, culminando su faena metido en tablas y con una buena estocada. Se tuvo que medir al sobrero, también de El Parralejo, con el que desarrolló una faena medida y bien llevada qué culminó con una estocada certera que bien le valió la oreja. Roca Rey tuvo una faena de altibajos con el segundo, un toro con el que acabó convencido y gustando, culminando metido entre pitones de un toro noble y con fijeza. Decidió alargar en una faena cuya emoción tuvo que ponerla el diestro a medida que avanzaba, pues el de El Parralejo se fue viniendo a menos. Jarocho logró que su faena al tercero fuera a más cuando empezó su toreo al natural, toreando con gusto, quietud y verdad. Resultó completa y de mucho calado su faena al sexto, un toro con teclas al que supo llevar y con el que volvió a demostrar el poder de su zurda.
Joselito, petición desatendida ante el primero de la tarde
Joselito saludó al primero de la tarde, bregándolo y llevándolo con suavidad, ganándole terreno. Se lució en el turno de quites con unas chicuelinas muy ceñidas. Brindó desde los medios e inició su faena sentado en el estribo para pasarlo por alto. Siguió, sacándolo del tercio, manteniendo aquellos pases por ayudados. Aunque salió suelto, le tuvo paciencia y llevándoselo a los medios para pasarlo sobre el pitón derecho. Se iba suelto al final de cada pase, por lo que trató de llevarlo más tapado y mantenerlo dentro. Cambió al natural, de nuevo en los medios, tras haber cambiado los terrenos. Se la dejó puesta, pasando una embestida que no decía demasiado. Alternó pitones buscando un acople que no le permitió el de El Parralejo, así que ya metido en tablas con un toro manso, se adornó y logró arrancar unos aplausos al respetable. Aquellas tandas se desarrollaron junto a la madera, sin contrariar al primero de la tarde.
Andrés Roca Rey corta la primera oreja de la tarde
Saludó Roca Rey al primero de su lote con una brega llevada con la que le fue sacando, dejando algún que otro lance a pies juntos. Inició la faena desde los medios a pies juntos con algún que otro pase cambiado por la espalda, un inicio que fue muy del gusto de la afición burgalesa. Se mantuvo en los mismo terrenos, dándole tiempo y sitio para después seguir pasándolo por el pitón derecho, en largo, para después aprovechar la inercia y envolvérselo a la cadera en una tanda de suavidad y lenta. El de El Parralejo se arrancaba con prontitud y seguía el engaño con fijeza, permitiendo a Roca Rey meterlo, pero sin demasiado lucimiento. Fue en su toreo al natural, cuando encontró ese celo y expresión, con mayor ritmo y transmisión, la cual también mostró por el derecho. Metía la cara abajo, pidiendo más muleta. Faltó cierto acople para redondear una faena que se suponía de premio. Recuperó el pitón derecho, dejandosela puesta y llevándolo cosido. Culminó con un toreo en redondo en el que apuró las distancias y se metió entre pitones, aprovechando la nobleza y fijeza de aquel ejemplar de El Parralejo. Lo pasó a pies juntos, luego con unas bernadinas muy ajustadas, lo cuadró y mató con el golpe de cruceta.
Jarocho desluce su labor con el acero
Se estiró Jarocho en su saludo capotero ante el tercero, llevándolo a la verónica, sacándolo de tablas. Se alcanzó el tercio de muleta, pero antes de recibirlo en la tela brindó a su madre. Después quiso meterlo genuflexo, llevándolo por ambos pitones hasta sacarlo del tercio, donde se dispuso con la mano derecha. Una primera tanda de acople y de búsqueda de alturas, pero en la que lo llevó con suavidad. Continuó por el derecho, con quietud, envolviéndoselo, llevando con firmeza y seguridad al de su lote, un toro justo y medido. Buscaba la colocación, asegurándose el muletazo, siempre con torería, manteniendo esa estética. Cambió al toro al natural, echándole los vuelos a la cara para tirar de la embestida y darle profundidad a los pases, que desarrolló uno a uno. Se lo envolvió y llevó a la cadera en unas series al natural con las que el burgalés sacó a relucir sus puntos fuertes. La faena fue a más, gustando y gustándose.
Joselito se dispuso con dos largas cambiadas de rodillas al hilo de las tablas, para después continuar desde los medios. El animal andaba más que escaso de fuerza y condiciones para continuar, no podía apoyar la mano. El presidente otorgó el cambio y fue devuelto, en su lugar salió un toro, también de El Parralejo, al que el mexicano saludó con gusto ganándole terreno. Después de cumplir el tercio de varas, Joselito se lució por zapopinas desde los medios. Inició la faena después de brindar desde los medios para después irse al tercio y comenzar por ayudados por alto. Le dio sitio y tiempo para cambiarle los terrenos y esperarlo, ahora en los medios, donde le citó y llevó sobre el pitón derecho. Cambió al natural, uno a uno, buscando el sitio, pasando en largo a un toro de embestida uniforme y fija en el engaño. El mexicano insistió por el izquierdo, dándole amplitud al trazo, dándole la salida por alto. Volvió al derecho, en un toreo lento y de acople, esperando la embestida de aquel ejemplar que cada vez se iba apagando más. Se quedaba corto y se pensaba su entrada a la muleta, pero a pesar de ello, Joselito decidió insistir y alargar. Nadie pudo poner en duda su entrega. Culminó por manoletinas y una estocada certera.
Roca Rey no termina de redondear su faena con un quinto venido a menos
Roca Rey, que vio como se suspendía el festejo durante cinco minutos por un percance fuera de la plaza, saludó con una brega llevada al segundo de su lote, al mismo tiempo que se iba parte del alumbrado en el Coliseum. La reacción del respetable fue la de sacar sus teléfonos móviles y encender sus linternas. Mientras tanto se seguía desarrollando el tercio de varas. Se alcanzó la faena de muleta, en la que Roca Rey rápidamente se lo llevó a los medios. Continuó con la mano izquierda, adelantándole el engaño para después meterlo y correrle la mano. El diestro le dio tiempo y sitio, dosificando en tandas cortas y muy medidas. Siguió sobre el izquierdo, dejándosela muy puesta, tirando de su embestida, pasándola de natural en natural, largo y dotados de cierta profundidad. Tomó la muleta con la mano derecha, insistiendo en los toques para meter un toro que se quedaba a medio camino, que no se entrega ni completaba los muletazos. Fue Roca Rey quien le robó las embestidas, apurando las distancias, buscando la emoción en un toro que no transmitía. Metió media estocada suficiente para que el animal doblara.
Jarocho corta una oreja al sexto
Jarocho se dispuso de rodillas para saludar con una larga cambiada junto a las tablas al sexto de la tarde, con el que después siguió rodilla en tierra para lucirse en su recibo capotero. Durante el tercio de varas volvía a irse la luz en el Coliseum de Burgos. Brindó al público e inició su faena de rodillas, ganándole terreno, mientras el respetable enloqueció y se entregaba al diestro burgalés. Aquel inicio explosivo vino continuado por una tanda sobre el pitón derecho en la que lo citó en largo para después aprovechar la inercia y envolvérselo. Encontró transmisión en una tanda ligada y bien llevada por abajo, tratando de limpiar los muletazos y evitar que desluciera el animal a la salida. En el toreo al natural aprovechó los vuelos, mostrando su capacidad con la zurda, echándole la muleta con delicadeza a la cara para después arrastrar la embestida detrás del engaño. Dosificó y midió bien los tiempo en tandas cortas y medidas. Recuperó el pitón derecho de un toro que tampoco era fácil y que daba poco margen de error. Logró llevarlo muy metido, sin darle otra opción que no fuera la tela. Le metió la mano con todo, pero no fue suficiente y tuvo que descabellar.
Ficha de festejo:
Burgos. Toros de El Parralejo. Los animales fueron variados en comportamiento aunque escasos para el triunfo. Joselito Adame, ovación y oreja; Andrés Roca Rey, oreja tras aviso y palmas; Jarocho, ovación tras aviso y oreja.
Incidencias:
Se interpretó el Himno de Burgos antes de que será comienzo el festejo. También se tuvo que suspender el festejo durante cinco minutos por un incidente ocurrido fuera de la plaza, para el que se ofrecieron voluntariamente los médicos de Coliseum. Una vez que regresaron, continuó el festejo.