La maestría de Perera ante un gran «Cautivo» de Santiago Domecq abre la Puerta Grande en una tarde marcada por los aceros en Mont de Marsan (Fotos)

17 de julio de 2025/Texto y fotos: Emilio Méndez

La plaza de toros de Mont de Marsan ha celebrado la segunda corrida de toros y tercer festejo taurino de su Feria de la Madeleine. Los diestros Miguel Ángel Perera, Emilio de Justo y Tristán Barroso se midieron a los ejemplares de la ganadería de Santiago Domecq. Los animales fueron variados en comportamiento, pero con opciones para la terna, que supo aprovechar las buenas condiciones que les brindaron. Sin embargo, también presentaron dificultades, con las que se supieron hacer para llevarlos. El más destacado fue el cuarto de la tarde, un toro de Santiago Domecq de nombre «Cautivo», premiado con la vuelta al ruedo. Perera logró meter poco a poco al primero, un toro al que le corrió la mano con gusto y temple. Perera cortó las dos orejas a un gran cuarto premiado con la vuelta al ruedo, al que realizó un inicio de faena explosivo, yendo a más en una labor dotada de experiencia y maestría. Emilio de Justo le corrió la mano al segundo, en una faena de muy buenos momentos sobre el pitón derecho. La faena de Emilio de Justo al quinto fue de firmeza y entrega, abandonándose para cuajar una faena importante por ambos lados.Tristán Barroso desarrolló una faena que fue a más, aprovechando las buenas condiciones del tercero, que aunque no era fácil, lo fue metiendo y cuajando, cortando una oreja. Estuvo muy entregado y firme ante un sexto incierto de salida con el que dejó muletazos buenos, pero sin poder redondear su faena.

Perera, palmas tras una buena faena que se enfrió

Salió al primero de la tarde para Miguel Ángel Perera, que se encontró con un toro noble y con buen juego, permitiendo que el extremeño se pudiera expresar con algunos capotazos buenos. En el tercio de varas, el animal fue castigado en exceso. Le siguió un quite vistoso de Emilio de Justo. Se inició una faena llena de poder y experiencia de parte de Perera, que logró meterlo poco a poco en la muleta. Le cuajó una faena en la que le corrió la mano con gusto por ambos lados, en un toreo dotado de temple y gusto. Culminó con una estocada en buen sitio, pero fue a menos la emoción en los tendidos.

Emilio de Justo empaña su faena con el acero

Emilio de Justo saludó al segundo de la tarde con algunas verónicas con mucho gusto. El de Santiago Domecq, que tenía cierta calidad, pasó por el caballo cumpliendo en el tercio de varas. Tristán Barroso fue el encargado de lucir en el tercio de quites, por chicuelinas y una revolera de remate con la que llegó al tendido. Se alcanzó la faena de muleta, la cual inició Emilio de Justo al hilo de las tablas, haciéndose con su oponente para poder cuajarle una faena en la que le corrió la mano por ambos pitones. Los mejores momentos llegaron con la mano derecha, toreando con mayor profundidad. Sin embargo, también hubo momentos muy buenos al natural, pasándolo a pies juntos para culminar una faena que empañó con el acero.

Tristán Barroso corta la primera oreja de la tarde

Tristán saludó al tercero de la tarde, al que llevó con gusto en su capote. Se cambió el tercio y en varas el toro de Santiago Domecq empujó bien en el caballo. Le siguió un lucido quite de Tristán por delantales. Se alcanzó la faena de muleta, que comenzó después de hacer un brindis particular. Desarrolló una faena que fue a más, aprovechando las buenas condiciones de su oponente, que aunque no era fácil, el animal transmitía. Poco a poco le fue tomando la distancia para poder cuajarlo, bajándole la mano para torear las últimas tandas con profundidad y con gusto, conectando con los tendidos. Metió la mano con acierto en la suerte suprema y aunque escuchó el aviso, le concedieron la oreja.

Perera corta las dos orejas a un gran cuarto, premiado con la vuelta al ruedo

Salió el cuarto de la tarde, un gran toro al que saludó Miguel Ángel Perera con verónicas dotadas de mucho temple y poso. El animal empujó con fuerza en el caballo, siendo muy bien picado. Le siguió un buen agarrón de quites, en los que Emilio de Justo se lució por chicuelinas y tafalleras muy ceñidas, a lo que hubo réplica de Perera, la cual desarrolló por gaoneras muy ajustadas. El diestro brindó al respetable para irse directo a los medios, donde inició su faena, recibiéndolo de rodillas con un cambiado por la espalda, al que le siguieron algunos muletazos más, uno en redondo de rodillas que caló con fuerza en el tendido. La faena fue a más en las manos de un Perera dotado de experiencia y maestría, que pudo cuajar todo un faenón por ambos lados con muchos detalles en redondo. Culminó con un estocadón que bien valieron las dos orejas.

Emilio de Justo, una buena faena al quinto, que empaña con el acero

Salió el quinto de la tarde para Emilio de Justo, al que saludó bien en los primeros lances, estirándose a la verónica para después rematar con mucha torería. El de Santiago Domecq, durante el tercio de varas, empujó con fuerza y bravura en el caballo. El quite fue realizado por Tristán con unas verónicas. Se alcanzó la faena de muleta y Emilio de Justo se fue a los medios para disponerse de rodillas, resultando un inicio espectacular, con el que conectó con los tendidos. Se abandonó y cuajó una faena importante por ambos lados, en la que estuvo muy a gusto Emilio, pudiendo expresarse y haciendo disfrutar a los tendidos. Sin embargo, el acero empañó aquella buena faena y todo quedó en una ovación, la cual escuchó después del aviso.

Ficha del festejo:

Mont de Marsan. Feria de la Madeleine. Tres cuartos de entrada. Toros de Santiago Domecq. Los animales fueron variados en comportamiento, pero con opciones para la terna, que supo aprovechar las buenas condiciones que les brindaron. Sin embargo, también presentaron dificultades, con las que se supieron hacer para llevarlos. El más destacado fue el cuarto de la tarde, un toro de Santiago Domecq de nombre «Cautivo», premiado con la vuelta al ruedo. Miguel Ángel Perera, palmas tras aviso y dos orejas; Emilio de Justo, silencio tras aviso y ovación tras aviso;  Tristán Barroso, oreja y palmas.

 

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