El calado de Víctor Barroso y el poder de Aarón Palacio, Puerta Grande en El Puerto de Santa María (Fotos y video)

1 de agosto de 2025/Patricia Prudencio Muñoz/Fotos: Emilio Méndez/Circuitos Taurinos

El Puerto de Santa María ha celebrado la primera novillada picada de su Temporada de Verano, de su Feria Taurina, en la que Víctor Barroso, Aarón Palacio y El Mene se midieron a los ejemplares de La Cercada. Los animales mostraron buenas condiciones, fueron nobles y cumplieron en la tela, permitiendo que los novilleros hicieran sus respectivas faenas con expresión y mucho calado en los tendidos. Barroso encontró acople y lucimiento con el primero, un novillo que siguió el engaño y, aunque se fue viniendo a menos, le permitió hacer una faena completa y bien estructurada, con ritmo y ligazón. Con el cuarto, un novillo que cada vez se quedaba más corto, aprovechó las embestidas para llevarlo por ambos pitones. Aarón Palacio mostró poder, firmeza y seguridad ante un toro noble que poco a poco se fue agotando, pero que permitió la expresión. Raza, entrega y un sello muy personal fue lo que marcó la faena del novillero ante el quinto, al que le cortó las dos orejas. El Mene desarrolló su labor ante el tercero al natural, un novillo al que le costó algo más pero le sacó faena. Encontró el acople, el ritmo, la distancia y la altura, desarrollando una buena labor ante el sexto.

Víctor Barroso corta dos orejas al primero de la tarde

Víctor Barroso saludó al primero de la tarde, despacio y con suavidad hasta rematarlo con torería más allá del tercio. Brindó y se dispuso de rodillas en los medios para pasarlo con algunos pases cambiados por la espalda. Se levantó y siguió, escuchando el reconocimiento del respetable. Continuó sobre el derecho, uno a uno en una tanda aplaudida y lenta con la que se acopló con el animal. Cambió al natural, llevándolo muy en línea, para después metérselo más a la cadera. Retomó el derecho ante un animal que seguía con celo el engaño, con cierto ritmo, permitiendo al novillero ligar los muletazos. Acortó las distancias, le puso el engaño abajo y tiró de un animal que poco a poco le iba costando más atender. A pesar de ello, seguía la tela, eso sí, una vez dentro, ya que los inicios le costaban bastante. Quiso darle una tanda más al natural, dando paso a una manoletinas y una estocada con la que parecía ser suficiente. Sin embargo, el novillo no doblaba y escuchó un aviso.

Aarón Palacio, faena de poder y firmeza en la que fue feamente prendido entrando a matar

Aarón Palacio se dispuso de rodillas al hilo de las tablas para saludar al segundo de la tarde con variedad y lucimiento. Inició la faena de rodillas, también junto a las tablas, aguantando, haciendo un inicio explosivo que llegó a los tendidos. Continuó sobre el pitón derecho, citando con firmeza y poder para meter a su adversario en el engaño. Le dio tiempo y sitio entre tandas, para después bajarle la mano y envolvérselo, cuajando aquella tanda sobre el derecho. Cambió al izquierdo, llevándolo en largo, con un toreo profundo y de gusto, en una tanda breve que remató entre adornos, arte y mucha torería. Insistió en el toreo al natural, uno a uno con aquel novillo que siguió el engaño con nobleza. Recuperó el pitón derecho en una faena que se desarrolló prácticamente en el tercio. Acortó las distancias y aguantó ya metido en tablas con aquel novillo noble. Se tiró a matar y quedó feamente prendido, a pesar de ello, se recompuso y con vergüenza torera trató de descabellar al animal.

El Mene, faena al natural que desluce con el acero ante el tercero

El Mene bregó de inicio al tercero y primero de su lote, logrando poder estirarse con el animal ya en los medios. Se alcanzó la faena de muleta, la cual inició tras brindar a Carlos Zúñiga. Comenzó con un ligero tanteo por ambos pitones con el que le fue ganando terreno. Siguió sobre el derecho con una tanda breve, pero de intensidad y de buscarse. Tuvo que insistirle para meterlo, pero después de aquella serie por el derecho, decidió seguir al natural, dándole mayor amplitud al trazo. Toreó despacio, asentándose con el para pasarlo de uno en uno. Sin embargo, le costaba darle ritmo, algo que pareció no afectar a El Mene, que quiso llevarlo a cámara lenta, conectando con el tendido. Alargó, aprovechando los vuelos, dejándosela muy puesta en la cara, logrando hacer su faena a base de naturales dotados de clase y verdad. Deslució con el acero, logrando meterlo con acierto al segundo intento.

Víctor Barroso corta una oreja al cuarto 

Víctor Barroso se estiró con gusto y calado ante el segundo de su lote, algo que también hizo en el quite, que desarrolló por chicuelinas, después del buen tercio de varas que hizo Juan Melgar, que fue ovacionado. Barroso se fue a los medios para brindar al público y después comenzar su faena de rodillas, toreándolo sin probaturas hasta rematarlo. Tiró del animal, le cambió los terrenos y siguió sobre el derecho, dejando muletazos de gusto en aquella tanda en la que lo llevó uno a uno. Poco a poco se lo fue envolviendo, buscándolo abajo para después cambiar al natural. Se acopló con el animal y conectó con los tendidos. A pesar de que se quedaba corto, el animal tenía nobleza y seguía con fijeza el engaño. Se iba agotando el de La Cercada, queriendo más que pudiendo. Barroso continuó, cambiando al pitón derecho, dándole su tiempo  sin perder la armonía con su adversario. Mató con acierto.

Aarón Palacio le corta las dos orejas a un buen quinto, aplaudido en el arrastre

Aarón Palacio saludó de rodillas, junto a las tablas, al quinto, recibiéndo con hasta seis faroles, para después estirarse con el animal al grito de «olé». La misma intensidad tuvo su quite, largo y elaborado en el que cautivó. Se alcanzó la faena de muleta, en la que el novillero se fue a los medios para brindar al respetable. Comenzó muy cerca de los terrenos de brindis, esperando al quinto con la muleta plegada para recibirlo a pies juntos. Desarrolló un inicio de intensidad que gustó y mucho en los tendidos. Entre tandas le dio sitio y tiempo, citándolo en la larga distancia para aprovechar la inercia y envolverse aquella embestida dotada de ritmo y celo. Cambió al natural, llevándolo en un trazo largo con torería y cadencia en una tanda breve pero completa. Aarón marcó su faena con un sello propio, que hizo que la afición se entregara a su labor con la tela. Recuperó el pitón derecho y culminó con arte y mucha torería, metiéndose entre pitones. Se tiró y metió la mano con acierto.

Saludó con variedad al sexto El Mene, logrando meter en su capote a un novillo que salió suelto. Brindó desde los medios para después iniciar su faena junto a las tablas, por ayudados, con cadencia y desmayo. Sobre el derecho se lo fue envolviendo, con suavidad, nuy despacio, llevando aquella embestida noble. Le bajó la mano, se encajó, se asentó y con desmayo lo siguió llevando. Le dio tiempo y sitio, para después continuar sobre el derecho, dejándosela puesta y tirando de la embestida detrás del engaño. El de La Cercada era pronto y aquello lo aprovechó El Mene, que también lo mostró por el izquierdo, con naturales profundos. La faena ya estaba hecho, pero quiso darle alguna tanda más alternando pitones, acortando más distancias, tocándolo en la cara. Culminó al natural y una estocada certera y efectiva.

Ficha del festejo

El Puerto de Santa María. Novillos de La Cercada. Los animales mostraron buenas condiciones, fueron nobles y cumplieron en la tela, permitiendo que los novilleros hicieran sus respectivas faenas con expresión y mucho calado en los tendidos. Víctor Barroso, dos orejas tras aviso y oreja; Aarón Palacio, saludos tras dos avisos y dos orejas; El Mene, saludos y oreja.


 

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