Javier Zulueta embauca el ilusionante camino de La Purísima en Bilbao

Sergio Sánchez dejó raza y voluntad sin que terminasen de cuajar sus obras, Javier Zulueta selló ante el importante segundo utrero una faena de gusto y personalidad, Martín Morilla no terminó de encontrarse en el contexto de un interesante encierro del nuevo hierro de procedencia Cuvillo

18 de agosto de 2025/José Antonio Niño/Fotos: BMF

Seis utreros de La Purísima fueron lidiados este lunes en la novillada picada de la Aste Nagusia, con la participación de Sergio Sánchez, Javier Zulueta y Martín Morilla. A la postre, se trató de una novillada con mucho interés, en la que el nuevo hierro de procedencia Núñez del Cuvillo dejó una notable impresión. Destacó especialmente el segundo ejemplar, por su humillación excelsa, además de la codicia demostrada por el primero y el tercero. En cambio, el cuarto y el quinto por parados y el sexto por desclasado fueron garbanzos negros del encierro. Así hemos narrado, toro a toro, la novillada:

Ovacionado Sánchez ante la repetición del buen primero de La Purísima

Ovacionado resultó Sergio Sánchez ante el primero de La Purísima, un novillo de bella estampa, aunque frío de salida, al que el novillero supo cuidar en el caballo. En la faena de muleta, tras un inicio de impacto con pases por la espalda en terrenos del tercio que conectaron con el tendido, cimentó su labor fundamentalmente por el pitón derecho, por donde el animal embistió con codicia y repetición. Más exigente por el izquierdo, logró robarle algunos naturales estimables, aunque sin la misma profundidad. Espada en mano, dejó un metisaca y estocada, y fue ovacionado tras su entrega.

Javier Zulueta se rompe con la excelsa embestida del segundo y le corta una oreja de peso

Una oreja paseó Javier Zulueta del segundo de la tarde, un novillo de La Purísima de excelente condición, ovacionado en el arrastre. El sevillano se gustó ya de salida con el capote, firmando verónicas de bellísimo trazo y gran ajuste, muy encajado desde el primer momento. Midió con acierto al novillo en varas y, tras un correcto tercio de banderillas, inició la faena de muleta de rodillas con ayudados templados que calentaron los tendidos. Zulueta se mostró firme y expresivo, aunque quizá le faltó algo de ajuste, ante un utrero con codicia, humillación, clase y repetición, al que toreó con sello propio. Primero sobre la mano derecha, y luego al natural, dejó muletazos largos y sentidos, rematando la obra por bajo con torería. Una buena estocada puso en sus manos el premio de una oreja.

Silencio tras dos avisos para Martín Morilla, que emborrona con el acero una faena de raza ante otro tercero de nota

Otro novillo con posibilidades fue el tercero de La Purísima, un animal con raza, con codicia, con un punto menos de clase que el anterior, pero con un conjunto muy positivo, que le tocó en suerte al sevillano Martín Morilla. Utrero de importante embestida, con el que el joven emborronó con los aceros una faena de raza, en la que basó en la mano diestra su obra, intermitente al natural. A la hora de estoquear no estuvo acertado. Silencio tras dos avisos.

Voluntad de Sánchez ante un cuarto más agarrado al piso

Tremendo susto sufrió Sergio Sánchez en la portagayola al cuarto de la tarde, cuando tuvo que lanzarse al suelo para evitar ser arrollado por el de La Purísima. El novillo, más apagado pero con cierta calidad, no terminó de romper, lo que restó transmisión a una faena que el extremeño trató de levantar con voluntad. Lo llevó al caballo por chicuelinas al paso, y ya con la muleta, intentó exprimir al astado por ambos pitones, dejando algunas series de buen trazo pero escaso calado ante un animal agarrado al piso. Dejó estocada algo desprendida y dos descabellos. Silencio.

Ovación para Zulueta ante el parado quinto

Ovacionado resultó Javier Zulueta frente al quinto de la tarde, un novillo descarado y sin demasiada fuerza, aunque con buena intención. El sevillano volvió a dejar detalles de calidad y voluntad ante un adversario complicado, que no terminó de colaborar. El público reconoció su entrega y empeño con calurosos aplausos desde el tendido.

Silenciado Morilla con el parado sexto, con el que no se acopló

También con chispa, pero falto de cierta clase, resultó el sexto utrero, un animal con el que Martín Morilla no logró acoplarse. El novillo se fue agarrando cada vez más al suelo, complicando la labor del novillero, que terminó por encajar una estocada tras tres pinchazos que no llegaron a cuajar.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Vista Alegre, Bilbao. Segunda de la Aste Nagusia. Novillada picada. Un cuarto de plaza.

Novillos de La Purísima.

Sergio Sánchez, de lila y oro: ovación y silencio.

Javier Zulueta, de verde botella y azabache: oreja y ovación.

Martín Morilla, de verde oliva y oro: silencio tras dos avisos y silencio.

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