Ortega y Aguado abren la Puerta Grande en una tarde en la que la torería sevillana pinta de color Aranjuez (Fotos)

6 de septiembre de 2025/Patricia Prudencio Muñoz/Fotos: Emilio Méndez

La plaza de toros de Aranjuez ha celebrado su tradicional corrida de toros Goyesca con motivo de la festividad de El Motín. Los diestros Morante de la Puebla, Juan Ortega y Pablo Aguado se midieron a los ejemplares de la ganadería de Juan Manuel Criado, Núñez del Cuvillo (3°Bis) y Ribeiro Telles (4°Bis). Los animales fueron variados en comportamiento y entrega, siendo los del hierro titular los que mayores opciones prestaron. Morante volvió con aire místico y cautivador, cortando una oreja al primero de la tarde después de una faena de ritmo y suavidad. Al segundo sobrero lo pasaportó con apenas un tanteo por bajo. Juan Ortega salió con entrega y derrochando arte ante el segundo, que deslució con el acero. Cuajó al segundo de su lote, un toro que le dio opciones, mobilidad y condiciones para ello. Pablo Aguado se midió al primer sobrero, un toro de Núñez del Cuvillo con el que tuvo matices al desarrollar su faena al natural. Cautivó en el sexto tras una buena faena llena de matices y muchas pinceladas de arte y torería sevillana.

Morante de la Puebla corta la primera oreja de la tarde

Salió el primero de la tarde, un ejemplar al que tardó pero logró meterlo para estirarse con el, siendo cada lance un «olé» en los tendidos. Inició la faena de muleta con suavidad y muy despacio ante la atenta mirada de los tendidos de Aranjuez. Continuó sobre el pitón derecho, envolviéndoselo con toque firme y fijador. Cambió al natural, encontrando una armonía tan artística como añeja. Se adornó a pies juntos entre series para continuar por el izquierdo, queriendo pasarlo tan suave que hasta lo desarmó. Cambió al derecho, de nuevo a pies juntos, envolviéndoselo a la cintura, rompiéndose con un animal que siguió el engaño con celo y fijeza. Culminó con un pinchazo y un descabello.

Juan Ortega, saludos tras una faena de arte que desluce con el acero

Juan Ortega se lució con torería, clase y mucho duende en su saludo capotero ante el segundo de la tarde. Se alcanzó la faena de muleta, la cual inició sentado en el estribo, pasándolo por ambos pitones, aguantando los parones iniciales del animal. Continuó sobre el pitón derecho, tocando con voz y firmeza para adentrarlo y envolvérselo, aunque entre miradas. Continuó sobre el mismo pitón, dejando una serie ligada de suavidad y temple. Decidió cambiar al toreo al natural, siendo algo más bronco, algo que pareció no importarle al sevillano, que siguió insistiendo. Culminó de rodillas, entre recursos artístico y lucidos que llegaron con fuerza al tendido. Falló con el acero.

Saludó Pablo Aguado al tercero sin poder terminar de estirarse con el, aunque pudiendo dejar pinceladas con su capote. El animal fue regresado a corrales y en su lugar salió un ejemplar de Núñez del Cuvillo, al que saludó Aguado con una brega llevada, ganándole terreno hasta los medios. Se inició la faena de muleta en aquellos terrenos, pasándolo a pies juntos para despues anularse y tratar de darle ritmo a un toro ligeramente suelto. Le dio tiempo y sitio para volver a pasarlo hasta rematarlo por bajo a pies juntos. Cambió de mano y en el toreo al natural, siempre buscando el sitio, logró dejársela puesta, tocarlo, llamarlo y pasarlo. Por el izquierdo encontró la armonía y su faena, pues la desarrolló con su toreo al natural, entre adornos, logrando la continuidad y el calado. Culminó con una estocada en la que se tiró con tuvo y encontró acierto.

Morante pasaporta al segundo sobrero

Morante de la Puebla saludó al cuarto sin llegar a poder estirarse con el, siendo protestado desde su salida. El presidente cedió y otorgó el cambio, saliendo en su lugar el segundo sobrero, un ejemplar de Joao Ribeiro Telles, con el que apenas se pudo estirar. El de La Puebla lo trató de buscar levemente en el inicio de faena, lo pasó por abajo y lo mató con habilidad.

Juan Ortega corta las dos orejas al quinto

Juan Ortega recibió al quinto en su capote, tratando de encelarlo y pasándolo en corto. Se alcanzó la faena de muleta y Ortega lo esperó junto a tablas para pasarlo a pies juntos entre adornos y molinetes, dándole lucimiento y variedad a su inicio de faena, ganándole terreno hasta llevarlo a los medios. Se encajó y empezó a llevarlo sobre el derecho, con clase y dándole profundidad. El animal se arrancaba en la larga distancia, algo que aprovechó Ortega para utilizar la inercia y darle ligazón a las series. Lo pasó a cámara lenta en el toreo al natural, cautivando en cada pase. En largo y anclado al firme se lo envolvió, aunque teniendo que insistirle en la cara con las distancias cortas para que entrará a los vuelos. Lo exprimió hasta cuajar su faena.

Pablo Aguado corta las dos orejas al sexto

Saludó Aguado entre pinceladas al sexto de la tarde. La faena de muleta la inició junto a las tablas, agarrado a ellas, para después doblarse con su oponente y pasarlo por ambos pitones. Empezó a pasarlo por abajo con torería, llegando a calar con fuerza en los tendidos. Sobre el derecho se lo envolvió con un toreo en redondo y ligado que tuvo ritmo y emoción. Destacó sobre todo la cadencia con la que se lo pasó a pies juntos, rompiéndose con la embestida, acompañándola con la cintura. Al natural le mostró los vuelos, lo tocó con suavidad y lo arrastró detrás del engaño. También ayudaron las pausas entre series y pases, ayudando al animal para que siguiera metido en la faena.

Ficha del festejo:

Aranjuez. Toros de Juan Manuel Criado. Los animales fueron variados en comportamiento y entrega, siendo los del hierro titular los que mayores opciones prestaron. Morante de la Puebla, oreja y silencio; Juan Ortega, saludos y oda orejas; Pablo Aguado, oreja y dos orejas.

 

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