
9 de octubre de 2025/Patricia Prudencio Muñoz/Fotos Emilio Méndez
La plaza de toros de Las Ventas a albergado la gran final del certamen de «Camino Hacia Las Ventas», en la que Pedro Gómez, Samuel Castrejón e Igancio Garibay se midieron a los ejemplares de la ganadería de Ángel Luis Peña. Los animales fueron variados en comportamiento y entrega, siendo irregulares en sus embestidas. Destacaron el primero y sobre todo el quinto, un gran novillo. Pedro Gómez lo intentó por ambos pitones sin terminar de acoplarse con el, confiándose pero sin lograr redondear su labor, a pesar de la buena estocada. Con el cuarto encontró mayor acople, aunque resultó una faena de altibajos en la que llegó a los tendidos. Samuel Castrejón desarrolló una faena de muchos matices al natural, pero sin lograr darle una continuidad lucida a las series. Le tocó en suerte un gran novillo, repetidor y que siguió el engaño planeando en la tela. Ignacio Garibay se midió a un tercero complejo e irregular en sus embestidas, que además soltaba la cara. A pesar de ello, Garibay apostó y los mostró por ambos pitones, pisando terrenos comprometidos, buscando las opciones. Se vació y dio todo lo que había dentro de sí para poder hacer una faena imposible ante el sexto, que no le brindó ninguna opción
Pedro Gómez, entrega sin rotundidad ante el primero de la tarde
Pedro Gómez saludó al primero de la tarde, estirándose por verónicas, ganándole terreno, luciéndose en los medios ante un eral que permitió la expresión, metiendo la cara. Se permitió un lucido y variado quite Samuel Castrejón. Después de brindar comenzó su labor con unos ayudados, llevándoselo cerca de los medios. Siguió sobre el pitón derecho, bajándole la mano, tratando de alargar el trazo en una serie de acople. Cambió al pitón izquierdo, teniendo que insistirle, tocándolo en la cara para que pasara. Seguía el engaño, pero le faltaba esa conexión con los tendidos. Trató de envolvérselo, pero el animal cada vez se quedaba más corto y buscaba los pies, incluso lo sorprendió con algunas medias arrancadas. Poco a poco se fue encerrando en tablas. Recuperó el pitón derecho, atándolo en corto sin poder evitar bajarle tanto la mano que le pisara el engaño y lo desarmara. Mató con acierto.
Samuel Castrejón, matices al natural sin acero
Samuel Castrejón lanceó al segundo de la tarde, un novillo con movilidad y juego ante el que pudo lucirse llevándolo a los medios. Se alcanzó la faena de muleta y el joven trató de sacarlo de tablas, moviéndolo y cambiando los terrenos. Continuó sobre el pitón derecho con algún que otro lucido cambió de mano. Cambió al toreo al natural, logrando calar en los tendidos, bajándole el engaño y encajándose con el. Cambió al derecho y siendo pronto con el ahormó una buena serie en la que le corrió la mano con cierto gusto. Dosfició mucho las embestidas, a base de tandas breves y muy medidas. Sin embargo, tenía sus teclas el eral y aunque a Castrejón le costó, se entendió con el dejando los mejores pases en el toreo al natural. Se la puso abajo y con suavidad tuvo muchos matices, aunque sin evitar que le sorprendiera en más de una ocasión.
Ignacio Garibay, ante un complejo tercero
Ignacio Garibay saludó al primero de su lote y tercero de la tarde genuflexo. El animal salió suelto, pero sin deslucir, logró encelarlo en su capote y llevarlo con variedad, pudiendo estirarse con gusto y elegancia. Después de brindar al respetable, lo recibió desde los medios, a pies juntos, citándolo en la larga distancia. Lo pasó sin rectificar ni un solo centímetro, desarrollando un inicio explosivo. Continuó en aquellos terrenos, midiendo las embestidas, buscando el acople sobre el pitón derecho, corriéndole la mano con gusto y mucha suavidad. Sin embargo, el animal cabeceaba, mostrando una embestida incómoda y con la que además lo desarmó. Garibay continuó con firmeza y seguridad, encajándose para envolvérselo al natural, pasándoselo muy cerca. Volvió a armar la muleta, teniendo que tocar con poder y mando a un novillo que cada vez miraba más y se quedaba más parado. No fue el mejor novillo, pero el mexicano se puso como si fuera bueno, pisando terrenos comprometidos.
Pedro Gómez desluce su labor con el acero
Pedro Gómez se fue a la puerta de chiqueros para recibir a portagayola con una larga cambiada de rodillas al cuarto de la tarde. Apostó por poner los palos en el tercio de banderillas, teniendo más disposición que acierto. Brindó desde los medios y comenzó su labor ante un eral de embestida bronca. Sin embargo, tras aquel inicio de acople y de tira y afloja, logró conectar con los tendidos sobre el pitón derecho, aprovechando la inercia para ligarlo y darle ritmo a la faena. Pudo acoplarse, dejando detalles de calidad, encontrando la suavidad y la armonía. Se la dejó puesta y a media altura volvió a llevarlo con cierta continuidad y largura en el trazo. Hubo muchos altibajos en su faena, pero no le faltó entrega. Culminó por manoletinas para después fallar con los aceros.
Samuel Castrejón corta la primera oreja de la tarde
Salió el quinto, un eral suelto al que tardó en meter en su capote Castrejón. Más lucido fue el quite de Ignacio Garibay en los medios, rematándolo con despaciosidad. Se alcanzó la faena de muleta y el madrileño brindó desde los medios. Decidió iniciar su labor doblándose con el, bajándole la mano, exigiéndole, ganándole terreno y teniendo incluso que abrirlo para poder llevarlo. Le dio sitio y tiempo antes de seguir sobre el pitón derecho, tocándolo en la larga distancia para después aprovechar la inercia y llevarlo metido, con ritmo. Sin embargo, lo volteó bruscamente, interrumpiendo la faena, teniendo que recomponer al volver a la cara del animal. Volvió con raza, comenzando una tanda al natural en la que se encajó y llegó con fuerza a los tendidos. Le corrió la mano y logró robarle naturales de cierto peso. El novillo metió la cara y siguió el engaño humillando, incluso planeando, sólo había que saber llevarlo y darle sitio.
Garibay, firmeza y entrega ante un sexto sin ninguna opción
Ignacio Garibay saludó al sexto con tres faroles de rodillas para después levantarse y seguir con variedad, aunque también jugándosela, siendo bruscamente volteado, aunque sin aparentes consecuencias. Se fue a por todas, iniciando la faena de muleta de rodillas ante el novillo más protestado de la tarde. Se le quedó prácticamente encima, pero solventó y siguió rematando aquel inicio. Continuó sobre el derecho bajándole la mano, buscando las distancias ante un eral incierto, corto y sin clase. Tuvo que ordenar y recomponer en cada muletazo y aunque lo mostró al natural, se metía por dentro. Decidió cambiar al pitón derecho, pero aquel ejemplar era el más deslucido de todo el festejo. Garibay le dio tiempo y sitio, lo ayudo y dosificó tratando de volver a meterlo y buscarle las teclas. Sabía que era lo que había, pero se mostró dispuesto, firme y entregado a pesar de las circunstancias, robándole las embestidas, de nuevo por el izquierdo, encajándose y pasándolo con gusto y despaciosidad, al menos todo lo que le permitió el de su lote. Antes de entrar a matar desarrolló una tanda al natural sobre el derecho en la que lo prendió sin aparentes consecuencias. Ignacio Garibay se entregó y dio todo de sí, pero no hubo un oponente. Metió la mano con acierto.
Ficha del festejo:
Las Ventas. Novillos de Ángel Luis Peña. Los animales fueron variados en comportamiento y entrega, siendo irregulares en sus embestidas. Destacaron el primero y sobre todo el quinto, un gran novillo. Pedro Gómez, ovación y ovación; Samuel Castrejón, ovación tras aviso y oreja; Ignacio Garibay, palmas tras petición y silencio.