Morante de la Puebla entrega el alma y toca el cielo a hombros en la tarde en la que se corta la coleta y Robleño se despide de los ruedos en Madrid (Fotos)

12 de octubre de 2025/Patricia Prudencio Muñoz/Fotos Emilio Méndez

Las Ventas ha celebrado su tradicional corrida del 12 de octubre, en la que los diestros Morante de la Puebla, Fernando Robleño y Sergio Rodríguez, que confirmaba alternativa, se midieron a los ejemplares de la ganadería de Garcigrande. La tarde la marcó Morante, a pesar de ser un secreto a voces, se cortó la coleta despues de pasear las dos orejas del cuarto, la llave que le volvía a abrir la Puerta Grande de la Plaza de Las Ventas. Los animales fueron variados en comportamiento y entrega, siendo los tres primeros los que menos opciones prestaron. El cuarto no fue sencillo, pero Morante se puso como si lo fuera, a pesar de haberse arriesgado. El quinto resultó el más destacado de la tarde. Morante de la Puebla se lució con el capote ante el segundo, un toro escaso que al llegar a la muleta se vino a menos y no pasaba. Cuajó al complejo cuarto después de sufrir una fea voltereta de la que tuvo que sobreponerse. Cortó dos orejas de mucho peso y después de dar la vuelta al ruedo con ellas, decidió cortarse la coleta en los mismos medios.

Robleño lo intentó y le buscó las teclas al tercero, un toro que no se lo puso fácil y que no le brindó demasiadas opciones. Con el quinto desarrolló una faena de gusto, firmeza y determinación, exprimiendo las buenas condiciones que le brindó el toro de su despedida. Sergio Rodríguez se midió al primero, el toro de su confirmación, desarrollando una buena faena de muchos matices, llevándolo en largo, dándole profundidad. Ante el sexto volvió a desarrollar una faena de muchos matices que no alcanzaron a calar en los tendidos.

Sergio Rodríguez, faena de matices que no logra redondear ante el toro de su confirmación

Salió el primero, el toro de la confirmación de alternativa de Sergio Rodríguez, que lo lanceó con ciertos detalles mientras le ganaba terreno y lo remataba en los medios. Se desarrolló la ceremonia de confirmación de alternativa de manos de Morante de la Puebla y Fernando Robleño como padrino y testigo, respectivamente. Comenzó la faena pasándolo por ambos pitones, asentándose para llevarlo con firmeza y emoción. Lo pasó a pies juntos y continuó sobre el derecho, esperándolo, teniendo que luchar contra el viento. Logró una tanda de matices y buenos muletazos, aunque sin redondearla. Le bajó la mano y se envolvió, girando cintura, llevándolo toreado, totalmente metido. Tuvo que llevarlo en corto, sin darle la salida en largo, pasándolo muy despacio, encontrando sabor, aunque sin evitar que lo sorprendiera. Retomó el pitón derecho, ahora sí dándole longitud al trazo. Mató con aseo.

Morante pasaporta a un segundo sin opciones

Salió el segundo al que Morante saludó doblándose con el, pasándolo al compás de los «olé» del respetable, cautivando desde el inicio con un toro aplaudido de salida. Lo probó a cámara lenta a la salida del caballo. Se completó la ceremonia de confirmación y comenzó la faena de muleta después de brindar a Isabel Díaz Ayuso, Presidenta de la Comunidad de Madrid. Comenzó genuflexo, pasándolo por ambos pitones, levantándose y apurando las distancias junto a las tablas. Lo pasó, lo probó y se definió por el pitón derecho, aguantando con quietud. Desarrolló aquella tanda con cadencia, a pesar de que el toro no pasaba. Volvió a pasarlo a pies juntos, pero se le metía por dentro. El público pidió que lo matara y Morante no dudó en abreviar y pasaportarlo. Falló con el acero.

Robleño lo intenta y busca las teclas a un escaso tercero

Fernando Robleño saludó al tercero, sin poder estirarse del todo con un animal suelto y ajeno. Se alcanzó la faena de muleta tras dos complejos tercios de varas y banderillas. Lo recibió en el engaño doblándose con el, pasándolo por abajo, probándolo por ambos pitones. Lo llevó en corto, logrando ligar las tandas, pasándolo al natural de uno en uno, cruzándose muy despacio en la cara hasta echarle el engaño al hocico y tocarlo con brusquedad. Tiró del animal y empezó a mostrarlo sobre el derecho, manteniendo la continuidad del uno a uno, sin encontrar emoción en aquellas embestidas sin clase ni entrega. Falló con el acero.

Morante de la Puebla cuaja su faena y corta las dos orejas después de sobreponerse a una fea voltereta ante el cuarto

Morante saludó al cuarto de rodillas, luciéndose, sacándolo del tercio con variedad y lucimiento. Sin embargo, se disponía a rematarlo en los medios cuando se lo llevó por delante, cayendo femaente contra el firme y quedando inmóvil. Se lo llevaban en brazos, pero les hizo parar para probarse, a pesar de parecer mareado. Pidió que se avanzara y que saliera el caballo, a su salida lo probó y pasó el de La Puebla.  Se alcanzó la faena de muleta y el diestro brindó a Santiago Abascal. Inició su labor enroscándoselo a cámara lenta, siguió en el tercio bajándole la mano para volver a parar el tiempo. Sin embargo, lo desarmó, pero volvió a la cara del animal después de haberle dado tiempo. Cuajó una serie en la que levantó a los tendidos, pasándolo de uno en uno, ordenando y dosificando, sin que aquella embestida desluciera. No permitía margen de error, pero el diestro, a pesar del peligro sordo se impuso con el toreo bonito, pero también a base de valor y raza.  Retomó el pitón derecho, encontrando la continuidad en un toro que embestía a media altura, sin clase ni entrega, que se paraba y medía, pero que también lo hizo pasar y tragarse los muletazos. Lo mató con acierto y determinación.

Robleño corta una oreja al toro de su despedida

Robleño saludó con solvencia, gustándose y llevando a los medios al quinto de la tarde. Inició la faena de muleta con unas ligeras probaturas por ambos pitones, ganándole terreno en un inicio suave y templado. Se asentó y encajó con el animal para desarrollar una serie de peso en la que se lo envolvió por abajo. Las tandas fueron breves, pero bien llevadas, exprimiendo la buena condición del quinto. Robleño toreó con gusto, con la firmeza y contundencia que tanto le caracteriza. Hubo series en las que le costó más a su oponente, pero seguía pasando con nobleza y entrega, respondiendo así a las demandas del madrileño, que lo pudo exprimir. Falló con el acero, logrando meterlo al segundo intento.

Sergio Rodríguez, entrega sin calado ante el sexto

Sergio Rodríguez saludó de rodillas al sexto, llegando con fuerza a los tendidos, emocionando mientras se levantaba y se estiraba con el. Se alcanzó la faena de muleta y no dudó en llevárselo a los medios para comenzar su faena. Continuó sobre el pitón derecho, bajándole la mano a un toro aprovechable, pero que  no dijo demasiado en la tela. Cambió al pitón izquierdo, pasándolo de uno en uno, sin alcanzar a redondear su labor. Hubo disposición y buenas maneras, las cuales quedaron eclipsada por las despedidas de sus compañeros de terna. Logró robarle muletazos de calidad, pero no cuajarle las series completas a un toro que se movió, pero que fue soso. Alargó en exceso, pero mató con aseo.

Ficha del festejo:

Las Ventas. Toros de Garcigrande. Los animales fueron variados en comportamiento y entrega, siendo los tres primeros los que menos opciones prestaron. El cuarto no fue sencillo, pero Morante se puso como si lo fuera, a pesar de haberse arriesgado. El quinto resultó el más destacado de la tarde. Morante de la Puebla, silencio; Fernando Robleño, palmas y oreja; Sergio Rodríguez, ovación tras aviso y silencio.

Incidencias: Al completarse el paseíllo se escuchó el Himno de España. Después de ello, la terna salió a saludar una ovación.

Morante de la Puebla, repentinamente, decidió cortarse la coleta después de pasear dos orejas del cuarto. También lo hizo Robleño, quien sí lo había anunciado, cortándole la coleta sus propios hijos después de que cortara una oreja al quinto, el toro de su despedida.

 

Top