24 de noviembre de 2025/Adiel Armando Bolio
El reciente domingo 23 de noviembre de 2025 fue un especial día de reencuentro entre el diestro coahuilense Arturo Gilio y el toro llamado “Villista”, herrado con el número 140 y con 502 kilos, según lo informa la administración del torero.
Ello sucedió, alrededor del mediodía, cuando el joven Gilio acudió a los corrales del coso “Alberto Balderas” de Ciudad Lerdo, Durango, para atestiguar las labores de curación del noble y gran toro perteneciente a su ganadería, mismo que indultó la tarde-noche del anterior sábado 22, cita en la que se conjugaron la inteligencia humana a través de la categoría, el temple y el valor, con la irracional belleza animal, su bravura, su clase y su nobleza, para provocar el surgimiento del toreo y, así, plasmar en el ruedo el arte y la buena casta que culminó con el perdón de la vida del toro y, que, seguramente, quedará en la memoria de todos los asistentes a la llamada I Corrida “Villista”, con motivo del CXV aniversario del inicio de la Revolución Mexicana.
Así pues, el burel “Villista”, luego de las curaciones, volverá a pastar en los campos de su ganadería de origen, en los del municipio duranguense de Mapimí, donde se ubica la de Arturo Gilio, con divisa en verde botella, rojo y negro.
Ahora, el flamante ejemplar regresa como dueño y señor de los potreros en donde ya su creador le estará preparando una punta de entre 20 y 30 vacas, donde como semental perpetuará su linaje trasmitiendo su bravura, su nobleza y calidad a su descendencia.