La Fiesta Brava siempre ayuda, no debe quedarse atrás

29 de marzo de 2020/Adiel Armando Bolio

La Fiesta de los Toros, por antonomasia, por tradición o por su buen intención, se ha significado en ir siempre en ayuda de la gente que más lo necesita, siempre ha sido la primera en dar el paso para adelante a pesar de todos sus detractores. La Fiesta Brava, por donde se le analice, ha tenido ese relevante propósito altruista.

En tan viril actividad, en la que el hombre se juega la vida con arte, plasticidad y valor en la lidia de un bravo astado, se han dado casos de ayuda como el montaje de festejos a beneficio de algún torero caído en desgracia o de los familiares de un espada caído por las astas de un toro.

Por otra parte, cuando ocurren catástrofes o desastres naturales, el toreo siempre ha estado presente ayudando en lo que se puede a realizar festejos en los que se pueda recaudar dinero en pro de los más desvalidos, de los damnificados.

Ahora, en el lapso de once años, el mundo se ha visto amenazado por el brote de virus que han cobrado ya la invaluable vida de miles de personas. En 2009 fue la influenza (AH1-N1), pero ahora, en este nefasto 2020, con la declarada pandemia del coronavirus COVID-19, es cuando más se ha acentuado la tragedia.

Es por ello que hoy más que nunca, la Fiesta de los Toros debe hacerse notar. Ya por ahí han surgido intenciones para las plazas más importantes del Orbe Taurino como Las Ventas de Madrid, el coliseo de Nimes, la Monumental de México, la “Santamaría” de Bogotá y la plaza de Acho en Lima. Por lo pronto, a cuidarse gente del toro.

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