Más del toro de lidia en la zoología

Presenta características físicas y temperamentales propias de un bóvido salvaje, destacando la información genética que aporta su cromosoma y que hace única a la raza

20 de abril de 2020/Adiel Armando Bolio

Sobre el interés zoológico que tiene el salvaje toro de lidia dentro de la fauna mundial, a diferencia de la domesticación de ganado, los expertos en la materia hacen varias acotaciones que definen perfectamente lo incomparable, única y especial que es la crianza del toro bravo en todo el Orbe Taurino.

Es por eso que los especialistas argumentan que al contrario de la mayoría de las razas de ganado doméstico, los toros de lidia presentan una serie de características físicas y temperamentales más propias de un bóvido salvaje, destacando además la información genética que aporta su cromosoma y, que, hace única a esta raza.

Esto no debe resultar extraño si se tiene en cuenta que a la hora de desarrollar estas castas los criadores nunca pretendieron potenciar cosas como una mayor producción de carne y leche o una mansedumbre y ausencia de cuernos acentuadas para hacer a los animales más manejables al trato humano sino que simplemente se buscó conservar, y aun potenciar ligeramente, un comportamiento algo más violento de lo normal que hiciera al animal más propenso a la acometida y por tanto al espectáculo taurino.

Se dice que ciertos autores como el holandés Cis van Vuure han señalado diversas coincidencias en la estructura corporal y coloración comunes del toro de lidia con las poseídas por el hoy extinto toro salvaje europeo o uro, del que se diferencia por poco más que su menor tamaño y longitud de cuernos.

Durante su vida en semi libertad en las dehesas, el toro de lidia mantiene también unas costumbres similares a las de un animal salvaje, formando manadas, defendiéndose de posibles peligros por sí mismo y desempeñando una labor incalculable en el medio.

Es por ello que Van Vuure llega a sugerir incluso que los toros de lidia son aún más “urinos” que los uros recreados por cría selectiva en algunos zoológicos durante el siglo XX, como el llamado Bovino de Heck y que hoy han sido introducidos en reservas naturales de los Países Bajos y Alemania.

A pesar del empeño puesto en la selección, estos supuestos uros modernos siguen presentando en la actualidad una complexión más ligera de la esperada, tamaño erróneo, cuernos de longitud variable y coloración no siempre correcta. En el aspecto temperamental los uros recreados se encuentran en una situación aún peor, ya que son incapaces de encontrar alimento suficiente en invierno o defenderse de los lobos.

Por esta y otras razones, los críticos de los Heck consideran su experimento fallido, consistente en un simple grupo de vacas sacadas del establo y puestas a pastar en bosques y praderas. El profesor Z. Pucek, responsable del programa de recuperación del bisonte europeo en el Bosque de Bailowieza, en Polonia, ha llegado incluso a definir al toro de los Heck como “la mayor estafa científica del siglo XX” y se ha negado en rotundo a la introducción de unas cuantas cabezas en la reserva.

En su lugar, parte de estos críticos proponen someter a los toros de los Heck a un nuevo programa de cría o sustituirlos directamente por una nueva generación de ganado selecto partiendo de cero.

Así, el Tauros Project de los Países Bajos descartaría definitivamente al toro de lidia dando peso a razas de características primitivas como la tudanca de Cantabria, la pajuna andaluza, la sayaguesa de Zamora, la esteparia de Hungría, las enanas de Córcega y Turquía, la podolica de Italia, el toro de la Camarga y la maronesa e Portgugal.

Una vez ubicado al toro bravo o de lidia en contexto, ahora nos daremos a la tarea de abordar el tema, en nuestra siguiente entrega, sobre la llegada de este tipo de ganado a nuestro país, misma situación que se dio a la par en el inicio de la conquista española en 1521 en el desembarque de las tropas que comandaba el marqués extremeño Hernán Cortés.

DATO

Durante su vida en semi libertad en las dehesas, el toro de lidia mantiene también unas costumbres similares a las de un animal salvaje

Top