Recordando la tarde de la reaparición de José Tomás y el gran triunfo de Arturo Saldívar en Valencia hace 9 años

Tuvieron que pasar 15 meses para que José Tomás reapareciera después del grave  percance que sufriera en la Monumental de Aguascalientes, lo hizo compartiendo el cartel con Víctor Puerto y el mexicano Arturo Saldívar ante un encierro de El Pilar en una tarde en al que estuvo presente Suertematador.com

23 de julio de 2020/Texto, Fotos y Video: Emilio Méndez

El 23 de julio de 2011, Valencia fue el epicentro de la tauromaquia, la plaza de toros de la calle de Xativa lucia abarrotada con un sinnúmero de personalidades y aficionados de varias nacionalidades provocadas por José Tomás que se volvía a vestir de luces 15 meses después del grave percance que lo tuvo al borde de la Muerte en la Monumental de Aguascalientes. Llego la hora esperada y salió José Tomás y se caía literalmente la plaza, había una nube de fotógrafos, toreros y mucha gente en el patio de cuadrillas y en el callejón. Inició el paseíllo, Víctor Puerto que entro de última hora a este cartel sustituyendo a un lesionado Juan Mora, el joven mexicano de Aguascalientes Arturo Saldívar y el Príncipe de Galapagar que se le veía con una  delgadez hasta el punto que la taleguilla hace pliegues. De malva y oro, con un diseño especial del vestido de luces con lunas, así como el capote de paseo y el pelo más cano.

Salió el primero de la tarde con el hierro de El Pilar, un toro salinero, largo, musculado, suelto de carnes y suelto de cara, solo algunos capotazos de tanteo por parte de Puerto y la suerte varas al que no quiso faltar al encuentro de José Tomás.  El viento y él para ponerse de nuevo delante de la cara del toro llamado «Burreñito». Respondió con un quite por delantales Víctor Puerto rematando con una bella la media. Pero luego en su toro se vio que no ha habido mella en la coraza del valor, no fue fácil y solo dejo algunos detalles para saludar una ovación.

Llego el momento esperado, salió el segundo de la tarde al que fue midiendo José Tomás con el percal, después de ser picado,  el capote a las espalda para realizar unas  gaoneras ligadas, embraguetadas, metiéndose con la embestida por bragueta. Brindo a los médicos mexicanos que le salvaron la vida en Aguascalientes para seguir con el siguiente tercio. El toro era violento y aun así José Tomás lo hacia todo por abajo con la muleta, tanto que el toro le piso la tela provocando un par de desarmes. La tercera tanda por la derecha fue cumbre. De encaje y arrastre. Esa era la mano menos violenta del toro. Por la izquierda no la quería. Una espaldina improvisad en la que el de Galapagar mantenía la ética de la quietud. Estuvo más entregado el torero, que no movía una pestaña de sus músculos cuando el toro se le venía sin tocar. Una media estocada, aviso y ovación.

Toco el turno de Arturo Saldívar que no se achicó ante el compromiso y exigencia de la tarde que desde el quite variado que hizo al toro de José Tomás, mostró a lo que venía y sus credenciales de valor a la mexicana. El tercero de la tarde fue el mejor toro hasta el momento que llevó por nombre «Mirabajo». Que tarde dio Saldívar, sin duda una de las más importantes de su carrera, estuvo embraguetado, bragado, con una gran actitud el torero ante un ejemplar muy humillado y repetidor. Saldívar ya había dejado un quite por la escuela de Miguelín de mucho valor. Y otro luego por chicuelinas a favor de querencia. «Mirabajo» fue buen toro. Y ya con la muleta la faena de Arturo no lo fue menos, inicinado en los medios con un pase cambiado por la espalda con la izquierda para cuajar una faena de mano baja y con profundidad y emoción. Sólo un despiste al perderle la cara trajo una fea voltereta afortunadamente sin consecuencias y sin mirarse la ropa culmino su labor con manoletinas ajustadas que emocionaron. Mató de pinchazo y estocada. ¡Qué oreja más sabrosa y valiosa!

El burraco cuarto se movió lastrado de los cuartos traseros, con una movilidad cercenada por lo que fuera, por cualquier lesión. Puerto, cuyo inicio de rodillas en el anterior puso la plaza en pie, porque toreó en redondo como Dios, lo intentó infructuosamente con su último cartucho. Demasiado insistentemente.

José Tomás rompió todo en el quinto. Estuvo todo un tío. Frente a otro tío llamado «Dulcero» con 556 kg. La pureza encarnada en un quite por chicuelinas con el compás abierto y brutal la media belmontina. El toro entero y poderoso y llego el volteretón cuando se le vino a los medios por estatuarios cruzado. Agua en el cuello, un poco de aíre y volvió al tercio José Tomás para ponerse otra vez a los medios. El toro se rajó, pero aun así José Tomás lo sometio con maestría  con la derecha y cómo se lo pasó por la izquierda con valor y muy quieto, por la bragueta. En todos los muletazos dándole su distancia. Con el chaleco abierto, la muleta retrasada, los muslos puestos, descarado fue el final de la faena con manoletinas de medio compás abierto, la estocada arriba y desafortunadamente un presidente sin sensibilidad que le negó las dos orejas que se pedían con mucha fuerza, quedando en una oreja que al final fue lo de menos por las emociones vividas que bien pagaron el boleto.

Llego el sexto de la tarde después del éxtasis que había provocado el de Galapagar, aun así Saldívar salió a por todas, con personalidad y ante otro buen toro para volver a estar estar tremendo. Lucio de capa estando muy puro, así como con la muleta iniciando de rodillas con emoción para cuajar una faena llena de valor, entrega y muletazos que calaron por ambos lados que fueron rubricados con una estocada en buen sitio para obtener una oreja y así abrir una Puerta Grande, justa a la que solo le falto que fuera acompañado de José Tomás que bien merecido se lo tenia. Incluso Saldívar no quería salir a hombros por respeto al de Galapagar, quien el dijo que si estaba loco, que se lo había ganado y que lo disfrutara.

Ficha: Plaza de toros de Valencia. Sábado, 23 de julio de 2011. Séptima de feria. Lleno de «no hay billetes» (10.000 personas). Toros de El Pilar, serios, muy parejos por delante, distintos remates; bueno pero a menos hasta pararse el 1; violento el 2; bueno de verdad el 3; manso y poderoso el 5; notable el 6.

Víctor Puerto, de azul pavo y oro. Bajonazo. Aviso (saludos). En el cuarto, estocada rinconera (silencio).

José Tomás, de malva y oro. Media estocada tendida. Aviso (saludos). En el quinto, estocada (oreja, petición y dos vueltas al ruedo).

Arturo Saldívar, de nazareno y oro. Pinchazo y estocada (oreja). En el sexto, estocada (oreja). Salió a hombros.

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